Capítulo 37 «Ola de dolor» (Hacia su gran final)

508 27 2
                                    

Desperté adolorida en mi habitación a consecuencia de los golpes que Bradley me había dado la noche anterior

Me quedé en un rincón de la cama. Sola y destruida, sintiéndome la peor persona en la historia de la humanidad por haber creído cada una de sus mentiras

—Buenos días, Caroline —Entró Brad sin siquiera tocar la puerta. Millones de pensamientos malos hacia él se formaron en mi cabeza mientras observaba como caminaba y examinaba mi habitación

—Muérete —gruñí, levantándome de la cama para prepararme e ir a trabajar para olvidar todo este asunto

—¿A dónde vas? —Me tomó del brazo, empujándome bruscamente hacia él —. Tú no sales de esta casa hasta que yo te diga -habló muy cerca de mi rostro -. Y vístete. Tenemos visitas -Se volteó, sonriendo malévolo

La desesperación empezó a hacer su aparición en mi cuerpo, haciéndome temblar de miedo y de ira por sentir tal cosa como el temor

Tomé mi teléfono para hacer una llamada, pero mi mente se bloqueó sin saber a quién acudir sin que Bradley lo supiera

—¿Diana? —dije cuando sentí que habían contestado mi llamada —. Necesito hablar contigo, hermana —Jadeé aterrada

—¿Que sucede, Car? —preguntó del otro lado de la línea —. ¿Ya descubriste lo que Kevin te oculta? —preguntó ansiosa

—Nos equivocamos, Diana —mentí, aunque Bradley y Frank no estaban presentes para escucharme. No quería que Diana ni Charlie se metieran en esto, y menos que salieran lastimados por mi culpa —. Creo que Jack es quien nos está engañando

—¿Qué? —dijo con voz aguda —. Eso no puede ser posible

—¡Caroline! —Escuché a Bradley llamarme desde la sala —. La visita llegó, mi amor —Soltó una carcajada, dándome a entender que quien sea que fuera, sabía del plan de Bradley de tenerme aquí encerrada

Intenté tomar un poco de valor de mí de donde no había, y me forcé a bajar las escaleras para dirigirme a la sala

—Buenos días mi precioso ángelito —saludó Frank recostándose, extendiendo los brazos alrededor del sofá —. ¿Me extrañaste? —Rió, intentando levantarse de su asiento, ayudándose con el bastón

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté mirando al hombre poner sus pies en la mesa de centro muy cómodamente —. ¿Qué está haciendo él aquí? —pregunté a Bradley, lanzándole una mirada de desprecio a Frank

—Frank me trajo aquí —dijo sorprendiéndome y confundiéndome aún más —. Después de que tu amorcito Charlie le diera esa terrible paliza, él me contrató para que yo cobrara mi venganza por todo el desprecio que ustedes me hicieron

Me quedé en silencio mientras mi cerebro intentaba procesar todo lo que estaba escuchando. No podía creer cómo un niño tan inocente y tranquilo como era Bradley en la infancia pudiera guardar tantos años de odio en su corazón

—Escucha, Brad —dije intentando razonar con él —. Tú eres un chico bueno, no creo que serías capaz de tanto -Intenté hacerlo recapacitar

—No lo era, Caroline —Me tomó de la barbilla, tratando de hacer que lo mirara —. Pero cuando uno es víctima de tal maltrato, es cuando aprende a ser de esta forma —Dejó escapar algunas lágrimas, cayendo como cascadas, inundando sus mejillas —. No tienes idea de lo que el bullying y el rechazo pueden hacerle a una persona

A pesar de que lo que Brad estaba haciendo estaba mal, y de que yo jamás había estado en carne propia en una situación igual, pude comprenderlo. Charlie y Raymond solían ser muy agresivos a la hora de referirse a él sin el más mínimo respeto, y sus raros insultos eran muy grandes hasta para un adulto

Nos quedamos en silencio por varios segundos, mientras yo ya había perdido la confianza en las personas que estaban a mi alrededor, haciéndome pensar que solo vine al mundo a pagar por los malos actos de otras personas . Frank llegó para deshacerse de mí porque mi madre lo había dejado por reconciliarse con papá hace algunos años, y ahora Bradley quiere vengarse de mí por algo que mis amigos le hacían

—¿Qué pasará con el trabajo? —pregunté fingiendo temor, aunque ya no era capaz de sentir tal cosa —. No puedo quedarme aquí con ustedes

—Puedo llamar a tu trabajo y decirle al idiota de tu jefe que te vas a tomar un tiempo de vacaciones —Besó mi mejilla estruendosamente —. Nos tomaremos una temporada de luna de miel en Malibú —Extendió su brazo a mi alrededor, mirándome con burla

-¡Yo no iré contigo a ninguna parte! —gruñí, retorciéndome, intentando escapar de él

—Tú harás lo que yo te digo —ordenó, forcejeando conmigo mientras intentaba abrir la puerta al mismo tiempo —. Frank se encargará de cuidar nuestro hogar mientras nos divertimos un poco —Me pegó contra la puerta de la camioneta, besándome rápida y desesperadamente, mientras yo rogaba al cielo por algún tipo de ayuda

El trayecto fue silencioso y pesado, dirigiéndonos a quién sabe que horrible lugar. Me encontraba presa del miedo, y no sabía si gritar y llorar, o solo esperar a ver qué pasaría

—¿A dónde me llevas? —pregunté temerosa. Ya había visto suficiente Investigación Discovery en mi vida como para ignorar el hecho de que posiblemente me llevaría lo suficientemente lejos para que mis gritos de dolor no pudieran ser escuchados

—A un lugar mágico —Sonrió con malicia

Seguimos el camino en un silencio rotundo, mientras nos dirigíamos a nuestro destino. No dejaba de pensar en las veces que rechacé a Charlie por estar con alguien que yo creía que merecía mi amor, y no pasó un minuto de este día sin que lanzara maldiciones al aire por el día que me encontré con Bradley Wilson otra vez

—Ven aquí —gruñó sacándome de la camioneta a empujones cuando finalmente llegamos a la playa —. ¡Muévete! —ordenó, tirando de mi brazo para caminar junto a él

Me senté en la arena, observando el mar con tristeza y nostalgia invadiendo cada centímetro de mi cuerpo. Este lugar no era más que otro de los tantos recuerdos que había guardado en mi corazón, junto con el amor que aún siento por Charlie

Aquí tuvimos nuestra primera vez, tirados en la arena como un par de borrachos, sin importarnos quién pudiera vernos

El recuerdo me hizo sonreír, dejando escapar algunas lágrimas de tristeza y remordimiento, que no desaparecía tan fácilmente

—¿Te gusta el lugar? —Apareció Bradley, borrando todo rastro de sonrisa en mi rostro, llenándome de rabia —. Sabía que te gustaría —Se sentó a mi lado, poniendo su brazo alrededor de mí, estremeciéndome de disgusto

Yo solo permanecí en silencio, lanzándole miradas de odio a las que él no le daba mucha importancia

—A mí me encanta este sitio —Me lanzó una mirada lujuriosa, haciéndome sentir más temor del que nunca sentí —. Creo que es perfecto para hacerte mía toda la noche —Susurró en mi oído, agitando mi respiración, hiperventilándome

Me tomó del brazo una vez más para llevarme a algún lugar donde nadie nos viera para hacer de las suyas

Mi cuerpo sudaba y temblaba, y mi corazón se aceleraba con susto cuando sus manos empezaban a recorrer mi cuerpo, tocándolo con lujuria desenfrenada, imposible de controlar. Su lengua recorría mi cuello, haciéndome sentir asqueada por tal forma en la que según él, me estaba haciendo el amor

Sus besos ya no eran suaves como solían serlo antes. Ahora sus besos eran salvajes y sus labios me causaban repulsión con solo mirarlos

Lo único en lo que estaba concentrada en ese momento era en el sonido de las olas del mar, arrastrando todo a su paso, como la ola de dolor que se había llevado toda mi felicidad

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora