Capítulo 30 «Una propuesta desesperada»

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La mañana pasó rápidamente, y sin siquiera darme cuenta, la luna ya se encontraba posada en el cielo, iluminando el cielo nocturno, acompañado de las estrellas

Me había costado un poco mantener mi mente enfocada en cualquier cosa que estuviera pasando en el presente, ya que mi mente aún estaba perdida en lo que había pasado con mi hermana, y en qué nuevo plan tenía Frank para deshacerse de nosotras. Sumándole el hecho de que también estaba pensando en Charlie y en nuestra dolorosa despedida, que no podía sacarme de la cabeza

No puedo creer que realmente habíamos terminado, y que yo fuera tan insensible como para jugar con los sentimientos de Kevin, estando con él sin amarlo como se lo merece

—Ya me voy a casa —habló Kevin detrás de mí —. ¿Te molestaría acompañarme solo por esta noche? —Sonrió con cierta picardía en su mirada

—Estaría más que encantada de poder acompañarte —Lo abracé, besando su mejilla

—Vamos —Puso su brazo alrededor de mí para caminar juntos

Cuando nos subimos a su auto, él lo puso en marcha, y nos dirigimos a su casa, sintiendo como mi nivel de ansiedad aumentaba

—Bienvenida —Hizo una reverencia en forma de broma, sacándome una sonrisa

—Gracias —respondí, haciendo también una reverencia

Cuando abrí la puerta, la casa se encontraba escandalosamente adornada de rosas rojas por todas partes. Habían pétalos regados en el piso, como un sendero que indicaba por dónde tenía que pasar, y una mesa para dos adornada de rosas, y un par de velas que aún no se encontraban encendidas

—¡Wow! —Reí sin más que decir —. ¡Esto es realmente maravilloso! —Miré alrededor 

—Gracias —Me abrazó por detrás, rodeando mi cintura con sus brazos —. Realmente me esforcé mucho para que fuera perfecto —Me besó complacido por mi respuesta

—¿En serio lo hiciste tú? —Reí mirándolo con incredulidad —. No te ofendas, pero.... este no parece ser tu estilo

—Pues... gracias por tener tanta fe en mí —Se alejó fingiéndose ofendido, haciéndome sonreír con su conducta infantil

Nos dirigimos a la mesa para disfrutar de la cena que Kevin había preparado. Él no era un gran cocinero, pero aún así estaba ansiosa por saber lo que prepararía para este gran evento

—Espero te guste —dijo destapando un platillo de spagueti al horno finamente adornado con un poco de albahaca, sirviéndome solo un poco —. Casi quemo la casa haciéndolo —Rió —. No soy tan bueno para esto como mi papá, por eso dejo de que Jenna se encargue de la cocina

—Ella tampoco es muy buena —Reí tocando su mano para animarlo

Un silencio incómodo inundó el espacio entre nosotros, haciéndome sentir incómoda de repente. Kevin empezó a moverse en su asiento nerviosamente, causándome algo de gracia

—¿Qué te pasa? —pregunté, riéndome de su actitud —. ¿Está todo en orden? —Le di un sorbo a mi jugo

Mi teléfono sonó, interrumpiendo la respuesta de Kevin, haciéndolo sentirse entre decepcionado y aliviado

—¿Dónde estás metida, Caroline—preguntó Diana del otro lado de la línea —. Te he estado esperando toda la noche

—Estoy en casa de Kevin —Le sonreí al chico, mirándolo con cariño

—Oh —dijo simplemente —.  ¿Entonces no regresas está noche? —Pude sentir una sonrisa traviesa extenderse en su rostro

—Puede que no —Sonreí, acercándome a Kevin —. Adiós hermanita —Colgué la llamada, apagando mi celular

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora