|19. WHY WERE YOU FOLLOWING ME?

278 42 13
                                    

Albus no podía creer lo bien que había tomado Luka el hecho de que era un mago. Se había esperado gritos, caras de terror, pánico y confusión, pero nunca la pregunta “¿Y puedes hacer que las escobas bailen y se muevan? Ya sabes, como en la película de Disney, Fantasía”.

El azabache no sabía si reír ante esa pregunta o besar a su novio por no asustarse de lo que era. Que Luka lo quiera tal cual era, era todo lo que había pedido y lo que lo hacía feliz.

Después de un par de demostraciones de magia (Luka había querido que las cosas de su cuarto vuelen), Albus tuvo que irse a su casa, no sin antes prometerle a su novio que volvería en un par de horas.

Debía ver cómo estaba Gwen y qué había pasado luego de que se fue. ¿Le había perdonado el hecho, de que le borrara la memoria? Albus esperaba que sí, de otra manera sería muy incómodo vivir frente a una persona que no quiere verte la cara. Además, Gwen era su mejor amiga, y la necesitaba.

Al salir a la calle, Albus sintió el frío adentrarse hasta los huesos. Se reprendió mentalmente por no llevar un abrigo y el recuerdo de su madre gritando a todo pulmón que no salga desabrigado a la calle lo invadió. “La ternura de Ginny Weasley” bromeó para sus adentros y soltó una risita que resonó en la calle desierta.

Después de unos instantes, volvió a tener el presentimiento de que alguien lo perseguía. Era la tercera vez en la semana y al chico ya lo empezaba a molestar. ¿Qué diablos quería esa persona? Un montón de ideas absurdas cruzaron la mente de Albus. ¿Lo iba a matar? ¿Secuestrar? ¿Vender a una secta? ¿Vender sus órganos en el mercado negro? No sabía cuál de las opciones era, pero todas sonaban bastante mal.

Finalmente, decidió averiguar quién era el misterioso acosador.

Albus desvió rápidamente su camino hacia un callejón vacío y permaneció allí hasta oír la respiración de la persona detrás de él. A decir verdad, la idea de estar en un callejón con un desconocido sonaba bastante aterradora para Albus, quien tuvo que recurrir a todas sus fuerzas para no sufrir un ataque de pánico. Lentamente, llevó la mano hacia su varita.

—¡Finite incantatem! —exclamó dándose la vuelta y apuntando hacia donde creía que estaba la persona.

La potencia del hechizo fue tanta, que Albus salió disparado hacia atrás, al igual que la persona que lo seguía, quien terminó aterrizando sobre unos botes de basura. El azabache se levantó del suelo adolorido y corrió hacia allí con la varita en alto, pero se sorprendió al ver a su perseguidor. No se lo esperaba.

—¿Alice? —definitivamente era Alice Longbottom. Albus no se podía explicar lo que hacía ahí.

Ayudó a la rubia a salir de entre la basura y a ponerse de pie mientras la miraba confundido.

—¿Tenías que lanzar ese hechizo tan fuerte? —preguntó molesta sacando una cáscara de banana del cabello—. Ahora voy a apestar por una semana.

Albus la miraba incrédulo.

—¿Qué haces aquí?

—Esperaba una bienvenida más cálida, ¿sabes? Hace meses que no sabemos nada de ti.

—¿Cálida? ¡Me estuviste siguiendo por semanas, Alice!

La rubia hizo una mueca y comenzó a caminar fuera del callejón, con Albus pisándole los talones.

—No creas que fue divertido —retrucó la chica—. Vine de vacaciones y te vi. Necesitaba asegurarme que eras tú.

—¿Y no se te ocurrió hablar conmigo, en vez de hacerme creer que alguien me quería matar? —gritó Albus enojado. Un par de personas que pasaban por allí los miraron, pero siguieron con su camino.

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora