Con Los Ojos Abiertos

Capítulo 33

Al llegar al cine, compramos los boletos y las palomitas, la película estaba muy bonita por lo cual disfrute cada momento de la función, algunas escenas me hicieron reír bastante.
Antes de que acabará la función me hablan por teléfono, miro de reojo la pantalla y era tilapia.

-no respondas este día es para las dos-dijo Yena cogiendo mi móvil.

-tienes toda la razón-respondí con una sonrisa.

Al acabar la película nos dirigimos a las tiendas para comprar ropa y maquillaje.
Volví a encender mi celular y mire que tenia un mensaje de pitufo y las llamadas perdidas de tilapia.
Abrí el mensaje, me quedé impactada con lo que estaba viendo en ese mensaje.

Mensaje
ten mucho cuidado Kasandra por favor, tilapia creo que está muerto.

No comprendía bien lo que acababa de ver en ese momento, sentí como mi mundo poco a poco se desmoronaba en mil pedazos. Salí a toda prisa del centro comercial y cogí un taxi que me llevara directo a la dirección en la que anteriormente había acordado con sus hombres.
El área estaba acordonada, poco a poco mire como sacaban los cuerpos, el suelo estaba repleto de sangre.
Rápidamente llamé a pitufo con los ojos cristalizados y con un gran nudo en la garganta que me dificultaba hablar.

Llamada
Kasandra: sabes algo de tilapia.

Pitufo: no ahí ningún rastro de él, lo hirieron y de ahí no supe nada.

Kasandra: no a él no.

Colgué el teléfono y comencé a llorar mirando los cuerpos de aquellos hombres.

Regrese a casa con el corazón hecho pedazos, grité, lloré y me culpe mil veces por no estar con él en ese momento.
Al mirar el suelo estaba una carta tirada, me limpie las lágrimas y abrí esa carta.

Kasandra perdona si en algún momento te cause daño nunca fue mi intención, eres la gran persona de la que me enamore y me hizo cambiar en muchos aspectos de mi vida, llevaré conmigo los momentos buenos que pasamos juntos como también aquellos momentos malos, no me arrepiento de haber salvado tu vida y la salvaría mil veces si fuera posible, si algo no me arrepiento fue de haberte conocido pero no quiero hacer más daño y mucho menos que tu sufras, no se si nos volveremos a ver, pero espero con ansias volver a ver tu sonrisa, esa sonrisa que me vuelve loco y se volvió mi debilidad...
Te amo te lo digo las veces que sean necesarias, hasta nunca Kasandra...
Tilapia

Con esa carta me explicaba todo, y ese momento todo mi mundo se vino abajo, estaba completamente sola, perdí a los que más quería, y ahora solo me quedaba luchar con mi enfermedad.

Al día siguiente fui al hospital por mis quimioterapia, el cáncer avanzaba poco a poco, era un momento tan difícil para mi.
En mi interior no solo era yo la persona que estaba luchando por su vida si no también niños, personas mayores y de mi edad, en ese momento me di cuenta que tenia que luchar aún más si quería seguir con vida.

Con las tomografías y las quimioterapias comenzaba mi cabello a caer a montones. Mi autoestima estaba por los suelos.

-por qué nunca nos habías dicho lo de tu enfermedad Kasandra?-preguntó mi madre furiosa al igual que Yena, solo me miraron.

-quería demostrar que era fuerte, pero no lo soy, yo solo quiero salir de esta enfermedad mamá por favor-dije en medio de sollozos.

-Kasandra no te dejaré sola y menos en este momento-dijo mi madre cabizbaja.

-si no es mucho pedir quiero que estén conmigo en este momento difícil para mi-dije secando mis lágrimas y dispuesta a volver a la batalla.
Guarde mi ropa y aquella pintura que tilapia me había regalado, no pude evitar que una lágrima rodara por mi mejilla.
Me apresure para llegar a tiempo al hospital y no tener que esperar, todo ya estaba preparado para la operación, aún estaba un poco nerviosa.
En este momento todos pedían lujos, carros o tal vez dinero, lo único que yo pedía en este momento era fuerza para vencer al cáncer.

Todo ya estaba listo, me puse la bata y me dirigí a la camilla donde me harían la operación.