¡Corriendo en Tacones! (parte I)

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Era un poco incómodo verlo vestido así, pues las medias de ballet mostraban... todo. 

  —Normalmente solo las chicas usan las zapatillas de puntas—dice sentándose en el suelo, sacándose las zapatillas—pero a veces nosotros también usamos—cuando mostró sus pies, pude ver que las medias estaban rotas y todo su pie estaba lleno de banditas de distintos colores, algunas heridas ni siquiera tenían de ellas.—Cuando haces un dúo, el hombre es como el que sostiene a la chica, ¿sabes lo que nosotros trabajamos para que salga perfecto? Y aún así lo único que nos dicen es un "te ha salido bien" 

—Eso es demasiado violento—digo viendo sus pies

—Yo practico día y noche. Porque yo no soy tan bueno como mis superiores, pero algún día haré mi solo en un escenario tan grande como este—por primera vez, pude verlo sonreír. 

—¿Qué? Pero si yo te he visto, y cuando saltas es asombroso, ¡es perfecto!—digo nerviosa, ¿eso estaba mal?

—Me hace falta técnica Lola—se queja—mira, ve hacia esa esquina y corre hacia mí, y a unos pasos salta, prometo no dejarte caer—lo miro con desconfianza—pero lo harás a mí estilo—su mirada expresaba superioridad. 

—¿Solo debo correr y saltar? —pregunto como si fuera lo más simple del mundo. 

Clayton asiente y se posiciona a una distancia razonable. Hago lo que él dice y cuando salto veo como se aparta. Dejándome caer al suelo. Sentí como mis piernas recibían un agudo dolor y mis manos también.

—¡Dijiste que no me dejarías caer! —refunfuño

  —Te dije que lo harías a mi estilo, ¡estás corriendo como un mono!

— Estoy corriendo normal—me levanto molesta 

—Estás corriendo como si fueras a meter un gol, en ballet tus pasos no pueden sonar contra el suelo. Debes tener firmeza sí, pero también delicadeza—explica saltando en su mismo lugar, haciendo con sus pies puntas perfectas y caer con las piernas cruzadas. Sonando en lo más mínimo. 

—Esto no me gusta—me cruzo de brazos haciendo un puchero. 

—Es normal—responde tomando su mochila para sacar un pantalón flojo y una camiseta blanca. 

Se coloca la ropa sobre sus medias de ballet y apaga las luces. 

—Tenemos que salir de aquí, a las siete comienzan las obras—responde bajando del escenario. 

 Cuando salimos de allí, fuimos por un helado. Caminando por las calles vacías y tranquilas. 

  —No puedes comentarle a nadie que hago ballet Lola—dice con seriedad

—No tengo planeado contarle a alguien tu vida—respondo con desinterés—pero dime, ¿por qué te persiguen esos policías?

—No siempre me persiguen, solo cuando logro escabullirme—ruedo mis ojos con diversión—hace unos años, mi padre me llevó a una carrera de caballos ilegales—comienza—él pensaba competir y me dejó a cargo las apuestas. Mi madre estaba enferma y me había pedido que no fuera, porque tenía que ir a la práctica de natación. Mi padre no hizo caso y me obligó a acompañarlo, pero dime ¿qué niño se negaría cuando tu viejo es un idiota? 

  —¿Qué sucedió después?

—Mi padre ganó la primera ronda y uno del equipo contrario agrandó la apuesta, cuando perdieron se enojaron mucho con mi padre. Nosotros partimos a un bar cercano y lo vi emborracharse, cuando íbamos camino a casa él iba festejando su victoria pero los tipos comenzaron a golpearnos sin parar, cuando me registraron para buscar el dinero escuché el gatillo—no era una historia muy bonita—mi padre se desangró en mis manos y el dinero que pudo haber salvado a mi madre me fue arrebatado, como ella no estaba en condiciones de cuidarme me llevaron a un reformatorio. A los meses ella partió y no tuve otra opción que criarme con criminales. En el reformatorio aprendí a bailar solo, cerca había una academia de danza y podías escuchar la música, incluso recuerdo que me escapaba del lugar para ir y ver a los bailarines practicar, las chicas parecían muñecas de porcelana y los chicos las levantaban con una facilidad que parecía que apenas las tocaban. Poco a poco fui aprendiendo algunos pasos de baile hasta hacerme mejor—tenía una sonrisa triste en su rostro—cuando cumplí 15 años me escapé pero esta vez interrumpí la práctica y le mostré mi coreografía a la profesora, ella quedó muy sorprendida al ver que podía hacer pasos que requerían mucho tiempo de práctica y me ofreció una beca en su academia hasta que se enteró de mi estancia en el reformatorio 

—¿Cómo saliste de allí?

—Ella hizo un trato con los encargados, de que me daría una beca si yo estudiaba y que como era un joven podría corregir mis malos hábitos con disciplina como la que se tiene en el baile—responde—cuando fui a mi primera clase me enamoré de todo, del edificio, de los alumnos y de los profesores, incluso si me decían que no servía para el ballet me esforzaba más. En cierta parte era mi modo de acercarme a mi difunta madre, quién siempre quiso bailar en su tiempo de juventud

—Es algo extraña tu historia

—Soy una persona muy violenta, por eso sigo teniendo policías a mi alrededor y tengo un GPS en mi pierna, pero cuando voy a las prácticas me enamoro cada vez más—mi silencio era más largo de lo normal, nunca me interesó mucho la vida de los demás

Iba a decir algo cuando mi celular vibró desesperado para que lo contestara. 

En la otra línea mi hermano estaba molesto porque no sabía donde me encontraba. 

  —Debo volver a casa—digo con un poco de tristeza—¿cuando es tu próxima presentación?—pregunto 

—En unas semanas—responde con desinterés

—Prometo asistir Clayton, ¡nos vemos en el partido!—me despido con la mano para irme corriendo a mi casa.  

Al llegar, mi padre me saludó con una sonrisa, mi hermano estaba jugando videojuegos con Aaron

  —¿Dónde está Adrián?—pregunto 

—Organizando tu juego—responde desde atrás el otro gemelo, lo saludo y ambos nos sentamos a ver como nuestros hermanos juegan a matar zombies. 

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¡HOLA! Si llegaste hasta aquí, te mereces un ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER! No olvides dejarme una hermosa y sensual estrellita :3 La verdad este es mi primer libro sobre deportes y cosas así entonces estoy un poco emocionada :3 espero sigas leyendo

XOXO

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