|24. EPILOGUE

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El café estaba vacío, silencioso y solitario, como esa primera vez en la que Albus entró a pedir un puesto de trabajo.

En una esquina, un chico solitario estaba sentado escuchando música con auriculares y leyendo un libro. Ese chico había estado alegre, feliz. Pero los ojos del chico ya no brillaban de felicidad, en vez de eso, gruesas lágrimas caían por sus mejillas y no hacía nada para disimularlas. Su novio, el único amor de su vida se había ido. ¿No era ese motivo suficiente para llorar?

Luka Dunne estaba devastado. Habían pasado apenas tres días de la partida de Albus, pero para él era una eternidad. Extrañaba demasiado al azabache; su risa, sus ojos, sus besos, sus abrazos… Luka necesitaba uno de esos abrazos. Pero como estaba seguro de que Albus no volvería en un buen tiempo, se refugió en el café, en el lugar donde se conocieron y donde guardaban recuerdos juntos.

Pero Luka no estaba tan en lo cierto.

Un azabache entró apresuradamente al café. No le importaba que las personas lo miraran molestas por haber interrumpido su desayuno ni que su traje de casamiento estuviera todo desprolijo y la flor en su bolsillo aplastada, lo único que quería saber era dónde estaba Luka Dunne.

El chico sentado en la esquina del café se sacó los auriculares y levantó la vista del libro para mirar el motivo de los murmullos. Al ver al azabache parado en la puerta, su corazón empezó a palpitar cada vez más rápido.

Se dedicaron una sonrisa. Tan sólo con mirarse a los ojos era suficiente para decir todo lo que sentían.

Albus se abrió paso entre las mesas y se acercó al chico que lo miraba emocionado.

—Te busqué por todas partes —confesó el azabache—. Fui a tu casa, a la de Gwen, a la de Cameron… tu hermana me dijo que estarías aquí. Tenía miedo de no encontrarte.

Luka abrazó fuertemente a su novio y hundió el rostro en su pecho. Nadie podía imaginarse cuánto lo había extrañado. Inhaló fuertemente, sintiendo el perfume que llevaba encima.

—Y yo tenía miedo de que no volvieras —susurró mirándolo a los ojos.

—Prometí que lo haría.

—Me alegra que siempre cumplas tus promesas.

Albus rió y estampó sus labios contra los de Luka. Ambos habían necesitado ese beso. Sabían que no era como los otros, era un beso de promesa, compromiso y cargado de amor. No les importaba que la gente los mirara, sólo existían ellos dos.

—Te amo, Luka Dunne —dijo Albus.

Luka sonrió y se volvieron a besar. Y deseaban que ese beso durara para siempre.

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Hola!
Hermosuras, se nos acabó "Wrong"... Si leíste hasta acá, muchas gracias por acompañarme a mí y a los personajes en esta historia.

Realmente me hace muy feliz ver que a tantas personas les gusta lo que escribo, las locuras de mi imaginación que plasmo en estas historias.

Espero que les haya gustado la historia y estén felices con el final que tuvo. Me gustaría mucho conocer su opinión acerca de esta.

Pero esto no termina acá, porque mi imaginación no se murió y voy a seguir escribiendo estas historias un poco ridículas y tontas que se me ocurren. Tengo varios proyectos en mente que con el tiempo voy a compartir con ustedes.

Sólo quería decirles que los quiero mucho y gracias por todo.

-Josefina

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora