El amor de mi vida

Capítulo 25 «Nunca dejaré de amarlo»

El sonido de mi teléfono sobre mi cama me despertó de repente después de dormir placenteramente toda la noche. Hace mucho tiempo que no sonaba en la mañana, desde mi desastrosa ruptura con Charlie, la cual aún luchaba por olvidar

—«Buenos días, preciosa» —Apareció en mi pantalla un mensaje de Kevin, desconcertándome, como si de repente hubiera despertando en un mundo diferente  —. «Sé que es demasiado pronto para llamarte de esa forma, pero solo quería que supieras lo especial que fue nuestra noche para mí» —Envió junto con varios emojis de corazones

Sonreí forzadamente aunque no podía verme, recostándome, soltando un largo suspiro cargado de pesar y cierta nostalgia

No sabía cómo se supone que tendría que reaccionar a partir de ahora cuando viera a Kevin en el trabajo, y menos si Charlie decidiera aparecerse de casualidad por el restaurant. Lo normal sería abrazarlo con ansiedad, como si hubiera estado en mi ventana toda la noche, rogando que amaneciera solo para verlo nuevamente. Pero la realidad es que mis pensamientos iban siempre a la reacción que tuviera Charlie sobre esto, y sobre cómo debía enfrentar esta extraña e incómoda situación en la que me encontraba atrapada

La puerta se abrió de repente, interrumpiendo cualquier pensamiento atravesado en mi cabeza

—Buenos días —saludó Michelle con una sonrisa maternal, como si de verdad fuera mi propia madre —. Jenna ya se fue a trabajar muy temprano —añadió extrañada —. Raymond, el chico del cabello raro, la vino a buscar

—¿Raymond? —pregunté sacudiendo mi cabeza con desconcierto. Michelle no sabía la historia que había detrás de aquella parejita. Mi amiga decidió ocultarle su relación con él porque no quería que le fuera con un sermón de mamá, aunque no se salvó mi «te lo dije» cuando pasó lo que pasó —. Jenna me bebe una explicación —susurré golpeando la encimera suavemente

Le di una sonrisa a Michelle antes de marcharme, haciendo que mi mente se sumergiera en mi problema una vez más. No estaba segura de que iniciar una relación con Kevin fuera una buena idea. No era justo para él tener que lidiar con un pasado difícil de borrar, y no quería que saliera lastimado si lo nuestro no resultaba como él esperaba

—Buenos días, jefe —saludé a Kevin con una sonrisa mientras lo abrazaba, sintiéndome un poco incómoda

—Buenos días —saludó plantando un largo y tierno beso en mi mejilla, como si lleváramos años de relación, como si me hubiera esperado toda su vida

Kevin se retiró a su oficina, y un silencio realmente incómodo inundó el espacio entre mi castaña amiga y yo

—¿Qué está pasando entre tú y Kevin? —preguntó la chica tomando una papa frita de un tazón, llevándola hasta su boca —. ¿Acaso eso es lo que una chica debe hacer para conseguir un aumento en este sitio? —preguntó frunciendo el ceño con indignación —. Oí la primera mesera de aquí estuvo saliendo con él, que la botó como un trapo sucio e inservible —finalizó susurrando la última parte

—Catherine era una loca —dije sin saber cómo justificar aquello de lo que no sabía nada —. Siempre hablaba de él y era muy obsesiva —comenté recordando las veces que nos sentábamos en las horas de descanso únicamente para hablar de él

La campana de la puerta tintineó cuando los clientes empezaron a llegar al lugar, provocando que Kevin saliera de la oficina

«¡Maldición! Él otra vez»

—Buenos días —saludó Raymond sonriéndole a mi amiga, quien rodeó el mostrador para correr a abrazarlo —. ¡Qué servicio tan amigable tienen aquí! —Rió el chico, abrazando a su aparente novia