Capitulo 29 «Por última vez»

517 32 4
                                    

El dolor de cabeza no me dejó dormir en toda la noche, despertándome más temprano que de costumbre el día domingo. También estaba el hecho de que había tenido una noche alocada en la que casi tuve relaciones de carácter sexual con mi ex novio, y, aunque quiera ponerle palabras finas para no sentirme culpable, igual hace que me sienta como la peor persona del mundo

—Buenos días, Car —saludó Michelle despertando. Su cabello ya gris por la edad lucía despeinado, y su cara parecía maldecir en silencio el haberse despertado temprano un día como hoy

—En realidad no son tan buenos —Forcé una sonrisa, sirviendo un poco de café en nuestras tazas para iniciar el día —. Si tu hija no despierta, estoy dispuesta a entregarme a la policía —agregué, tratando de iniciar una conversación para desahogarme

—Lo tomaré en cuenta —Rió un poco, sumergida en su taza de café, como si supiera a qué me refería

El silencio reinó en ese momento, llevándome involuntariamente de vuelta a aquel terrible momento en el que traicioné la confianza de Kevin, haciéndome pensar qué reacción debería tener frente a él después de todo lo sucedido

Escuché mi celular sonando, rompiendo el silencio que se había formado de repente en la cocina

—Caroline —dijo una voz que me resultaba familiar, sin embargo me costó reconocerla del todo hasta que volvió a hablar —. Tienes que venir a tu casa, ahora —pidió David sonando desesperado

El mundo pareció paralizarse cuando escuché esas palabras. Si David estaba en mi casa, pidiéndome que fuera, significaba que Diana no estaba bien

—Voy para allá —Corté de pronto la llamada, cayendo pesadamente en el sofá de la sala

Me quedé estática por un segundo, sin tener idea a lo que me enfrentaría al llegar a casa. No sabía cómo reaccionaría si la encontraba sola, sintiéndose humillada como por años me sentí yo, y lo peor era no saber si la iba a encontrar golpeada y maltratada

—¿Qué sucede, Caroline? —preguntó Michelle notando mi preocupación

—No lo sé —dije casi sin aire, intentando sacar cualquier mal pensamiento de mi cabeza —. Tengo que irme —Salí de la casa, sin siquiera preocuparme por arreglarme antes

Mientras caminaba, la desesperación y la preocupación se apoderaron de mí en cada paso que daba. No quería ir a casa y ver a mi hermana llorar, y no quería que me diera la razón de esa forma

Llegamos finalmente a casa. La puerta estaba un poco abierta, y se me hizo un nudo en el estomago. Me acerqué a la ventana sólo para ver a Charlie abrazando a mi hermana con amor, como un hermano sobre protector defendiendo a su hermana

—¡Caroline! —Diana se lanzó sobre mí, haciéndome tambalear —. Tenías razón sobre él —Jadeó casi sin fuerzas —. Es un monstruo

—Ya está bien —Acaricié su cabeza, besándola con ternura

El sonido de las respiraciones agitadas, jadeos, y llanto, eran los únicos sonidos presentes en la sala. Nadie decía nada, y solo nos dedicábamos a mirarnos unos a otros

—¿Qué fue lo que pasó? —me atreví a preguntar, rompiendo el silencio en el espacio

—Frank..... —Jadeó —. Él estaba borracho —Cerró los ojos —. Trajo a unos amigos a casa, y le pedí que los sacara —Sus labios temblaban, y su cuerpo se tensaba. No habían signos de golpes en su cuerpo ni su cara, lo que me tranquilizó, pero a la vez me preocupó, porque si no no íbamos a poder mostrar la culpabilidad de Frank —. Él me dijo que yo no era nadie para decirle qué hacer, y entonces pasó —rompió a llorar, derrumbándose en mis brazos

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora