∙10∙

2.7K 248 54
                                    

-Sé, por lo terco que puedes llegar a ser, que no te voy a convencer de lo contrario. Pero.. ¿puedo acompañarte?

Una punzada de electricidad atravesó a Sasuke tensando aún más su excitado miembro que pareció palpitar de anticipación. Tragando saliva, y a pesar de todo el temor que lo invadía finalmente asintió silenciosamente y el Uzumaki al parecer no necesitó mayor señal y lo tomó de la mano y lo condujo presto al baño.

El Uchiha se sentía un poco abrumado, seguía sin entender como Naruto parecía desenvolverse con una naturalidad que a él le escaseaba. Lo peor es que él lo deseaba enormemente, pero no podía disipar ese nerviosismo al estar en esa situación tanto tiempo soñada.

Luego de preparar el agua de la ducha a una temperatura agradable, Naruto no demoró en empezar a desvestirlo. Sasuke sólo atinaba a seguir sus movimientos con la mirada y a sonrojarse por el contacto de aquellas manos. 

Con lentas caricias, se demoró lo justo en cada prenda, como si de desenvolver un preciado tesoro se tratase

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con lentas caricias, se demoró lo justo en cada prenda, como si de desenvolver un preciado tesoro se tratase. Y lo era. ¡Vaya que lo era! La lascivia se hizo evidente en sus ojos azules al quitarle la camisa y dejar su torso al descubierto. Un solo dedo recorrió su pecho, demorándose en los pectorales esculturales que tenía enfrente. Se mordía el labio inferior por la anticipación. Él también lo había deseado tanto o más que Sasuke.

Su mano llegó al botón de su pantalón y buscó sus ojos. Naruto lo desabotonó y lo fue bajando lentamente. Primero un pie y luego el otro. Luego siguió con el bóxer negro que contrastaba con la palidez de su piel. La prenda bajó con algo de dificultad al pasar por su abultado frente, que casi rebotó en la cara de Naruto.

Teniéndolo ya desnudo y permaneciendo en silencio, como si las palabras entre ellos no hicieran falta, Naruto procedió a desvestirse manteniéndole la mirada al Uchiha, que conmovido por la excitación no dudo en activar su sharingan para no perder detalle de su amado dobe.

Incapaz de resistir más tiempo al ver su torso desnudo lo atrajo hacia sí y lo besó con las ansias encendidas, su mano intentó torpemente deshacerse del pantalón y calzoncillos sin embargo requirió de la ayuda de Naruto. Sin deshacer el beso, éste logró sacarse las prendas y con un abrazo los condujo a la ducha.

El agua aplacaba poco el fuego que los invadía. Sasuke claramente jamás se había sentido tan vibrante y exultante. Aquel beso que compartían significaba todo para él. Más de lo que jamás hubiera imaginado. Su cuerpo necesitaba la proximidad de Naruto. Los jadeos y gemidos se hacían escuchar por la estancia. Sus miembros se saludaban con pequeños toquecitos y cuando Sasuke arrinconó a Naruto en la pared e introdujo una de sus piernas entre las del otro, frotándose con toda intención, parecía que el tiempo se detenía. Desarmando el beso para respirar, Naruto tenía los ojos obnubilados por la pasión, sus labios ya empezaban a mostrar los indicios de lo que allí se vivía y Sasuke no pudo pensar en que algo más bello pudiera existir. La sola imagen del rubio perdido en su pasión lo volvería loco de ansiedad.

Naruto tomó la barra de jabón y se la comenzó a deslizar por aquel delicioso cuerpo. Caricias iban y venían y Sasuke se dejaba hacer. Jamás había experimentado mayor placer. Sólo en los brazos de él había confirmado lo que era realmente estar vivo. Naruto besaba su cuello y su clavícula mientras lo seguía enjabonando. Pronto una mano encontró su longitud y exigiendo el contacto de su mirada lo instó a un nuevo beso. Sasuke también quería sentir su longitud y le dió un similar tratamiento.

Las caricias pronto aumentaron su velocidad y entre besos, lenguas y roncos gemidos de placer, juntos encontraron el cenit de la pasión en la mano del otro. Unos abrazos y unos cuantos besos más tarde terminaron de ducharse. Se secaron mutuamente, y Sasuke con las mejillas encendidas seguía incrédulo de su suerte. Abandonándose al nuevo beso que compartían le susurró nuevamente al oído que lo amaba.

Naruto envolviendo sendas toallas alrededor de cada cadera los dirigió nuevamente al cuarto. Allí Sasuke buscó dos pijamas y no pudo evitar el placer que lo recorrió al ver a su rubio con el logo Uchiha. Su pecho se sintió extrañamente lleno y lo invitó a compartir la cama.

Ambos juntaron todas las cartas que allí se encontraban, esparcidas por doquier y las guardaron en su respectiva caja. La risa tonta los acompañaba y cuando Naruto encontró nuevamente la última carta que era la que aún no leía, porque la había dejado olvidada por los besos con Sasuke, se sintió expectante y aunque en opinión de Sasuke aquel día él ya había confesado demasiado de sí mismo sabía que no existía fuerza en la naturaleza capaz de impedir que el ninja número 1, hiperactivo, cabeza hueca e impredecible de Konoha no leyera su carta.

Resignado los metió a ambos en la cama, y abrazándolo Naruto descansó su cabeza en el pecho de su amado. Mientras leía aquella última misiva, los ojos se le humedecían y girándose en sus brazos lo besó nuevamente. Quería darle todo el amor que tenía. Quería devolverle lo que aquellas palabras significaron para él. El beso lo prolongó al cuello y luego le confesó en un susurro lo que llevaba años sabiendo:

-Sasuke, soy tuyo. Sólo tuyo, dattebayo. ¡Te amo!

Se abrazaron en un último beso. El Uchiha fue incapaz de contener una lágrima de felicidad pura. Aquello era mejor de lo que jamás hubiera soñado. Su dobe, su amor, su todo estaba ahí junto a él en su regazo. Ambos encontraron la paz que tanto ansiaban y que no podían encontrar aún después de tantos años y gente que había entrado en sus vidas, sólo en los brazos del otro se sentían completos, y así cómo cosa natural el sueño finalmente los fue venciendo y se durmieron, abrazados, sonrientes y con las manos enlazadas.

PD: Sabes que soy tuyo... [Naruto y Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora