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Llevaban dos semanas de aquel cálido amor que escondían del mundo para sí mismos. Habían regresado a sus habituales responsabilidades cada uno con su propio equipo de genin, pero cada momento libre que tenían lo pasaban con el otro. Realizaban las compras juntos. Cocinaban el uno para el otro. Tanto en la casa de Sasuke en el lado Uchiha de la ciudad o en la nueva casa de Naruto.

En su burbuja personal nada les afectaba, los besos y caricias estaban a la orden del día. Los mimos y sonrisas tampoco los abandonaban. Yacían largas horas abrazados disfrutando la compañía del otro, teniendo interminables charlas para conocer todos los recovecos de la mente y el corazón del otro.

Se besaban sin tregua, hasta que les costaba respirar. Sasuke bebía de la ambrosía que era para él Naruto y se perdía en sus profundidades azules sin intentar salvarse. Ambos se acariciaban con osadía intentando darse placer y entregar ese amor acumulado por años a su verdadero dueño. Se amaban bajo las sábanas susurrándose al oído ese amor tan fuerte y grande que se tenían. Pronto era una necesidad ir más lejos, y fue algo bastante cómico cuando con gran incomodidad compraron un lubricante.

Para Naruto fue algo muy natural aceptar su necesidad de sentir a Sasuke dentro suyo, que lo llenara, que fueran un mismo ser, por lo que insistió en ser el primero. Siempre había sido así, desde aquel día en que se enfrentaron a los Hermanos Demoniacos, ninjas de la niebla, cuando él se prometió no ser más un cobarde ni tener miedo. Así llevaba su vida, y si quería algo iba a por ello. Sasuke no pudo más que intentar complacerlo.

Esa noche, luego de cenar juntos se fueron a la cama de Naruto y éste los desvistió a ambos. Recorrió el cuerpo níveo de Sasuke con sus besos y caricias. El Uchiha incapaz de contenerse por mucho más tiempo giró a Naruto y lo depositó sobre las sábanas, lo besó ansiosamente, recorrió su cuello dejando marcas en la bronceada piel que lamentablemente (pensaba Sasuke) no durarían mucho ahí gracias al zorro desgraciado que vivía dentro de Naruto. Sasuke tomo con su mano un pezón inhiesto de Naruto y el otro lo degustó con sus labios. Luego aplicó el mismo tratamiento al otro.

Naruto se removía inquieto sintiéndose abrasado por las sensaciones que su Sasuke le regalaba. Erguía la espalda y sus manos se enterraban en la cabellera oscura. Sasuke siguió su trayecto hacia el sur de la anatomía del Uzumaki. De entre las matas rubias tomó con su mano la gran longitud de Naruto y observando aquellas profundidades azules llenas de pasión lo empezó a acariciar de arriba abajo. Acarició la punta que ya liberaba parte de su líquido y pronto lo sumergió en su boca hasta donde pudo para degustarlo a consciencia, Naruto tiró su cabeza para atrás incapaz de soportar una nueva descarga eléctrica que lo atravesaba llenándolo de placer y que lo hizo retorcer. Sus manos seguían aferradas a aquella cabellera oscura como si de un norte se tratara para no terminar perdiéndose de este mundo entre tanto placer.

-Sa..Sasuke..me estoy..aahh!.. no aguantaré mucho más..-intentó apartarse pero Sasuke no se lo permitió aumentando la velocidad y profundidad por lo que pronto recibió la semilla de su rubio en su garganta. Sorbió cuanto pudo, aunque algo se escapó de su boca y luego lo dejó limpio mientras Naruto poco a poco calmaba su respiración. Éste lo llamó para besarlo y tenerlo en sus brazos, agradecido por lo vivido.

Sasuke rompió el beso lentamente y se dispuso a buscar el lubricante. Antes de comenzar observó interrogante a Naruto.

-¡Está bien!..¡Hazlo! Estaré bien, confío en ti..-le dijo comprendiendo los temores de Sasuke.

Éste se colocó el lubricante en sus dedos. Y hasta en ese momento tan íntimo Naruto se sorprendía de la destreza que mostraba el azabache manejándose tan bien con su única mano.

Pronto un dedo se introdujo en la cavidad rosada del más joven. Entraba y salía con algo de dificultad, pero no resultaba doloroso para Naruto, sino algo extraño y a la vez placentero. Le hizo saber que podía continuar y el contrario introdujo un segundo dedo con el que también simulaba embestidas y luego los movía como tijeras para dilatar aún más la estrechez de Naruto. Éste si bien sentía incomodidad, la idea de ser tocado de esta forma por Sasuke lo llenaba de placer y su miembro ya estaba erguido nuevamente.

PD: Sabes que soy tuyo... [Naruto y Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora