Capítulo 7 "Un huésped desagradable"

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El sol hizo su aparición a través de la ventana de mi habitación, anunciando que el día oficialmente había llegado, y que el fin de semana recién acababa de comenzar. Los rayos del sol iluminaban la vieja cortina color vino de mi cuarto, la cual estaba ya descolorida y un poco hueca por la antigüedad.

Me quedé mirándola por unos segundos, recordando la vez que mamá me ayudó a escoger las cosas para mi nuevo cuarto. Recuerdo lo feliz que estaba de que su niña por fin tuviera una habitación propia, y lo grande que me hacía saber que ya no compartiría mi habitación con mamá

Hasta que se casó cuando yo tenía once años, y tuve que compartir mi cuarto con Diana hasta el día de hoy. Y el resto, es historia

Me levanté para ir al baño cuando finalmente reaccioné, recordando lo que había pasado la noche anterior. Para mí fue casi como un sueño ver a Charlie terminar con Melissa finalmente, aunque también se me cruzaba por la mente la posibilidad de que le hubiera explicado lo sucedido, y se haya reconciliado con ella

-¿Fue loco lo que sucedió anoche, no? -preguntó Diana con picardía. Ella estaba convencida de que Charlie realmente había terminado con la pesada de Melissa, mientras que yo tenía que verlo con mis propios ojos para poder creerlo

-¿A que te refieres? -pregunté sonriendo -. ¿A reencontrarte con David? -dije tratando de cambiar el rumbo de nuestra conversación para no hablar de Charlie

-Sigue siendo tan tierno y guapo como lo recordaba -confesó con la mirada perdida -. Pero yo me refiero a.... su hermanito mayor, Charlie. No pensé que fuera a terminar con Melissa en serio

-Están bien -hablé volviendo a la habitación -. De seguro hablaron y arreglaron sus cosas -supuse deseando estar equivocada. Recuerdo perfectamente lo que sentí al ver a Charlie terminar con Melissa. Era una mezcla de alivio de saber que por fin estaba libre, y culpabilidad de sentirme feliz cuando ella estaba con el corazón roto

El timbre en la puerta se escuchó hasta la sala, interrumpiendo nuestra conversación matutina de cada día

Salimos aún con nuestras pijamas aún puestas, preguntándome quién podría venir a molestarnos tan temprano

-Buenos días -habló una mujer joven. Era una mujer de piel morena, rizos alborotados y un poco alta. Su rostro daba una impresión de severidad, como si hubiera practicado por años para mantener esa expresión seria en su rostro. A mi punto de vista, creo que ni siquiera pisaba los treinta, pero me intimidó tanto, que no me sentí capaz de preguntarle su edad -. ¿Aquí vive Caroline y Diana Raynolds? -preguntó detallándome

-Mi nombre es Caroline Stacy -me presenté usando el apellido de mi madre. Mamá me había criado sola hasta el día que ella y Frank se casaron, y no tenía idea de quién era mi padre, así que siempre usaba el apellido de ella para identificarme

-¿Sabe de algún familiar del señor Frank Raynolds? -cuestionó con notable incomodidad en su rostro

-Es mi padrastro -dije simplemente. Legalmente, él aún estaba casado con mamá, y era parte de su vida, aunque simplemente fuera su viudo

-El señor Raynolds sufrió un terrible accidente hace muy poco, y no se encuentra en condiciones de estar solo -explicó la mujer con un ligero toque de arrogancia

-¿No le dijo de algún otro familiar que quizás quiera hacerse cargo de él? -pregunté aún sabiendo la respuesta

La mujer me miró con aire de sorpresa ante la actitud tan despreocupada de mi parte

-No -me confirmó con seguridad -. El hombre solo mencionó a sus hijas -dijo finalmente

"¡Demonios! Esto no me puede estar pasando"

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora