Estaba todo oscuro. No podía ver dónde estaban mis hermanos. Pero podía escuchar sus pasos caminando al lado mío.
- ¿ De quién fue la brillante idea?- pregunto Meliodas malhumorado.
- Mía no, yo quería ir a la playa- dijo Estarossa defendiendose.
- Pues tampoco es mía, porque yo quería ir a una taberna.- dijo Meliodas.
Sentí las miradas de ambos en mí.
- Ni me miren. Si fuera por mí nos hubiéramos quedado en la cabaña- les dije sin mirarlos.
- ¿ Entonces de quién fue la idea?- preguntó Estarossa confundido.
Nos quedamos en silencio un poco.
- Pueeees...- me detuve un segundo pero luego seguí- ... De Zeldris, él quería verlo.
No podía ver por lo oscuro que estaba pero estaba segura que la mandíbula de Meliodas había tocado el suelo de tanto abrirla.
-¿ Dejaste que un niño que apenas sabe hablar eligiera el destino?- me preguntó incrédulo.
- Sabe hablar. Solo que a su manera. Y no pude resistirme. Me miró con esa cara que hace que me derrita. Hace su cara y estoy en sus manitos- le dije a Meliodas defendiéndome mientras acariciaba la cabecita de Zeldris, que estaba apoyada en mi pecho mientras lo cargaba.
- Esto es ridículo- dijo Meliodas.
- Si tú fueras el de la idea no te parecería...- nos detuvimos cuando escuchamos un gruñido.
Nos detuvimos en seco.
- ¿Ángela tú me soplaste la nuca? - me preguntó Estarossa.
- No- dije con un susurro atemorizado.
- Estarossa tú me lamiste mi pierna- dijo Meliodas.
- No- dijo en un susurro atemorizado.
- Bueno chicos, no hable, no se muevan, y si pueden no respiren.- nos quedamos en un profundo silencio. Si teníamos suerte él pensaría que no estábamos aquí y volvería a dormirse. Pero algunos planes no pueden ser perfectos.En ese momento Zeldris despertó y empezó a llorar a lágrimas y gritó vivo.
- Zeldris, cariño, silencio, tranquilo estoy aquí- trate de tranquilizarlo.
- ¡ Ángela calla a ese niño antes de que yo lo haga!- dijo Meliodas enojado.
En ese momento de la nariz del sujeto que vimos a ver salió fuego, estaba exalando. La caverna se iluminó y ahí, frente a nosotros el dragón durmiente. Que acabamos de despertar. Y al parecer él no está muy feliz de eso.
Él y su grigantesco tamaño.
Y su enorme boca con grandes dientes...
- Atrás de mí, lo voy a convertir en dragón rostizado.- dijo Meliodas creando una llama oscura en su mano.
-¡ No Meliodas!¡ Están en peligro de extinción!- le dije tomando su mano
Él todo los ojos.
- Entonces que dices que hagamos porque si no te has dado cuenta nosotros también estamos en este momento en peligro de extinción- me dijo.
- O eso es fácil- dije con una sonrisa. Tome la mano de Estarossa y empecé a correr hasta la salida- ¡¡¡ CORRER!!!
Escuché a Meliodas correr detrás de mí.
Corrimos todo lo que nuestros pies nos permitieron.
El dragón nos perseguía.
Si eso no fuera ya malo. Zeldris comenzó a reír y a estirar sus manitas hacia el sujeto que nos quiere devorar.
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La hermana mayor de Meliodas 2: El renacer del corazón
FanfictionADVERTENCIA: DEBES LEER EL PRIMER LIBRO PRIMERO Libro 2: Estarossa Siempre he pensado que mi número de la suerte era el tres. Tengo tres hermosos hermanitos. Crié a tres hermosas haditas. Tenía tres mejores amigos. Siempre pensé que ese era mi númer...