Estaba viendo la lista para anotar a las chicas que venían, junto con Ileana y María que se había ofrecido a ayudar. Organizando las mochilas en el autobús y pasando lista para no dejar atrás a nadie. La entrenadora llegó sin su hija y a pesar de que era mi enemiga me sentí mal, esperaba que cambiara de opinión.
Las chicas se acomodaron en el vehículo y la última que faltaba de subir era yo. ¿Por qué? Porque estaba esperando a que ella viniera.
—No creo que vayan a venir, deberíamos partir ya si queremos tener tiempo de sobra para todas las actividades—asiento ante las palabras de María y suspiro para subir.
—¡Bienvenidas al campamento que las hará sudar!—digo tomando el micrófono del autobús para llamar su atención, sonrío maliciosa y las veo detenidamente—¿Alguien me puede decir qué es un equipo de fútbol?—pero nadie levantó la mano, rodé los ojos esperando hasta que una castaña levantó la mano tímidamente, le di la palabra.
—Es el grupo de personas que juegan para ganar—dijo torpemente, meneé mi cabeza
—No estás del todo lejos, un equipo es aquel que trabaja unido para lograr un mismo objetivo, pero que al trabajar se divierte y apoya a sus compañeros. Un equipo es aquel que a pesar de perder mantendrá una sonrisa porque sabe que dio lo mejor de sí. ¿Somos nosotras un equipo?—nadie dijo nada—eso pensé, bueno chicas, este campamento de dos días nos unirá, no para ganar. Sino para divertirnos y mejorar como personas y jugadoras—todas comenzaron a aplaudir, de viernes a domingo tenía la oportunidad de demostrarles que la capitana no era la única con el poder de ganar, todas tenían un espacio.
Dos horas de viaje, más las paradas para comer e ir al baño, tres horas junto con el tráfico.
—¿Cuánto falta para llegar?—preguntó una, María sacó su guitarra y comenzó a cantar, al rato todas nos unimos y seguimos cantando con euforia hasta cansarnos.
—¡Llegamos!—gritó una al ver por la ventana, abrí mis ojos ante los gritos y sonreí, Bienvenidas al infierno chicas...
Todo estaba decorado con nuestros carteles, teníamos cabañas con tres camas.
—Quiero que busquen a sus más unidas amigas y se junten—dijo Ileana, ella era la que organizaba todo.
Las chicas obedecieron con sonrisas, por supuesto ¿quién no querría estar con sus amigas en un campamento? En pocos minutos teníamos los grupos.
—¡Perfecto! Lastimosamente no estarán con sus amigas, siempre nos acostumbramos a buscar pequeños grupos y hacernos una zona de confort. Las mezclaremos y durante estos días tendrán que compartir y formar un lazo con todas las chicas—terminó María, las chicas se quejaron y esperaron a que les diéramos un número. Por supuesto sabíamos quiénes se odiaban y como somos tan buenas personas, las pusimos juntas. En cada cabaña había dos pares de tacones para cada una, podía que los primeros se arruinaran al principio.
—Tienen cinco minutos para acomodarse en las cabañas, cada vez que sean impuntuales tendrán que hacer diez lagartijas rápidas, sin poder apoyar las rodillas en el suelo y tendrán que hacer las flexiones hasta que su rostro esté cerca del suelo—digo mientras que Ileana muestra a lo que me refiero.
—¡Cinco minutos empezando ahora!—las chicas corren hacia la pila de mochilas. Intentando no matarse entre sí para sacar la de ellas lo más rápido posible. Les habíamos puesto un regalo algo pesado para que les costara más y se esparcieran por todo el lugar hasta encontrar su cabaña.
—¡10, 9, 8, 7, 6!—comenzamos a cantar, nos paseábamos de cabaña en cabaña para ver que estuvieran desempacando y no solo tiraran la mochila. Las chicas comenzaban a agruparse frente a nosotras cansadas por sacar los ladrillos de sus mochilas y encontrar sus ropas.
ESTÁS LEYENDO
¡Corriendo en TACONES!
De Todo"Eres de otra galaxia" "Eres una chica" Si criarse rodeada de lobos es malo, imagina ser criada por todo menos mujeres. Convivir no solo con tu hermano mayor y sus mejores amigos, también con tu padre (el cual no sabe nada sobre mujeres) y sus her...