Todo había vuelto a la normalidad, Geno estaba bastante feliz sobre su recuperación, su ojo estaba salvado de cualquier catástrofe y el peso que tenía a diario se había disipado del mismo modo como la culpa que se echaba Error, los conflictos habían terminado y ahora solo les quedaba seguir viviendo, no obstante eso no era negativo, Geno amaba tal rutina de pasar tiempo a Blard y a él siempre se le ocurrían algunas cosas para poder pasar el tiempo de otro modo, pero el albino siempre prefería estar juntos y abrigados en el sofá, abrazados mientras veían alguna película o hacían alguna actividad, como por ejemplo, ignorar la reproducción y empezar a besarse.
Esto no era nada nuevo, y la mayoría de las veces empezaba Blard con sus mimos cariñosos, besitos en su sien, caricias gratas, era una conmemoración a los primeros días al ser pareja, ahora agregando la correspondencia de traviesos besos como lo eran los franceses, acción que le producía mucha vergüenza al menor pero de alguna forma los disfrutaba, le entraban escalofríos pero las intenciones de ambos no era sobrellevar esto, tenían un buen autocontrol.
Aunque esta no era la situación que se describió, ahora Blard había propuesto una actividad que en un principio le había agradado a Geno pero ya después de la segunda película se había rendido; se trataba de ver películas tristes, sin ser necesariamente una competencia, solo poder soportarlas, pero el albino ya en la segunda las lágrimas se acumularon hasta ser un rió en sus mejillas, y lo peor es que el castaño no parecía inmutarse, es más, se reía bajo cuando Geno buscaba esconder su lagrimeo entre su pecho.
— ¿Acaso eres un insensible, Blard? —Preguntó en los créditos, ya más calmado.
— Mi corazón no es de piedra, tomatito. Y muy bien lo sabes.
— No entiendo como no te escocen los ojos por lo menos...
— Bien... quizá sí tengo algo de piedra en mi corazón.
Geno entrecerró sus ojos en sospecha, para entonces pensar si conocía alguna película que pudiera llegar en la vena sensible de su pareja, recordando así una que había visto desde pequeño con sus hermanos y habían prometido no verla, habían tenido fuertes traumas por las pérdidas. Pero era un arma secreta y un comodín que no podía desperdiciar.
— Veamos la última.
— ¿Seguro? —Habló el castaño al sentarse cuando el menor se acercó a la televisión para elegirlo, en donde se trataba de aquel perro que había esperado a su dueño que había muerto en el trabajo, o algo así recordaba— No quiero que te ardan los ojos.
— ¿Eso es un reto?
Blard sonrió ladinamente.
— Si lo dices así... Quizás puede que lo sea.
El de bufanda sonrió nervioso por tal coquetería y se sentó rápidamente una vez empezada la película, Blard le colocó su parte correspondiente de la manta y le acercó el té que estaban compartiendo, Geno aceptó su invitación y apoyándose en su brazo sus miradas se dedicaron a la pantalla.
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Se estaba tapando el rostro con las manos evitando no sollozar, ya recordaba por qué había prometido no ver aquella película, debía ser prohibida para todo público, era muy doloroso para él. Así estaba, secándose con la manga escuchando los créditos melancólicos y tristes, algo extrañado que no hubiera escuchado risa alguna de su pareja, quizás se había dormido, o se aguantaba la risa, pero al descubrir su rostro poco a poco descubrió que Blard mantenía un codo apoyado en el reposabrazos con el dedo índice sobre sus labios, y con facilidad se podía ver una lágrima escurridiza que escapó por el vacío de su mentón.
— Oh no, B-Blard no llores. —No supo más que reaccionar preocupado, era la primera vez que había visto las gotas saladas de su amado escurriendo de sus perfectos orbes que haber sido el culpable por la idea no le hacía sentir bien, aunque interiormente tenía un aire de victoria.
Tomó sus brazos para poder mirarle, pero se impresionó de escuchar entonces una risa algo atrofiada por esas lágrimas que solo estaban creando nuevos caminos, pero las últimas.
— Eres... un jugador sucio, Geno. —Dijo entre suspiros, secándose las gotas, vio al mencionado que seguía conmocionado por su repentina risa, y negó con la cabeza— Esto no cuenta.
— ¡Sí cuenta! —Reclamó.
— ¡Era un pobre perro!
— ¡Era una película triste, cuenta como la categoría que propusiste!
— ¡Pero era un cachorro!
— ¡Era un comodín! ¡Estabas llorando!
— Vale. —Rió ya dejando de lado toda la tristeza, para apretar la mejilla del menor— Has logrado llegar al fondo de mi corazón de piedra.
Geno se había estado riendo junto a él por tal discusión, se acordó por un momento de las discusiones de su hermano e ink, ellos eran un caso y nunca creyó que viviría lo que ellos pasaban casi a diario, tenía que admitir que había sido algo divertido. Tomó la mano ajena para llevársela a la mejilla, y suspirando le sonrió.
— Ya no te haré llorar más... no volvamos a jugar a esto, ¿Sí?
— Me parece bien.
Siendo tarde, apagaron la televisión, y se fueron a dormir tras una ronda de amorosos besos.
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Hogar de Dos | 30 días de OTP [Editado]
Fanfic- Historia Fluff - Capítulos normales. - Dedicado a una de mis personitas especiales. - Personajes humanos. El Bleno es el nombre de la pareja Blard x Geno, no es primera vez que hago alusión a esta pareja y me gustaría que le dieran oportunidad. ...