Capítulo 5 "Cómplices"

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Me caí del sofá justo a la mitad del sueño donde estaba a punto de besarme con Charlie en forma de agradecimiento por salvarme la vida. Soy total y absolutamente consciente de que no estoy en la edad de estar soñando con príncipes en caballos blancos, pero al menos puedo justificarme a mí misma diciendo que el sueño de anoche fue más que solo un beso inocente

Me levanté del piso, esperando que nadie hubiera visto mi caída humillante, mientras le suplicaba a la ilusión de Charlie que no me dejara, observando a una victoriosa Melissa sonriendo muy contenta por haberse quedado con el príncipe de mi sueño

"Tengo veintitrés años. Soy practicamente una adulta ¿Qué diablos acabo de soñar?"

Miré en mi celular algunas llamadas perdidas de Charlie anoche, y mi corazón comenzó a dar un concierto de tambores en mi pecho, preguntándome si solo quería saber de mí, o me llamaba para informarme que Frank estaba muerto

Vi su número en mi pantalla una vez mas, debatiéndome entre llamarlo, o sencillamente no hacerlo.

"Y ganó la segunda opción"

-¿Estás bien, Caroline? -gritó Diana saliendo de su habitación. Ya se había quitado su pijama, y vestía su uniforme de colegio. Una camisa blanca cubierta con una suéter azul oscuro de capucha, y una falda del mismo color, totalmente carente de gracia y estilo que me hizo agradecer el día que dejé la escuela

-Si -gruñí quitando el cabello de mi cara -. ¿Ya te vas a la escuela? -pregunté mientras aún buscaba el enfoque

-No -respondió soltando una pequeña risita sarcástica -. Sólo me vestí así porque amo tanto este uniforme, que me encanta ponérmelo para un día casual -finalizó observando su aspecto con desaprobación

-Lo entiendo sin el sarcasmo -dije frotándome los ojos, despertando finalmente

La vi dirigirse a la cocina y atacar el refrigerador como si el mundo fuera a acabarse en este momento.

Eso es definitivamente, lo único en lo que diferimos mi hermana y yo. Yo siempre había sido relajada a la hora de comer (a menos que se tratara de postres), pero ella era lo más parecido a un triturador de basura humano que alguna vez llegué a ver. Nunca pasábamos desapercibidas frente a la gente que creía que éramos gemelas, aunque la diferencia de edades y actitudes era bastante obvia (al menos para mí)

-¿Qué estaban haciendo tú y Charlie a medianoche? -preguntó directamente, tomándome por completo desprevenida. No iba a decirle a Diana que me quedé hasta tarde viendo como Charlie le destrozaba el trasero a su padre por querer propasarse conmigo

Me moví en mi asiento nerviosa, buscando respuesta a tan incómoda pregunta

-Vamos, Car -insistió mirándome -. Escuché la bocina de su auto anoche -comentó sin dejar de mirarme

-En realidad, no es su auto, sino de Melissa -dije maldiciendo mentalmente la bocina indiscreta que nos delató

-Da igual -Chasqueó la lengua, restándole importancia al asunto -¿Pasó algo entre ustedes -preguntó como si estuviera haciéndome un interrogatorio

-Por supuesto que no -negué con indignación. Aunque las sospechas de Diana no eran ciertas, me dolía el hecho de que ella creyera que sería lo suficientemente tonta como para aceptar un segundo lugar en la vida de Charlie

-Sé que él aún te mueve el piso, Caroline -dijo tomando mis manos -. Pero no puedes olvidar que él es el novio de Melissa, y las chicas jamás perdonamos ese tipo de cosas. O al menos, yo no lo haría

Su forma tan cruel de romper mi burbuja me hizo caer con más fuerza de la que creí. Mi hermana no era precisamente la persona más sutil para decir las cosas. Pero yo no tenía derecho a replicar ni quejarme cuando sabía que ella tenía razón, sin embargo, Charlie y yo ya estábamos inevitablemente unidos por un secreto. Uno que nos llevaríamos hasta nuestras tumbas

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora