Capítulo 31 «Baldes de agua fría»

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Y ahí estaba yo, sentada en la esquina de la cama, mirando a la nada misma, pensando si realmente había tomado la desición correcta. No había logrado dormir en toda la noche desde el momento que Kevin me había hecho esa propuesta que me había mantenido despierta toda la noche

Froté mis ojos, estirando mi cuerpo para poder empezar mi día con las ganas que se suponía que debía hacerlo

—Hola —saludó Diana sin humor. En unos meses sería su graduación y lo único que la emocionaba de eso, era poder usar la ropa que quisiera sin poder sentirse extraña

—Buenos días —Me forcé a levantarme de la cama en un silencio casi aterrador

Conocía lo suficiente a Diana como para saber que estaba intrigada por saber qué había pasado anoche, aunque anoche no había tomado la iniciativa de buscar conversación

—¿Puedo saber qué pasó anoche? —preguntó finalmenre, mirando su aspecto en el espejo, desaprobando su uniforme —. No te moviste en toda la noche —Amarró su cabello en una cola de caballo —. Eso pasa cuando no puedes dormir

Me paralicé por un momento, intentando buscar una forma de esquivar el tema

—No quieres saber —Forcé una sonrisa sin ánimos

—No quieres decirme que es diferente —Se cruzó de brazos, dándome una mirada de detective de película —. Dime que no te acostaste con él —Me tomó de los hombros, dándome una sacudida suave

—¡Por supuesto que no¡ —Fruncí el ceño indignada, soltándome de su agarre —. Que vaya a vivir con él no significa que me lance a la primera en su cama —Apreté los ojos, dándome cuenta de lo que acababa de decirle

Su mirada se tornó fría al instante, mirándome con la boca abierta, tratando de procesar lo que acababa de oír

—¿Qué dijiste? —Sacudió la cabeza, como si hubiera recibido un golpe que la dejó aturdida —. ¿Es en serio, Car? —dijo casi como si fuera un susurro

—Aún no lo sé —Suspiré pesadamente, intentando ordenar las ideas en mi cabeza —. No quiero ilusionarlo, pero tampoco quiero romper su burbuja, ¿entiendes? —Cubrí mi rostro con mis manos

Ella solo se quedó procesando la información, tratando de disimular su desaprobación por la alocada idea

—Aún no entiendo cómo fue que tú y él terminaron juntos —Hizo un gesto pensativo —. ¿Sabes? no sé mucho sobre química porque la reprobé casi la mitad de la secundaria, pero estoy segura de que ustedes dos no tienen nada de eso —Rió sin humor

—¿Reprobaste química en toda la secundaria, y aún así vas a graduarte? —Forcé una risa, tratando de desviar el rumbo de la conversación

—No me cambies la conversación —Rodó los ojos, resoplando con frustración —. ¿En serio vas a mudarte con Kevin? —Bajó la mirada con cierta tristeza

—No te preocupes —Tomé su mano para calmarla —. Vendré a visitarte muy seguido —La atraje hacia mí, abrazándola

—¿Y si Frank regresa? —preguntó con la mirada llena de temor

Era raro ver en su mirada esa reacción cada vez que hablaba de su padre después de haberlo amado tanto. Diana ya no era la misma desde aquel momento, y el solo hecho de que lo llamara por su nombre, lo comprobaba

—No regresará —Besé su frente, abrazándola fuerte

Llegamos al trabajo juntas antes de que Diana se fuera a la escuela, siendo sorprendidas por un par de clientes inesperados.

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora