|04. PARTY

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A Albus le pareció una mala idea desde que Cameron y Gwen se lo propusieron. A él nunca le habían gustado las fiestas. En la última fiesta a la que fue, terminó cuidando de un muy borracho Scorpius hablando de cuánto amaba a Lily, lidiando con una muy molesta Rose y evitando a una amiga de su hermana que quería besarlo a toda costa. Claro que la pobre no sabía que a él no le interesaba en lo más mínimo. Pero gracias a eso, Albus decidió evitar las fiestas. Sabía que no eran lo suyo.

—¡Vamos, inglesito! —protestó Cameron—. Tal vez no te gustan las fiestas que hacen allí, en Inglaterra, pero te puedo jurar que las que hacemos aquí son mucho mejores.

Albus iba a replicar, pero la cara que puso Gwen, rogándole que vaya no se lo permitió. Por eso, contra todo lo que su sentido común le decía, decidió acudir a la fiesta.

Y como lo supuso, se arrepintió apenas llegaron. Pero ya no había vuelta atrás, ¿verdad? Gwen se lo confirmó cuando lo tomó de la manga de la camisa y lo arrastró hacia adentro de la casa.

Pero las sospechas de Albus no fueron tan acertadas, hasta pudo decir que se divirtió. Tal vez lo malo no eran las fiestas, sino la compañía. Albus se convenció finalmente que las fiestas no eran tan malas. Gwen y Cameron lo convencieron de ir y estaba agradecido por eso.

—¿Quieres tomar algo? —preguntó Gwen gritando por encima de la música. Albus asintió y la castaña se perdió entre el gentío.

Cameron lo tomó de los hombros y lo arrastró hacia un grupo de tres chicos.

—Vamos a hacer amigos, inglesito —dijo antes de empezar a presentarlo.

Los amigos de Cameron no le cayeron tan bien como él y Gwen. Le parecieron muy petulantes. Uno de ellos hablaba todo el tiempo acerca de su mayordomo. Es decir ¿quién diablos tiene un mayordomo? Albus no podía entenderlo.

Gwen se acercó a ellos con dos bebidas.

—Es lo único que pude conseguir —le dijo a Albus—. Los demás tenían droga.

—No me molestaría salir de aquí un poco drogado —bromeó Albus y la chica lo golpeó en el brazo.

Cuando vio a los amigos de Cameron, su sonrisa se borró y miró a su amigo molesta.

—¡Cam! Me dijiste que estos idiotas no iban a venir.

Uno de los chicos la fulminó con la mirada.

—¿Idiotas? —protestó—. Tenemos nombres ¿sabes? Yo soy John, él es…

—¡No me interesa tu maldito nombre! —lo interrumpió Gwen y se dirigió nuevamente a Cameron—. ¿Me puedes explicar por qué los invitaste?

—Es una fiesta, Gwen —la calmó el chico—. Sabes que estos idiotas no pueden decirle que no a una buena fiesta.

—¡Que no nos llames idiotas! —exclamó el que se llamaba John.

—Vamos, bonita, ¿por qué no vienes a darle un abrazo a tu futuro novio? Sabes que me quieres y que no puedes resistirte a mi —le dijo Cameron con los brazos abiertos en su dirección. Contra todo pronóstico, Gwen bufó enojada y se perdió entre la multitud—. ¡Gwendolyne!

Pero la chica ya no lo escuchaba porque se había alejado lo más posible de él.

A partir de ese momento, Albus perdió totalmente de vista a su amiga. Pasó el resto de la noche bromeando y bebiendo con Cameron y sus amigos. Debía admitirlo, no se parecía en nada a las fiestas en Inglaterra, empezando por el hecho de que en ellas había vasos llenos de bebida volando por el aire. En este tipo de fiestas no había magia.

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora