Ally

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La semana pasó entre risas y trabajos en la biblioteca. Aún me sorprendía que Luke no me reconociera cada vez que fuera a visitar a su madre, en cuanto a Charlie y a mí... pues nos dejamos de hablar del todo. 

  —¿Cuál es la historia de los Phillips?—pregunté al ver a Luke salir con su madre, Andy estaba esperando fuera en su auto rojo, podía ver la figura de alguien dentro. Tal vez otro de los hermanos. 

  —Bueno... es algo complicada—comenzó mi compañera mientras le servía el café a un cliente que se marchó para su rincón lleno de libros. 

—Intentaré entender—supliqué

—¿Alguna vez haz visto a una familia rota?—pensé un poco en la mía y me encogí de hombros—Bueno... el señor Phillips y Charlotte han cambiado muchísimo, hace años estaban casados pues cuando Charlotte tenía 15 quedó embarazada de Andy, lo que sucede fue que después de su tercer hijo, el señor Phillips comenzó a tener problemas económicos y problemas con la política gracias a su trabajo. Nunca estaba en casa y tenía problemas con el alcohol y depresión. No quería pasar tiempo ni con su esposa. Era violento, descontrolado. Recuerdo jugar con Luke y verle los golpes—hizo una pausa para tomar un profundo respiro—cuando Max nació ya se comenzaba a hablar del divorcio, pero Charlotte volvía a estar embarazada—fruncí el ceño, yo solo sabía de cuatro hermanos. ¿Había un quinto?—La primera niña de los cuatro. Al crecer, todos le dieron más importancia a Max en cierto punto. Él era el favorito y al mismo tiempo era el más unido con Ally, quien vaya... no te puedo explicar Lola, era demasiado inteligente—una sonrisa de melancolía apareció en el rostro de mi amiga mientras recordaba. 

  —No solamente era inteligente, era un genio en la mayoría de las inteligencias—me sobresalté al escuchar la voz masculina detrás de mí, Charlie se veía con profunda tristeza pero una sonrisa rota reposaba en sus labios —no era normal para su edad, nadie la quería cerca en la escuela porque los juegos no le calzaban. Ally llegaba a casa y golpeaba a Max, no importaba la fuerza mi hermano siempre terminaba sangrando a causa de nuestra hermana menor, y cuando le dabas atención ella no querría detenerse, no te dejaría en paz. Podría jugar contigo durante horas y no se cansaría

  —¿Y qué sucedió después?—pregunté en un susurro

—Dejó de torturar a su hermano mientras la familia se rompía en pedazos, se le veía más cansada y su cama se mantenía siempre de la misma manera ya que ella no dormía. Se le veía más callada y fue nuestro error, juzgarla tan mal como para que cada vez que se viera en el espejo se odiara. De todo el enojo que de niña sacaba contra Max, poco a poco lo fue usando contra ella misma. No decía nada, siempre estaba bien hasta que sus camisetas dejaron de mostrar su piel, era desmotivada y cada vez que la veías era más delgada, no sabíamos que teníamos a una hermana suicida, hasta que dejó de querer nuestros abrazos. Dejó de querer cercanía masculina ¿por qué? Porque un hijo de puta decidió pasarse—su mandíbula estaba tensa y sus ojos miraban al suelo sin brillo alguno tal cual muerto—tenía dos meses de embarazo cuando la encontramos en su habitación sin vida

Sentí una opresión en el pecho ante la historia de su pequeña hermana, hacía días que no hablábamos y me sorprendía que se abriera conmigo. 

—Por cierto Lola, te ves hermosa cuando te vistes como mujer—dijo para apartarse de nuestras vidas y salir de la biblioteca. 

Respiré profundo, me sentía tan negativa pero ahora todo tenía sentido. Las iniciales en aquella lápida vacía eran las de Ally. 

  —Si hay familia más destrozada es la de los Phillips, y cada día se rompe más. Si ves sus fotos familiares no hay sonrisas, ellos viven a diario un infierno con su padre y la bruja de su mujer. 

Seguimos trabajando, pero mi mente estaba en Charlie. 

Miré la fecha en aquel tiquete y suspiré, me arreglé lo mejor que pude y compré una rosa para dirigirme al teatro. Entregué la entrada que Clayton me había regalado y esperé con paciencia a que el acto comenzara. 

Poco a poco se fue desenvolviendo en los bailes de las personas, se podía sentir la emoción del público y el esfuerzo de los bailarines. 

Fue ahí donde mi corazón se detuvo, una vez más lograba ver a Clayton bailar y entregarme un millón de emociones al mismo tiempo. Su baile era un poco más frío a diferencia del resto del acto. Se podía sentir la tristeza y la desesperación en cada uno de sus movimientos. Y cada paso de baile era igual de penetrante como las palabras de Charlie. Las luces se encendieron y los aplausos llenaron el gran salón. No me había dado cuenta de que estaba llorando. 

Esperé a que el lugar se vaciara hasta que el criminal saliera, me miró sorprendido y se acercó a mí con una sonrisa. Le entregué la rosa y le di un abrazo—fue un acto increíble—susurré, Clayton agradeció con un movimiento de cabeza, lo solté y me giré sobre mis pantalones para irme a casa.  

El día no parecía ser razón de sonreír, pero al menos pude conocer un poco más a Charlie y su familia. 

Respecto al fútbol, gracias a mi responsable discurso la entrenadora me dio otra oportunidad. En unos días tendríamos un juego y sabía que por castigo no me pondrían a jugar. Pero no era eso lo que me enfadaba, era que el equipo contrario era "el equipo de los Tacones rojos"

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¡HOLAAAAAA! Quería decirles que el próximo capítulo es el final, espero les haya gustado este capítulo y no olviden dejarme su hermosa y sensual estrellita!!! ¡BYEEE!

XOXO~

¡Corriendo en TACONES!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora