|03. HI, I'M ALBUS

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Si el chico había reparado en el número de teléfono de Albus en el vaso de café, no se había inmutado y no pareció haberle prestado atención. Los días del azabache seguían siendo iguales: Se levantaba con los gritos de Gwen, esta lo llevaba al café, llegaba al mismo tiempo que Luka, se pasaba su jornada laboral observándolo, veía como el chico se iba y Gwen lo pasaba a buscar.

Era bastante monótono, pero a Albus le gustaba tener su vida organizada. Le ayudaba a concentrarse en sus objetivos. Y estos eran poder ganar dinero para pagar el alquiler de su casa, rehacer su vida y el chico que se sentaba solo en el café.

Un par de días después del incidente del número de teléfono, Albus tuvo que cambiar puestos de trabajo con uno de los meseros, ya que éste se había roto la pierna y no podía atender las mesas. Y cómo a Albus le gustaba ayudar a las personas se ofreció para suplantarlo por el tiempo que tardara la pierna en sanar, mientras que el mesero tomaba su lugar en la caja.

Un trato justo ¿verdad? Sí que lo era. Y mucho más si lo que el azabache quería era acercarse a Luka. Y lo hizo.

En su segundo día como mesero, Albus se acercó a la mesa del chico más o menos a media mañana. Estaba nervioso, pero no entendía por qué.

Luka, al reparar en el azabache, levantó su vista del libro y sacó los auriculares de sus orejas.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó él.

Albus sintió sus piernas temblar. Nunca se había sentido así de nervioso al hablar con un chico. ¿Por qué ahora?

—Quería saber si ibas a ordenar algo más —dijo entre tartamudeos.

Luka lo observó por un rato y luego soltó una carcajada.

—Ya recuerdo quien eres —rió—. Eres el chico de la caja, ¿verdad? El del número de teléfono —Albus pudo notar el sonrojo en sus mejillas—. ¿Vas a quedarte ahí parado? Siéntate.

Albus le hizo caso y lentamente se sentó frente al chico, quien hizo a un lado su libro y lo miró con los brazos cruzados. Ambos se quedaron un rato en silencio.

—Puedo irme si te molesta —murmuró Albus, a quien la situación ya se le estaba haciendo un poco incómoda.

—¿Y quién dijo que me molesta? —replicó—. Aún no se tu nombre.

—Soy Albus, Albus Potter.

—Interesante nombre. Soy Luka Dunne —sonrió—. Pero eso ya debes saberlo, por lo menos mi nombre. Y también sabes que vengo aquí todos los días. Hace tiempo me observas, ¿o me equivoco?

Albus se sonrojó hasta las raíces de su cabello. Muy pocas veces en su vida se había sonrojado al estilo Weasley, y esta era una de ellas. Extrañamente, la sonrisa de Luka lo calmó y notó que su sonrojo iba bajando.

Por el rabillo del ojo pudo ver a sus compañeras mirándolo y cuchicheando. Y Albus sabía muy bien de qué hablaban.

—Así que… encontraste mi número —dijo Albus tomando valentía y apoyando sus codos en la mesa. Luka volvió a reír.

—Tampoco era muy difícil encontrarlo, es decir, lo dejaste al alcance de mi mano. Literalmente —rió por su propia broma—. Muy atrevido de tu parte, Albus.

—Ya sabes lo que dicen. El que no arriesga no gana ¿no?

Luka enarcó una ceja y, cruzándose de brazos, se inclinó encima de la mesa, justo como lo había hecho Albus minutos atrás.

—¿Y qué es lo que esperas ganar exactamente? —murmuró. Ambos quedaron en silencio.

Ahí fue cuando Albus se dio cuenta de la cercanía que tenía con el chico y se echó para atrás bruscamente, completamente sonrojado por tercera vez en el día. Malditos genes Weasley, pensó para sus adentros.

—Yo… Probablemente deba volver a trabajar —respondió rápidamente mientras se alejaba del chico.

Comenzó a tomar los pedidos de las personas de otras mesas y a limpiarlas. En todo momento, pudo sentir la mirada de Luka clavada en su espalda. O suponía que estaba en su espalda.

Como pudo ver cuando miró disimuladamente, Luka volvió a ponerse sus auriculares, pero el libro continuaba donde lo había dejado. Ahora su mirada seguía a Albus a todas partes. El azabache estaba nervioso. Nunca le había gustado que la gente lo mirara, y que este chico lo hiciera, menos.

Cuando faltaban pocos minutos para que el turno de Albus terminara, Luka se acercó a él y lo saludó con una sonrisa.

—Nos vemos mañana, Albus —el azabache le respondió sonriendo de la misma manera y se quedó estático cuando Luka se inclinó hacia delante para darle un beso en la mejilla—. Tal vez te llame —susurró en su oído antes de irse del local dejando a Albus perplejo.

*****
Y Luka conoció a Albus y Albus quedó en shock.
¿Qué les está pareciendo la historia?

I'm really sad. O sea, Argentina quedó fuera del mundial, chicxs. Me agarró um ataque de llanto tremendo but Alemania y Portugal quedaron afuera también así que mi depresión no es tan grande.
Los que en serio me dan pena son Messi y Mascherano... Se merecían ganar el mundial.

Bueno, basta de mis problemas, ¡El capítulo que sigue va a ser más largo y... Va a haber Scorbus!

Los quiero <3

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora