Capítulo 16 "Queridos suegros"

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Después de que el lugar cerrara debido a que ya era muy de noche, y Kevin ya se había ido, se escuchó el agudo sonido de la campanilla de la puerta al abrirse

—¿Qué haces aquí? —pregunté viendo a Charlie parado en medio del caos de mesas y sillas desordenadas en el lugar

—¿Estás enojada? —Resopló con incredulidad —. ¿No te parece que debería ser yo el que tendría que estar molesto por la confianza que le das a tu jefe? —reclamó cruzando los brazos sobre su pecho, inclinándose un poco hacia adelante para enfrentarme

—Cuando imaginé mi relación contigo, jamás imaginé que esto sería así —Negué con la cabeza, medianamente decepcionada —. No puedo creer que no confíes en mí

El silencio reinó por los pocos segundos antes de salir del restaurante, mientras caminaba a toda prisa con Charlie detrás de mí

—¡Caroline! —gritó jadeando como si estuviera conteniendo la respiración por largo tiempo —. Perdóname —pronunció tomando mi brazo trayéndome hacia él. Sus ojos brillaban de culpa y arrepentimiento genuino por su actitud anterior, así que me obligué con orgullo a mirar hacia otra parte para no ceder

—No se trata de que yo te perdone, Charlie —Me volteé de espaldas a él, cruzando los brazos —. Se trata de que sé que esto se repetirá cada vez que Kevin y yo estemos en el mismo espacio, y tú no puedas controlarte

—Me controlaré —prometió tomando mi mano, besandola repetidas veces —. Me va a costar trabajo, pero lo haré —aseguró besando mi mejilla —. ¿Me vas a acompañar a cenar con papá? Cenaremos en casa esta noche —informó atrayéndome para caminar abrazada a él

—¿David los acompañará? —pregunté insegura —. No quiero encontrármelo y explicarle por qué estoy ahí

—Resolveremos eso luego —aseguró una vez más —. Pensándolo mejor..... ¿qué tiene si se entera que somos novios? —reflexionó —. Es más, creo que deberías decirle a Diana antes de que yo lo haga —amenazó en broma

—¿Crees que es hora de hacerlo? —Dudé por un segundo

—Solo le diremos la verdad, y le pediremos que guarde el secreto de la rata asquerosa de su padre —planteó el chico sin remordimiento en sus palabras —¿Aceptarás? —Me besó

—Lo haré —dije devolviéndole el beso de forma rápida y suave a la vez

El camino hacia la casa de Charlie se hacía más corto a medida que caminábamos por las calles, observando cómo las luces cada establecimiento en la ciudad se apagaban, y las puertas se cerraban

Sentí mi corazón detenerse en el momento que llegamos a su casa, y me detuve para observar el viejo auto de la familia Osborne en el garage. Ya estaba bastante oxidado, y de aquel precioso auto gris descapotado con asientos de cuero rojo brillante de aquella época, solo quedaba el más nostálgico de los recuerdos

—¡Hola, papá! —saludó Charlie gritándole, haciéndome volver al presente de un sobresalto —..... ¿Qué estás haciendo tú aquí? —gruñó cuando salió a recibirnos una mujer rubia de unos treinta años. Tenía el cabello rubio, rizado, hasta por debajo de su busto, maquillaje un poco exagerado, y un cuerpo con el que podía pasar fácilmente por una mujer de la vida fácil

Charlie me miró por unos escasos segundos, sin saber cómo reaccionar, ni qué decir

—¿Ella es tu novia, Carlos? —saludó la indiscreta mujer con lo que reconocí como un acento italiano —. ¿Melissa, no? —preguntó escaneándome con la mirada

Me quedé estática por un momento. Charlie jamás me había contado acerca de esta mujer, y ya veo por qué 

—Mi nombre es Charlie —corrigió groseramente el chico a la insoportable mujer —. Ella es Caroline —dijo haciendo un ademán hacia mí

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora