Un mes después, Albus ya estaba perfectamente instalado en su cuarto del lúgubre edificio en las afueras de Nueva York. A decir verdad, no estaba tan mal. Lo había decorado a su gusto, con ayuda de un poco de magia, claro está, y era bastante acogedor. Además, Gwen vivía en frente de su casa y tocaba la puerta de su casa a cualquier hora. Y con decir cualquier hora, era cualquiera.
Hubo una ocasión donde la chica llamó a su puerta a las cuatro de la mañana y no dejó de insistir hasta que Albus se levantó y le abrió la puerta. Resultó que Gwen sólo quería un poco de café ya que se le había acabado y Albus tenía. De más está decir que el azabache casi la asesina.
Además de Gwen, Cameron también se había convertido en un buen amigo. El chico vivía en una gran casa en el centro de la ciudad, pero parecía vivir con Gwen, ya que se la pasaba allí. La castaña llegó a decirle que le iba a cobrar alquiler por usar sus sofá. Cameron no apareció por una semana luego de esa amenaza no apareció por allí por días.
Había algo que se notaba a leguas entre Gwen y Cameron y era que el chico estaba loco por la castaña, a tal punto de gritarlo en medio de la calle, pero ella creía que bromeaba y se lo tomaba a risa. A pesar de eso, Cameron no desistía.
El dinero no salía de los árboles. Albus se había dado cuenta de eso cuando una semana atrás vio que sólo le quedaban un par de sickles y veinte dólares. Debía hacer algo para no morir de hambre urgentemente.
Su primera opción fue ir al banco mágico de Nueva York y pedir algo de dinero de la bóveda de los Potter de Gringotts. Lo malo de eso era que tardaba un par de días y su padre iba a ser notificado acerca de la transacción. No le quedó otra más que ir a buscar trabajo.
Y lo encontró. En un café en el centro de la ciudad necesitaban empleados. Albus había visto ese cartel semanas atrás y, como aún seguía ahí dio por sentado que todavía no habían encontrado alguien para el puesto. Lo único malo del trabajo era la distancia, porque Albus vivía a veinte minutos en coche del café…. Y él no tenía coche.
La solución a sus problemas llegó cuando se enteró que Gwen tenía auto. Ese día, alrededor de las diez de la noche, tocó a la puerta de su nueva amiga. La castaña le abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, el pelo desprolijamente atado en un moño, usando una camisa demasiado grande para ella y no parecía llevar pantalones.
—¡Albusín! —exclamó sonriendo—. Es la primera vez que te apareces por aquí a estas horas. ¡Pasa!
La castaña prácticamente lo empujó dentro de la habitación. Albus observó el cuarto de la chica. Nunca se habría imaginado que uno de esos lúgubres cuartitos podría llegar a ser bonito. Y Gwen había logrado eso.
Ella se sentó en una mesa llena de papeles y, luego de acomodarlos en una pila y dejar parte de la mesa libre, lo invitó a sentarse.
—La dura vida de una estudiante de medicina, soldado —dijo cuando lo sorprendió mirando los papeles—. Y dime… ¿qué viniste a hacer aquí?
—A decir verdad, te quería pedir un favor —contestó—, uno muy grande.
—Te escucho. Y te voy a ayudar siempre y cuando no incluya prostitución.
Albus no pudo evitar soltar una risita.
—Incluye a ti y a tu coche mañana a la mañana para llevarme a una entrevista de trabajo. Y si sale bien todas las mañanas —agregó.
—¿Tú crees que soy un taxi? —preguntó ella—. Claro que te ayudaré. Pero por un pequeño precio.
Y, tras acordar que pagaría la mitad de lo que gastaría en combustible, Albus se fue del departamento de Gwen feliz por tener un medio de transporte.
Al día siguiente, los feroces golpes en la puerta lo despertaron. Adormilado, Albus abrió y pudo ver a una muy furiosa Gwen.
—No me interesa a qué hora es tu entrevista. Pero te dije que debías estar listo a las siete. ¡Son las siete y media Potter! —chilló—. Más te vale bajar en diez minutos o te quedas aquí.
Y sin darle tiempo a replicar, bajó corriendo las escaleras como una luz. Albus miró su reloj de muñeca y se contuvo de reír, ya que eran las seis y media de la mañana. Seguramente Gwen se había equivocado al mirar el reloj.
Tomó su tiempo para asearse, cambiarse y hasta desayunar. Luego de tomar sus cosas, bajó las escaleras tras la castaña con una tostada aún en la mano.
La mujer de la recepción seguía mirándolo fijamente, por más que él viviera allí hace un mes. Y eso era bastante raro para Albus, había veces que hasta le daba miedo. Para prevenir cualquier situación, saludó a la mujer cortésmente antes de tener que salir corriendo porque a Gwen se la había quedado la mano pegada a la bocina.
—Hasta que llegas, inglesito —protestó ella.
—Te diste cuenta que cuando empezaste a gritar como una desquiciada ni siquiera eran las siete ¿no? —se burló Albus.
—Ya, mejor prevenir que curar. Y te tardaste demasiado. Además la vieja Mary no dejaba de mirarte. Algún día te va a violar, ya verás.
Albus rió y le indicó a la chica que ponga el auto en marcha, que ya se les hacía tarde. Alrededor de media hora más tarde llegaron al café y Gwen prometió pasar a buscarlo al mediodía, ya que debía trabajar. Él estuvo de acuerdo, ya que así podía dar un paseo y conocer mejor Nueva York.
Después de despedirse de Gwen entró al local y pidió hablar con el dueño, quien lo atendió con gusto. Albus le presentó sus referencias (un poco alteradas, ya que no podía mencionar nada relacionado con la magia) y le dio sus razones para querer trabajar allí. De más está decir que el dueño del local le dio el puesto inmediatamente. También influyó mucho el hecho de que, según lo que dijo más tarde, no mucha gente quería trabajar en “un café de mala muerte”, como había dicho.
El muchacho iba a empezar a trabajar al día siguiente. Apenas eran las nueve de la mañana y el clima estaba demasiado hermoso, por lo que decidió caminar hasta su casa, ya que tenía tiempo.
A partir de ese momento, se dijo, iba a dejar de pensar tanto en el pasado. Iba a concentrarse en su nuevo trabajo, la nueva ciudad y su nueva vida.
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Si, sé que el capítulo es un poco aburrido, pero es introducción. Prometo que los que siguen van a ser más interesantes.Dejen su opinión!
Los quiero <3
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3. | WRONG ~ Albus Severus
Фанфик【 ❝You're perfectly wrong for me And that's why it's so hard to leave Yeah, you're perfectly wrong for me❞ 】 Albus sabe que está mal, pero aún así no puede evitarlo. Saga "Weasley Family". Libro III