Capítulo: 32

2 2 0
                                    

Me encontraba tirada en el piso, su tortura me estaba dejando débil y sin fuerzas, mi respiración se cortaba poco a poco y sentía como mi cuerpo perdía la fuerza.
Todo se me salia de las manos tenia que ser fuerte, recordé como el había abusado de mi aquella noche y ver el cuerpo sin vida de Erik me hizo recobrar un poco más de fuerza.

-así te quería ver, me vas a rogar por ti una y mil veces, ve no puedes ni defenderte, eres débil y lo seguirás siendo- dijo Mario con rencor.
Sus palabras comenzaban a grabar y reproducirse en mi interior una y mil veces.
Se giró mientras se burlaba y comenzaba a hablar por teléfono, con las pocas fuerzas que tenía tomé su pistola que se encontraba a un costado.

- crees que soy débil, que te voy a rogar, para rogar solo a mi madre- hice una pausa mientras cargaba la pistola - eres un cobarde- finalice con un gran enojo.

- Kasandra no hagas esto más difícil, podemos ser felices juntos- se giró y quedó de frente a mi

Mientras reía por dentro, era la mía, ahora más que nada le cobraría la tortura que me había dado hasta dejarme sin fuerza y provocar que me orinara en las bragas.

- está va por mi gente y por mi, por todo lo que me has hecho a mi madre y a mi- finalice y dispare.

En eso entra la gente de Mario, y lo alcanzan a salvar, me cogen por la cintura.
En eso unas balas se hacen presentes, mire como los hombres de Mario caían sin vida.
Corrí rápidamente para salir de ahí, era tilapia mi héroe sin capa.

- tilapia- dije corriendo a sus brazos con lágrimas corriendo por mis mejillas.

- mi Dama- respondió abriendo sus brazos.

Me abrazó tan fuerte, una abrazo que pensé que nunca volvería a recibir de la persona que se había convertido en mi todo.

- tú no serás feliz ni con él ni con nadie- dijo la voz de Mario a mis espaldas.

Apunto hacía nosotros pero en ese momento pitufo le dispara es el estómago y el pecho.
Mire como su cuerpo caía sin fuerzas y sin vida al suelo, el disparo retumbo en mi mente y la imagen de ese momento se grabó en mi mente.
Me llevaron a la camioneta, mi cuerpo estaba débil y yo perdida en mis pensamientos.
Llegué a casa, agradecí una y otra vez a tilapia, me salvo la vida y es algo de lo que estaría agradecida.

-mi princesa estás bien, devuelta a casa-dijo mi mamá entre sollozos.

-si mamá estoy de regreso con ustedes-dije abrazando a mi mamá al igual comencé a llorar.

Debo confesar que pensé que nunca saldría de aquel lugar, su tortura vivirá en mi mente, ahora más que nunca tenia una nueva oportunidad para luchar por mi enfermedad algo muy duro para mi.

-me daré una ducha mamá-finalicé para irme a mi habitación.

En la ducha comencé a llorar, me sentía tan sucia, cuando cerraba los ojos me imaginaba el cuerpo de Mario como caía al suelo.

No puede dormir en toda la noche, tenía algo de miedo por dentro y no sabía como explicar esto.

Era ya de día me arreglé y cogí mis cosas para ir al doctor, antes de que mi mamá y Yena despertarán no quería que supieran algo de esto por el momento.
Al llegar al hospital, el doctor me recibió con una sonrisa.

-pasé señorita Kasandra-dijo cogiendo mi brazo con amabilidad.

Pasamos a su consultorio, el doctor sacó unos documentos de un mueble.

-quiero curarme doctor, quiero vivir por favor se lo pido, haga todo lo posible-dije en medio de sollozos.

-Kasandra lo haré por qué es mi trabajo, tu cáncer es algo complicado y apenas está comenzando, puede que logres vivir y existe la probabilidad de que mueras en el intento, tus quimioterapias comenzarán pasado mañana, al igual veremos si te quedas aquí en observación-dijo cabizbajo.

-no importa eso es lo de menos quiero hacer el intento-respondí firme y limpie mis lágrimas.

-muy bien te esperaré a la misma hora de hoy-dijo poniéndose de pie.

De igual manera me puse de pie, me despedí y agradecí al doctor.

Salí del hospital con una sonrisa, me dirigí a la bodega de tilapia.
Ahí estaba él, mirando unos papeles que tenia en la mano.
-tilapia mi amor-dije corriendo hacía él.

-Kasandra mi chaparita-dijo con una sonrisa.

Nos dimos un beso cálido y apasionado, moría por besar sus labios y tocar su piel, era mi mayor debilidad.

-tengo una sorpresa para ti-dijo cogiendo una bolsa de regalo la cual me entregó.

La abrí, era una pintura que había hecho él de sus ojos que me encantaban, al igual que una hermosa cadena, la cual me puso.

-gracias-dije con una sonrisa.

-no tienes nada de que agradecer Kasandra-respondió y me dio un beso apasionado.

En ese momento en el que todo iba bien llegó el gordo.

-tilapia nos han puesto un cuatro y tenemos que dar la cara-dijo algo cansado y a la ves se notaba un poco de preocupación en su rostro.

-si prepara el comando que habrá acción-dijo con una sonrisa llena de maldad y satisfacción.

-yo iré contigo tilapia-dije algo decidida y dispuesta a ayudar.

-no Kasandra, tienes que descansar de lo que te pasó-respondió algo molesto.

-tilapia que coño no entiendes que yo estoy bien-respondí molesta.

-Kasandra la que no entiende eres tú, no insistas que no vas a lograr que cambié de opinión-finalizó y para ir por sus armas.

Me llevó al departamento de Yena y se despidió de mi con un beso, yo furiosa solo bufé y me retiré.

Entre al departamento algo molesta con lo que había pasado, tal vez tenía razón.

-Kasandra que bueno que llegas, que te parece si cuando acabemos de desayunar vamos al cine y de compras-dijo Yena con una sonrisa.

-claro me encanta la idea-finalice para dirigirme al comedor.

Mientras pensaba que tal vez el salir un poco de la rutina me ayudaría un poco a olvidar el enojo que había provocado tilapia.

Terminamos de desayunar, rápidamente cogí el pequeño cuadro que tilapia me había regalado, lo colgué en mi habitación y salí para ir con Yena al cine y de compras.

 Con Los Ojos Abiertos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora