Llegué a mi casa con los ojos cristalizados, no quería que nadie me viera así de débil como estaba en este momento.
—gracias por acompañarme y escucharme Adriana de verdad te lo agradezco y mucho—dije en medio de un abrazo.
—no lo agradezcas, no hagas ninguna locura por favor— finalizó para luego retirarse.
Me salí de casa con algo de dinero, en este momento no quería saber nada de nadie.
Entre a un bar, donde siempre me recibían en todo momento.—me das una botella por favor, tu ya sabes cual me gusta—le dije a la persona de la barra la cual siempre estaba cuando quería beber.
—está bien señorita— respondió con amabilidad
En cuestión de minutos ya tenía la botella en mis manos, la abrí y comencé a beber a más no poder.
En ese momento llegó un hombre de tez moreno, no muy delgado, acompañado de otros dos señores. Tomó asiento a un costado de mi.
—hola hermosa—dijo aquel hombre
—hola—respondí cortante y le di un sorbo a mi botella.
—que bonito retoño (hija) tiene tu madre—
Se acercó a mi oído haciendo una pausa —igual que tu madre de chula— finalizó para darme un beso en la mejilla.—dejame en paz o te daré una patada en lo mas sagrado de tu anatomía—finalice para irme de aquel lugar, pagué y me marché tropezando una y otra vez de lo borracha que estaba.
Apenas podía caminar y eso sin contar que me tambaleaba.
En ese momento siento como unos brazos fuentes me abrazan por detrás de mi, no pude ver su cara, solo sentía su respiración en mi oído.
—dile a tu madre que no se meta conmigo por favor, por qué no sabe quién soy—dijo con gran enojo.
Me voltio para que lo pudiese ver a los ojos, sus ojos oscuros llenos de coraje, la mirada pesada y fría que me hizo agachar la mirada y temblar de miedo.
—no me hagas nada por favor— respondí temblando de miedo.
—no princesa no te are nada— respondió con la voz firme y su mirada fría cambio por completa.
Me bajo no sin antes darme un pequeño y cálido beso.
El roce de sus labios me dejo sin palabra alguna.Me soltó, en eso si pensarlo aproveché para correr sin parar, hasta lo borracha se me pasó.
Llamé con las manos temblorosas a Erik.
Llamada
-Erik por favor ven por mi rápido estoy a unas cuadras del bar donde voy.- Kasasndra tu borrachera te metió en problemas de seguro, es que tu de veras eres más terca que un burro l..
-vas a venir si o no, mejor tomo un taxi- dije interrumpiendo su regaño.
- ahí voy para allá.
Fin de la llamada.
Esperaba a que Erik no tardará tanto, cada minuto se me hacia eterno, tenia mucho miedo.
Estaba segura de que ese tipo me conocía perfectamente al igual que mi mamá.En ese momento llegó Erik, no estaba preparada para un interrogatorio en ese momento.
—estaba con mis papás disculpa la tardanza— dijo bajándose de su carro.
—no te preocupes, vamonos de aquí por favor—dije en medio de un llanto.
Me abrazo fuertemente y me cargo como niña pequeña hasta subirme al coche.
Como me hubiera encantado que él fuera mi hermano mayor, siempre me cuidaba y regañaba cuando la regaba, estaba conmigo en todo momento incluso en el momento en que mi papá se marchó de la casa con mi hermana.Llegamos a su departamento, al igual me cargo en sus brazos fuentes hasta su habitación.
—ahora si me vas a decir que es lo que pasa Kasandra— dijo con gran enojo.
—me sentía mal Erik, tu no sabes lo que es cargar con esto todo el tiempo al igual que te atormente por las noches, ese tipo no me dejara en paz estoy segura— respondí con los ojos llorosos.
—ya vez, tus borracheras no te llevarán a nada bueno Kasandra, tienes a tu madre, eres hermosa y tu carrera que? —contestó en medio de gritos.
—no me grites por lo menos ponte en mi lugar Erik, estoy cansada de todo— esta vez no aguante más y comencé a llorar.
—Kasandra por favor perdón , no llores por favor—hizo una pausa y corrió a abrazarme fuertemente. —no te preocupes, estás conmigo y no te pasará nada a mi lado— finalizó depositando un beso en mi frente.
—deja quedarme aquí solo por esta noche por favor — dije separándome de él.
—está bien solo pasaremos por tus cosas para que te quedes aquí—respondió con una sonrisa
Salimos de su departamento y nos dirigimos a su coche.
En el transcurso del camino todo marchó en un incomodo silencio.Llegamos a mi casa, me bajé rápidamente por mis cosas y escribí una carta a mi mamá la cual no se encontraba en casa.
Por un lado estaba muy agradecida ya que me ahorraría todo el sermón y el interrogatorio policíaco, después tendría que hablar con ella sobre aquel hombre del bar.
Salí rápidamente con mi mochila de cuero con mis cosas dentro, me dirigí al coche de Erik, se encontraba pensativo y fuera de lo normal.
—ahora si ya estoy lista— dije para que se diera cuenta de mi presencia.
—si Kasandra no te preocupes— respondió cortante y puso en marcha su carro
—tienes hambre, por qué yo la neta si, y se me antojan unos tacos— dije entre risas, a lo que él no lo dudo y soltó la carcajada.
—a la patrona lo que mande, que te parece si mañana saliendo de tu trabajo será día de locura— respondió sin despegar la vista de el volante.
—me parece muy bien señor Erik, seria buena idea salir de nuestra zona de confort— conteste en medio de una risa.
—claro mi princesa, pon algo de tu música alterada— finalizó para después soltar una carcajada.
Puse algo de música de corridos, adoraba tanto estar al lado de él, ya que podía gritar, bailar y decir cosas y media sin dejar de ser quién realmente era en pocas palabras ser yo misma sin esconder ningún secreto a su lado, era la persona que me conocía realmente tal cuál era.
Llegamos a cenar todo marcho normal, risas y pláticas de nuestros cantantes favoritos cosa que siempre hablábamos y peleábamos tanto como un par de niños pequeños.
Llegamos a su departamento y nos acostamo juntos no sin antes jugar la famosa guerra de cosquillas hasta que caí rendida del cansancio y quedar completamente dormida al lado de mi hermano mayor, es como yo realmente lo veía y él me veía a mí.
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Con Los Ojos Abiertos
Novela JuvenilKasandra una joven que tendrá que enfrentar cada prueba que la vida le pone para superar. La muerte de una persona la marca para toda la vida, aunque el caso se cerró tendrá que investigar sobre la muerte de ello, al igual que luchar por el amor y...