No Quiero Ser Sólo Tú Amigo (O11CE)

EN TUS BRAZOS

Narra Ricky

El día de hoy había amanecido lloviendo como si el cielo se estuviera callendo a pedazos, así que las clases se habían suspendido por estos días, ya que según las noticias era una tormenta tropical que amenazaba con convertirse en un huracán de gran fuerza.
Así que el día de hoy Dede y yo nos levantamos sin muchas ganas de nuestra cama para luego salir de nuestra habitación y bajar a la cocina donde Amelia la abuela de Gabo preparaba de algo de desayuno mientras esté le servía con un rostro lleno de felicidad, un poco de jugo de naranja a Felipe mientras este desayuna ba.

Luego de desayunar Dede y yo subimos nuevamente a nuestra habitación donde estuvimos viendo televisión por un largo tiempo, recostados en nuestra cama y bien arropados con un grueso edredón ya que se podía sentir el frío que la tormenta traía con sigo.
Pero luego de horas y horas de estar bien televisión la luz se fue, haciendo que la habitación quedará a oscuras ya que estaba anocheciendo; pero todo cambió cuando por la ventana de reflejo la brillante luz de un gran relámpago seguido del estruendoso ruido del trueno.

Desde que los relámpagos comenzaron a iluminar la habitación y los truenos a retumbar por todos lados me a balance sobre Dede sintiendo el cálido calor de su cuerpo el cual chocó con el frío que desprendía mi cuerpo.

¿Pero que te pasa Ricky?, Me preguntó Dede intrigado.

Se que es algo tonto y mucho más de alguien como yo, pero le tengo miedo a los rayos; es un miedo que e tenido desde niño y hasta la fecha no puedo superarlo, le dije lanzando me nuevamente sobre él y está vez a ferran dome con mayor fuerza de su cuello luego de que un rayo hiciera temblar la tierra en gran manera al caer en esta, al parecer no tan lejos de la casa.

No tienes porque temer les, yo estoy aquí para cuidar te, no tengas miedo; y no es tonto yo también le tengo miedo a algo y ya estoy grande, me dijo sujetando me con fuerza de mis caderas al escuchar un trueno retumbar.

Cuando estaba por preguntarle a Dede a que le tenía miedo, esto solamente me soltó de algo bajo pero lo suficiente para oírlo, que le tenía miedo a los insectos; y cuando nuevamente estaba por decir algo un relámpago iluminó nuevamente la habitación haciéndome entrar en pánico, pero en eso Dede junto sus labios a los míos haciendo que me olvidará de todo.
Al sentir los labios de Dede moviéndose sobre los míos, no puse más que dejarme llevar por esos labios que me han vuelto loco muchas veces pero que otras me han dado de los mejores momentos de mi vida.

Mientras nuestros labios se movían sincronizados y nuestras lenguas tenían una lucha campal por dominar, Dede metió sus manos a través del buzo y bóxer que llevaba puesto y comenzó a recorrer mis nalgas como si fuera un lugar nunca antes explorado.
Mientras yo metía mis manos entre su camisa sin mangas sintiendo en el transcurso sus abdomen y pecho, para luego quitársela.

Al separarnos para tomar aire, observé fijamente a Dede antes de continuar, y después de haber depositado un dulce beso en sus labios comencé a bajar por su cuello, pecho y abdomen dejando un camino de besos y una que otro chupete.
Al llegar a la parte baja de su ombligo y topar me con el borde de su short deportivo, tomé este con mis dientes juntamente con su bóxer y comencé a bajarlos de firma seductora.
Al haber los quitado de mi camino continúe mi camino hasta llegar a su miembro ya  erecto, el cual introduje dentro de mí boca y comencé a devorar lo como si nada.

Luego Dede hizo una maniobra para quedar encima de mí, y comenzó a quitarme la camiseta, luego volvió a introducir sus manos entre mi buzo y bóxer y comenzó a juguetear con mi miembro, luego las volvió a llevar hacia mis nalgas y de un solo tirón se deshiso de ambas cosas.
Luego de haber se deshecho de esto comenzó a devorar mi miembro de forma más rápida que mí.
Luego de haber lubricado bien mi miembro con su propia saliva Dede se sentó sobre mis piernas y mientras se inclinó para darme un beso en los labios yo coloque mi miembro justo en la estrecha entrada de trasero, y mientras él se reincorpora a su posición inicial yo podía sentir como este se habría espacio por su estrecho pero ya conocido trasero por mí.

Ya con todo mi miembro dentro de él, Dede comenzó a moverse de forma lenta sobre mí, para luego comenzar a subir la velocidad; y cada vez que esté que inclinaba hacia mí para besarme yo era el que tomaba el control de las envestidas que le daban y eso estuvo así hasta que me corrí dentro de él y él encima de mí.
Al terminar ambos caímos rendidos en los brazos del otro y cayendo dormidos en un brazo lleno de amor hacia el otro.