Capítulo 36 «Sin máscaras»

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A medida que veía la luna posarse arriba, mis nervios aumentaban en gran manera. Sabía que enfrentar a ese farsante y descubrir quién en realidad no sería nada fácil

Mientras Kevin y yo acomodábamos las mesas y guardábamos todo en su lugar, mi mente inevitablemente se perdía en todo lo que había descubierto de él hoy, haciendo que millones de preguntas y teorías se acumularan en mi cerebro

«¿Por qué mintió? ¿Qué es lo que realmente busca ganar mintiendo?»

Hacerlo hablar no estaba para nada fácil, pero si de verdad no era una mala persona como creía, no tendría nada que temer sobre por qué mintió

—¿Ocurre algo, Caroline? —Se acercó Kevin, dándome una mirada de apoyo —. Ya sé ¿te incomodan los chicos diferentes a ti, no? —Se alejó, sin embargo no parecía tímido ni inseguro como el Kevin que yo conocía —. Tal vez soy un poco oscuro porque mis padres me hicieron con la luz apagada, pero soy buena gente —Rió un poco, empujándome suavemente

—Si de verdad eso fuera posible todos seríamos iguales, y eso es aburrido —Reí tímidamente

—¿No crees que seamos iguales? —Borró la sonrisa de su rostro, haciéndome sentir mal —. Es broma —Soltó una carcajada, haciéndome reír también —. Entiendo lo que dices

Reímos por largo rato. Y, así como si fuéramos niños, la amistad y la confianza creció entre nosotros, como cuando un niño o niña te invita a jugar una sola vez y se vuelven los mejores amigos de la noche a la mañana

Terminamos de guardar todo, y justamente Diana vino a buscarme, deteniéndose al momento en que me vio con Kevin sin entender qué pasaba

—Hola, Car —Se acercó, abrazándome y besando mi mejilla —. ¿De qué me perdí?—Miró a Kevin confundida

—Te prometo que te voy a contar todo —dije caminando abrazada a ella —. Pero prométeme que no le vas a decir nada a Charlie —La alejé, tomándola de los brazos, confundiéndola y asustándola un poco

Ella solo asintió en silencio, un poco sorprendida de verme tan nerviosa como estaba

—Creo que Kevin no es la persona que dice ser —dije simplemente —. Esta mañana Jack nos presentó a su hijo —Cabeceé hacia el chico que aún se encontraba arreglando los últimos detalles antes de marcharse

—¿Entonces con quién diablos estás saliendo, Caroline? —susurró, aturdida por la noticia —. ¿Ves lo que te pasa cuando no me escuchas? —Se acercó más a mí

—Ya me voy a casa —Pusé mi bolso en mi hombro, saliendo del lugar

Mientras caminaba por las calles, mis piernas comenzaron a temblar y moverse torpemente, tropezando con mis propios pies a medida que caminaba, imaginando lo que sería de mí al llegar a casa

Cuando finalmente llegué a casa, abrí la puerta, esperando y deseando que Kevin no hubiese llegado para no hablar con él, aunque sabía que no podía seguir huyendo de él toda la vida

—Hola, Caroline —habló Kevin, haciéndome sobresaltar —. Que bueno es estar de vuelta en casa —Se acercó para darme un abrazo, dejándome confundida

—Yo también te extrañé —Forcé una sonrisa, intentando procesar todo lo que había pasado en el día

Todo el concepto que yo tenía de Kevin se derrumbó, dejando millones de dudas alrededor de mi cabeza, preguntándome por qué actuaba de esa manera, y qué era lo que realmente se escondía detrás de aquel chico bueno que aparentaba ser

—¿Qué hay de cenar esta noche? —Me abrazó, poniéndome nerviosa —. Espero que hayas ordenado algo rico —dijo de manera burlona, pero ni siquiera fui capaz de sonreír —. ¿Qué sucede, mi amor? —Tomó mis mejillas entre sus manos, haciéndome estremecer, rogando que no lo notara

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora