PD: Sabes que soy tuyo... [Naruto y Sasuke]

∙8∙

Encendió la luz de su habitación.

-¡Qué demonios! -Gritó con sorpresa. -¿Qué haces aquí?

Consternado observó toda su cama regada de las cartas que él mismo había escrito. ¡Eso no podía estar pasándole! Su bochorno era innegable. Incrédulo miró al objeto de sus deseos que despertaba un tanto asustado.

-¡Sasuke! -Gritó con sorpresa Naruto-¿Qué haces aquí, dattebayo?

-¿Qué "qué" hago aquí? Es mi casa!!!-gritó pasmado por la incredulidad.

Pronto la sorpresa de Naruto se disipó y se despertó completamente. Arrodillándose en la cama se fue acercando a Sasuke, quien lo miraba atónito. El rubio empezó a recordar qué lo había llevado ahí y la grata sorpresa que se había encontrado al revisar aquella caja con su nombre. No lo dudó un instante:

-¡Sasuke! -Lo llamó feliz y sin dudarlo se lanzó con los brazos abiertos al Uchiha y lo empezó a rodear con un fuerte abrazo- ¡Has llegado! -Le dijo feliz y sonriente.

-¿Hmm?-Sasuke no entendía nada, pero prefería estar malhumorado, con el ceño fruncido, a tener que tratar el tema que más importaba.- ¿Qué haces invadiendo mi casa?

-¿Tienes otra-ttebayo?-Lo empezó a palpar Naruto emocionado sin escucharle siquiera- ¿Tienes otra de esas cartas para mí?

Naruto se veía tan feliz al preguntarle aquello, y Sasuke distraído por sus manos recorriéndole y tan abochornado como estaba con aquella situación no se percató que una mano de Naruto se dirigió dentro de su chaleco y tomó sin permiso alguno y sin importarle lo más mínimo la última carta que traía para él, en realidad para aquella caja donde se conformaba de guardar sus sentimientos.

-¡Sí!-gritó feliz Naruto alzando en alto la carta que tenía su nombre escrito al frente. Una vez hallado su tesoro, pronto la intentó a abrir y eso pareció sacar a Sasuke de su desconcierto.

-¡No! ¿Qué haces? ¿Quién te ha dado el derecho?-Le gritó Sasuke deteniéndole con el brazo.

Naruto le puso los ojos en blanco. Sin dejar de sonreírle se arrimó más a él y con la otra mano le tomó la nuca y lo acercó a sus labios. El beso fue rápido y casto, un tanto torpe. Sasuke no salía de su asombro. Tenía la boca ligeramente abierta, los ojos como platos y el corazón que galopaba sin control en su pecho. Se había quedado sin capacidad de reacción. Naruto le acarició el rostro y le tomó la mano que Sasuke había soltado de su agarre por estar tan pasmado. Lo guió hasta la cama para que juntos se sentaran.

Incrédulo, Sasuke se tomó unos momentos para pensar en la seguidilla de eventos que se habían sucedido. Sencillamente no lo podía creer. Naruto, SU Naruto estaba ahí en su casa, en su cuarto, en su cama, tomándole de la mano. Aquello era sencillamente imposible. Creyéndose víctima de algún rebuscado y cruel genjutsu hizo el sello con su mano y dijo:

-Kai!-no funcionó-Kai!-lo intentó de nuevo en vano.

Aquello pareció divertir enormemente a Naruto que no pudo contener la carcajada, gesto que hizo vibrar cada célula del azabache que poco a poco salía de su letargo, gracias a la calidez que desprendía el rubio.

-¿Qué haces? Soy real, soy yo, Naruto. Soy TU Naruto, dattebayo. - con una caricia a su rostro lo miró con los ojos encendidos y pletórico le volvió a robar un pequeño y tierno beso.

Sasuke no comprendía cómo si aquello era real, cómo era posible que Naruto se lo estuviera tomando tan bien. Si había leído aquellas cartas como parecía, definitivamente sería su ruina. Su fin. No podría huir más. Naruto leía en parte el cúmulo de emociones en que se había convertido Sasuke.

-Sasuke, posiblemente te preguntas que hago aquí...-Dijo mientras con su mirada recorría la estancia.- Bien, pues teniendo en cuenta que has sido sincero conmigo.-le dijo mirando y señalando las cartas esparcidas por toda la cama.-Yo también tengo que serlo.- Tragó saliva y con los ojos clavados en los del Uchiha procedió con algo de timidez pero con firmeza- Te extrañaba. Mucho. Y vine a estar cerca de tus cosas para sentirte cerca. Planeé dormir en tu cama. Y tomé una manta del mueble y por casualidad encontré la caja. Probablemente debería disculparme por ser tan abusivo, pero no me arrepiento, pues gracias a ello te encontré..- Le dijo tocándole el pecho a la altura del corazón-Te encontré a ti, Sasuke..Te..te amo! -casí gritó atropelladamente, luego un poco más calmado agregó suavemente- También te amo! Creo que desde siempre...

-¡Naruto!-le detuvo Sasuke precipitándose a los labios del rubio.

Aquello fue más de lo que el heredero del Sharingan podía contener y besó a Naruto con ansias. Si aquello era un sueño él no quería despertar y por supuesto no desaprovecharía su oportunidad. Naruto respondió a cada movimiento experto de Sasuke y cuando su hábil lengua se introdujo en su cavidad él le devolvía la caricia con presteza. Ambos se abrazaron fuertemente para hacer más íntimo el contacto y las manos de Naruto recorrían la espalda del Uchiha y éste tampoco se quedaba quieto. Su brazo acariciaba la cintura de su rubio y pronto se tuvo que detener para no precipitar las cosas.

Deteniéndose para respirar, una frente tocó a la otra y se miraron fijamente, hasta que les agarró la risa cómplice y Naruto se sintió feliz de verle sonreir nuevamente. Llevaba mucho tiempo sin ver esa hermosa sonrisa. Es más, esta sonrisa tan hermosa nunca se la había visto antes y ser él quien se la causara le produjo un remolino de sensaciones en el estómago y por primera vez en la noche se sintió intimidado por la fuerza de lo que estaban viviendo y se sonrojó levemente.

Sasuke aún creía que todo aquello era un sueño, pero al probar la delicia del sabor de SU Naruto no podía sentirse más feliz. Aunque también tenía miedo, estaba aterrado, ¿para qué mentir? Las implicancias de todo aquello le explotaron de repente en la cara. Estaba totalmente expuesto. Sus cartas eran confesiones sin reservas de ningún tipo. En ellas se explayaba todo cuanto quería, porque así lo necesitaba, todo lo que sentía tenía que salir por algún lado sino estallaría en sensaciones. Sus deseos, sus sueños, sus sentimientos. Que eran todos para él, estaban todos plasmados en aquellas cartas. Sin poder evitarlo su rostro fue adquiriendo el color de los tomates que tanto le gustan.

El Uzumaki comprendía algo de lo que su amado estaría viviendo en estos momentos, lo conocía demasiado bien, por lo quiso ayudarle a tranquilizarse. Sabedor de lo difícil y escurridizo que puede llegar a ser su adorable Teme. No dejaría que escape, no después de saber que compartían ese hermoso sentimiento.

-Sa-Sasuke..-susurró en el cálido espacio que formaba su abrazo.-Me siento igual que tú, pero no te preocupes, juntos vamos a descubrir esto que sentimos.-Su cálida mirada azul intentaba transmitirle la sinceridad de su corazón.

-Usuratonkachi..te amo!- le confesó suavemente Sasuke, emocionado y acariciándole su bello rostro.

Naruto se vió desbordado por aquellas hermosas palabras, haberle leído era de por sí hermoso, pero escucharlas salir de sus labios y que aquellas palabras impactaran en su pecho era la perfección de la felicidad. Sus ojos se empezaron a humedecer y en un impulso de alegría empujó a Sasuke sobre el colchón y una avalancha de besos fue cubriendo el rostro del Uchiha. Con besos torpes, besos dulces, la sonrisa del agasajado no se hizo esperar, pues se sentía inesperadamente pleno. *¡Al fín!*. La ternura que recibía pronto se convirtió en pasión y los labios del Uzumaki le susurraban palabras dulces al oído, le mordía el lóbulo y pronto su lengua recorría su cuello. Los besos no se dejaban de suceder y pronto el ambiente estaba realmente encendido. Pero Sasuke tan perfeccionista como siempre no tuvo reparos en romper el momento.

-Dobe, detente un momento.-Le dijo suavemente dándole la vuelta, siendo Naruto el tumbado, y dejándole un beso en los rosados labios-No quisiera detenerme, créeme, pero acabo de volver de una larga misión. Me urge un baño.

-Oh! Ehm..sí, claro...- a Naruto aquello le parecía una excusa, y se sintió rechazado y sus ojos tan transparentes como siempre así lo revelaron. Sasuke al notar su inseguridad (algo sumamente extraño en el rubio) volvió a besarle con intensidad y al detenerse intentó explicarse nuevamente.

-No quiero... no sé cómo decirlo..ehm..no quisiera volver desagradable el momento por mi culpa..ehm..puedo hacerlo muy rápido!-Se apresuró a decir.

La sonrisa volvió a su rubio y sus ojos brillaron con picardía.

-Sé, por lo terco que puedes llegar a ser, que no te voy a convencer de lo contrario. Pero.. ¿puedo acompañarte?