Hogar de Dos | 30 días de OTP [Editado]

Capítulo 26.

Blard disfrutaba la sonrisa de su amado al ver la ventana del bus, hace unos días habían recibido la noticia de que podría detener la ceguera en su otro ojo a un precio rentable, pues una vez el derecho dejara de funcionar por completo, también atacaría al otro, lastimosamente el dinero no era capaz para que el castaño también pudiera ir, pues era fuera de la ciudad, pero como era época de invierno, al menos Blard le ofreció ropa en la semana que estaría afuera, por eso estaban de viaje a la casa del campo donde estaba su madre. 

Lo que más le alegraba era saber que su pareja estaba con buen ánimo, desde que supo la noticia no paraba de repetir ilusionado que podría mejorar, e iría con Error pues él insistía con también pagar, fueron largas horas de celebración a solas pero Blard seguía teniendo presente que seguían siendo posibilidades, así que solo buscaba no quitarle su ilusión, no quería que volviera deprimido, le daría todo su apoyo.

Una vez llegaron a la casa, hubieron varios saludos por parte de sus madres, de una forma que el albino estuvo algo nervioso al ver a sus suegras, al menos fue bien recibido y luego de preguntas hasta íntimas Blard le salvó tomándole del brazo y llevándolo hasta ático, ahí Geno suspiró aliviado.

— Creo que ya sé de donde salió la personalidad de Stave... —Dijo y ambos se rieron. El castaño arrodillado sacó una caja sin mucho polvo encima, Geno se sentó a su lado, viendo de reojo cada objeto que estaba en tal sala iluminada.

— Sí, parecemos la división en realidad de sus personalidades. —Abrió la caja, y de allí se veía prendas de distintos colores, aunque Blard terminó por hacer una mueca— No es esta caja.

— ¿Qué son esos?

— Te he contado que antiguamente hacía ropa, estos son mis primeros intentos de hacer distintas prendas, guantes, gorros, y suéteres.

El albino tomó una de estas prendas para estirarlas, era un suéter de lana blanca, no estaba tan mal, solo las mangas eran más largas de lo habitual pero el resto era muy lindo, tal que Blard se le quedó mirando enternecido y algo apenado por el gusto a una prenda del que no estaba del todo orgulloso.

— A mí no me parece intento.

— Fue lo que dijo Stave antes de empezar a usar los escotes mostrando hombro.

— ¿Sus ropas provinieron de un error? —Preguntó sorprendido.

Blard se encogió de hombros, parecía avergonzado de ese hecho, Geno le sonrió divertido y sin creérselo, se abrazó a la prenda haciendo de su esbozo más cálido.

— Quiero llevarme este.

— ¿De verdad...?

— Claro, siento que es muy especial al ser tuyo y de los primeros. Una pasión mucha mayor.

El castaño tuvo un tenue rubor, y besó al menor.

— Como gustes, Tomatito.

— Sigamos viendo las prendas, quizá me lleve otra.

— Oh, no, no te dejaré, Geno.

Entre pequeñas risas empezaron a ver distintas prendas, los suéteres que tenían mal nudos hasta los primeros de hilo, los más difíciles. Blard se colocaba algunas y los gorros a su amado, allí estuvieron hasta que se acabó todo de la caja, un poco desordenado pero con sonrisas divertidas. Geno solo se quedó con el primero y se lo probó, las mangas le quedaban tapando todos los dedos y era ancho, muy cómodo, y el castaño no pudo evitar pensar que había sido hecho para él.

Geno permaneciendo con la ropa, se levantó siendo seguido por Blard, que le explicó procedencias de los objetos, hasta ver álbumes que le permitió conocer más de la vida del mayor, sus costumbres y aventuras que tuvo con Stave en el campo, recorriendo el río, caminos rurales llenos de árboles hasta campamentos, lo que más le gusto fue el orden desde los primeros años del castaño hasta una actual, pero lo que se quedó plasmado fue un espacio en blanco, miró extrañado a Blard quien también estaba confundido.

— Creí que esto estaría completo. —Dijo Geno.

— Yo también, o eso dijo mi madre cuando me sacó una foto hace unos meses...

— Es porque es el espacio del novio de Blard ~

Con esa voz reconocida por Blard como su mamá, Geno giró asustado y Blard con una sonrisa lo abrazó por los hombros para darle un beso en su mejilla haciendo que arrugara su rostro de respuesta, un flash aconteció saliendo una foto instantánea.

Solo abundaron quejas de Geno totalmente rojo de vergüenza y risas por parte de Blard y su progenitora, hasta comer y después pasar una última noche juntos antes que Geno se fuera hasta una semana más para la operación.