Capítulo 23 Desición de olvidar»

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Desperté en la mañana, sintiendo mi cuerpo pesado a consecuencia de la salida de anoche, que dejó como resultado a una Caroline confundida y avergonzada

«¿Por qué dejé que Kevin me besara?» «Jamás creí que estaría lo suficientemente borracha en mi vida como para hacer eso»

Sacudí mi cabeza, intentando deshacerme de aquellos pensamientos que habían invadido mi mente. No sabía cómo tendría que reaccionar al ver a Kevin después de lo ocurrido, y ahora que finalmente me encontraba sobria, no quería averiguarlo

—Buenos días, Michelle —saludé a la mujer que ya consideraba mi propia madre —. ¿Dónde está Jenna? —pregunté buscando a la castaña en la sala vacía

—A mí ni me preguntes —Encogió un hombro, sirviéndome un poco de café —. Anoche la escuché riéndose desde la sala. Estuvo hasta tarde pegada en su teléfono, y no me vas a decir que estaba viendo memes, porque aún a mi edad, ya sé lo que son —Se cruzó de brazos, dándome una mirada interrogativa —. ¿Tu sabes algo, Caroline? —preguntó, poniéndome a pensar. Jenna había jurado que después de lo ocurrido con Raymond, jamás iba a volver a involucrarse con alguien más. Aquel momento había destrozado casi por completo su vida, y había hecho de ella la chica escéptica y tal vez para muchos, la antipática chica a la que solo Diana y yo tolerábamos

—No —aseguré, tratando de buscar una lista de posibles candidatos

Casi como si la hubiéramos invocado, la castaña apareció en su suéter de pijama de Bob Esponja que ya estaba perdiendo el color por exceso de uso, y sus monos caseros negros, con sus pantuflas moradas afelpadas que carecían de todo el glamour al que me tenía mal acostumbrada 

—Buenos días, familia —Se acercó Jenna estirando sus brazos, dejándolos caer sobre su madre, abrazándola con cariño —. ¿No se supone que deberías estar en cama, maldiciendo la existencia del trabajo, después de beber como loca toda la noche? —me habló la chica llevándose un pan de sándwich a la boca, recibiendo una mirada de desaprobación de su madre

—No bebí tanto —Masajeé mi sien para relajarme un poco —. Además, no quiero quedarme aquí haciendo nada —agregué con expresión aburrida

—Podrías ayudarme a cuidar mis plantas mientras yo hago el mercado para la semana —propusó Michelle, recibiendo una mirada de fastidio de mi parte —. Ya entendí —Rió ante mi negativa a su propuesta

—Creo que ya me siento mejor para trabajar —Me levanté del asiento, seguida de mi castaña amiga

Mientras caminaba pensaba en todo lo que pasó la noche anterior. Jamás imaginé que algo así pasaría, y lo peor es que me siento avergonzada y culpable 

—Buenos días, jefe —saludó Jenna a Kevin acercándose a la barra

—Buenos días, Meyer —saludó el chico, dándole un beso amistoso en la mejilla de mi amiga

Kevin se dirigió a su oficina, fijando su vista en mí antes de cerrar la puerta, despertando la curiosidad de mi amiga y compañera de trabajo

—¿Pasó algo entre ustedes anoche? —dijo tratando de contener su clásica sonrisa de picardía, provocando que mi postura se encorvara al recordar aquel momento

—Lo besé —admití cubriendo mi rostro con mis manos

—¿Estabas tan borracha? —preguntó tapando su boca con asombro

—No lo suficiente para no darme cuenta de lo que estaba haciendo —Sonreí avergonzada —. Aunque, pensándolo bien....no sé si yo lo besé, o si él me besó —susurré

—¡Fácil! —Chasqueó los dedos —. ¿Qué sentiste cuando se besaron? —preguntó con curiosidad

—Verguenza —respondí sin pensarlo dos veces

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora