Nuevo Plan

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Los días pasaron aburridos, Clayton dejó de venir al instituto. Los gemelos parecían dispersos y se la pasaban en mesas distintas, mi hermano desaparecía a cada rato, peleaba con mi papá y la única manera de verlo era cuando pasaba por los pasillos y lo veía por la ventana de la clase. 

  —¿A dónde vas?—pregunté asomándome a la habitación de mi hermano, él estaba... ¿empacando? 

—¿No te han enseñado a llamar?—gruñe cerrando de golpe la puerta en mi cara. 

Doy tres golpes en la madera y abro para lanzarme en su cama, él me mira mal y sigue con lo suyo. 

  —Me mudaré, ¿contenta? —frunzo el ceño y me incorporo de golpe

  —¿Qué opina papá sobre esto?—la sonrisa molesta en el rostro de mi hermano daba un poco de confusión

—Prometí no hablar al respecto Lola—sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, aún no me acostumbraba a que mi hermano me llamara por mi nombre y cuando lo hacía era porque algo estaba mal. 

  —¡Pero no es justo!—chillo molesta, veo una de las cajas con cosas de mi hermano y lo comienzo a sacar—¡Te la pasas peleando con papá, ya nunca te veo! ¡los gemelos se la pasan con las idiotas zorras de la clase, y el idiota bailarín no ha aparecido desde el juego que tuvimos la semana pasada!—no tenía el control sobre mi cuerpo, tenía enojo y tristeza porque me sentía sola, mi familia estaba compuesta por cuatro personas y ahora ninguno me hablaba. Mi equipo llevaba una semana entera sin entrenar porque el idiota entrenador decidió desaparecer. 

Los brazos de mi hermano me rodearon en un abrazo, oculté mi rostro en el hueco entre su cuello y su hombro, sintiendo humedecer su camiseta. No me había dado cuenta de que estaba llorando. 

—Papá se va a casar Lalo—susurró mientras enredaba sus dedos en mi cabello, jugando con él como lo solía hacer cuando éramos niños. 

—¿Qué?—pregunté rompiendo el abrazo para verlo directo a sus ojos. 

—Después de ayudar a tu amigo recibí una llamada de papá, cuando lo fui a ver a un lugar específico estaba con dos mujeres—sentí mi vida desplomarse con cada palabra que mi hermano decía. 

No recordaba mucho de mi madre, y que a causa del "matrimonio" de mi padre mi hermano y yo debamos irnos con ella no me gustaba en lo absoluto. 

—Al parecer ella quiere ser parte de nuestras vidas, y a la prometida de papá no le gustan los adolescentes—fruncí el ceño intentando digerir sus palabras que me caían como agua helada. 

—Entonces te irás, ¿y me dejarás aquí sola?—pregunto apartándome del todo, mi hermano se rasca el cuello incómodo y me sonríe con ternura. Como si eso fuera a calmarme

—Me mudaré con los gemelos, podrás visitarnos todos los días si quieres—responde con una sonrisa, ¿me excluían de ese plan? 

—¿Y qué pasará conmigo? ¿tengo que aguantarme a estar con una mujer que no conozco y ustedes tres me van a abandonar aquí?—él niega con la cabeza

—Lo llevábamos planeando desde que te fuiste con nuestra tía—mi hermano intenta abrazarme para consolar mi enojo, lo empujé con fuerza y salí de allí. Bajando las escaleras de dos en dos. 

—¡Lola!  ¡qué grande que estás!—su cabello atado fuertemente en un peinado espantoso, su ropa de oficina bien presentable y su excesivo maquillaje me recibieron con una gran e hipócrita sonrisa. 

—¡Tú no eres mi madre!—la empujo con fuerza y mi papá me grita, salgo de la casa cerrando la puerta de un portazo. Corriendo con los pies descalzos lo más rápido que pueda para escapar de allí. 

Después de correr durante un largo tiempo terminé sentada en un parque. Observé mis pies, las calcetas estaban rotas y ensangrentadas. Víctimas del asfalto y de mi piel rota. Moví mis dedos jugando con la tierra y el césped abrazando mis piernas para ocultar mi rostro en mis rodillas. 

Aún podría irme a vivir donde mi tía. Sabía que ella no me dejaría en manos de mi madre, y como mi hermano y los gemelos me estaban traicionando al darme la espalda sabía que en ellos no podía confiar. 


¿Mandaría al carajo esa increíble relación que tengo con esos tres? 

Sentí la lluvia comenzar a caer, levanté mi mirada al cielo oscuro, ¿cuántas horas llevaba aquí sentada? 

Sabía que debía volver a casa, enfrentar la situación. Pero mi cuerpo estaba tan pesado, estaba tan cansada que me dejé caer al húmedo césped. Mis lágrimas se mezclaron rápidamente con el agua y mi ropa se terminó por empapar. 

Cerré mis ojos disfrutando de la comodidad. No sentía frío a pesar de estar acostada en el césped bajo la lluvia. El sonido de las gotas golpeando algo duro en vez de seguir mojándome me hizo abrir mis ojos. 

Mi padre se veía cansado mientras sostenía un paraguas para evitar seguir mojándome. 

  —Te vas a enfermar mi pequeña—me incorporé viéndolo con enojo. 

—No quiero verte, no quiero saber nada de ti—gruño, él se sienta a mi lado sin dejar de cubrirme con el paraguas, su ropa se mojó rápidamente y su silencio era tan incómodo como el saber que cuando volviéramos a casa mi madre estaría allí, y mi hermano habría partido hacia su nuevo hogar. 

—He vivido toda mi vida entregándome a ustedes, y cuando es mi turno de vivir por mí ambos se enojan—plantea después de unos minutos, bufo con una sonrisa incrédula. 

—Si no querías "entregarnos tu vida" entonces tuviste que haber pensado a quién dejabas embarazada—la mano de mi padre golpeó mi mejilla dejando un sonido seco, volteando mi rostro con un ardor en él—Veo que después de tantos años dejaste de pensar que la violencia no es la solución—me levanto de golpe y salgo corriendo de nuevo, mi voz se había quebrado y mis lágrimas volvieron a mezclarse con la lluvia. 

Necesitaba un nuevo plan, porque esta tormenta me estaba pisando los talones. 

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¡Hola! Lamento haber tardado tanto en actualizar :( ¡pero ya volví! Si leíste hasta aquí te lo agradezco :3 espero lo hayas disfrutado. 

¡No olvides dejarme tu hermosa y sensual estrellita! 

XOXO~ 

¡Corriendo en TACONES!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora