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Otro día llega a su fin y el sol cae lentamente en el horizonte. Los pétalos de cerezo cubren con gentileza el césped de aquel parque en el que descansan juntos abrazados después de un día de trabajo.

Sasuke se pone a pensar en todo lo que su esposo (aún degusta lleno de placer esta palabra en su boca cada vez que la pronuncia o la piensa) ha crecido en estos últimos años

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Sasuke se pone a pensar en todo lo que su esposo (aún degusta lleno de placer esta palabra en su boca cada vez que la pronuncia o la piensa) ha crecido en estos últimos años. Quien por extraño que parezca para su personalidad medita a diario para conocerse, ordenar sus ideas y comprender el mundo. Y el azabache nota como cada vez se vuelve más sabio, más piadoso e inteligente. Menos volátil y explosivo, excepto cuando de muestras de amor y ramen se trate. Ahora Naruto puede ver cada vez más allá de una situación y aprende a leer más allá de los orígenes de los conflictos. Se nutre de la gente y del amor que da y recibe como recompensa.

Han transcurrido casi tres años de que Naruto dejara la aldea, habiendo recorrido sin prisas las 5 grandes naciones y las demás, conociendo su gente y la naturaleza de sus conflictos. Estos años, han sido realmente felices en la inmejorable compañía de su amado (y reciente esposo) Sasuke quién con cada día que pasa se siente más perdido y más aferrado a las profundidades azules que tanto ama. A veces es en exceso sobreprotector según el criterio de Naruto. Pero otras veces, se deja llevar por la situación y comprende eso que es tan importante de poder conectarse con la gente, eso que Naruto hace años comprendió y que siempre le gustó tomarse el trabajo de cuidar, proteger y fomentar esos vínculos.

Sasuke debía admitir que Naruto no era suyo, era de Konoha toda y del mundo. Y así, aunque no le satisfacía demasiado, sabía que tenía que compartirlo para el bien de todos. Su dobe se veía realmente feliz al abrirse a todo aquel que estuviera dispuesto o no a entregar parte de su corazón. Aunque como ya sabía el azabache, rara vez alguien se le resistía.

Habían pasado tres años en su perfecta burbuja de amor, y pronto deberían volver a Konoha, pero Naruto había aprovechado ese tiempo para crecer y cultivarse además de aprender nuevas técnicas y perfeccionarse en las que ya tenía. Por ejemplo, y aunque no es lo que más le gusta, Naruto aprendió Kenjutsu (técnica de la espada) con ayuda de Killer Bee como su sensei y la ayuda de su teme para practicar. De hecho tiene su propia espada regalo de la Mitzukage cuando pasó de visita por Kirigakure. No, no es ninguna de las siete espadas de la niebla, pero es bella y útil de todas formas.

Y Sasuke no solo ocupó su tiempo en meterse en los pantalones del Uzumaki, sino que además de entrenar su cuerpo y gracias a la cercanía de Naruto su corazón sanaba viejas heridas y aprendía cómo es amar y ser amado. Y aunque no era del nivel de Naruto, también comprendió la importancia de las amistades y los lazos formados. Vió el mundo a través de los ojos de Naruto y se le antojaba vibrante, excitante y lleno de posibilidades y oportunidades. En su viaje penitente no había sido capaz de observar eso porque él no se enfrascaba en banalidades o insignificancias. Él no se perdía en detalles, cosa que parecía que Naruto tenía cierto fanatismo por hacer. Definitivamente ahí había una clave de por qué Naruto era tan especial para todos, no solo para él.

PD: Sabes que soy tuyo... [Naruto y Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora