|EXTRA 02. DON'T KISS ME!

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Quería llorar. Quería gritar. Quería golpear la pared hasta que sus manos sangraran. Quería sentir un dolor que lo haga olvidar el dolor de su corazón. ¿Por qué debía sufrir tanto por amor? ¿Por qué tenía que ser tan difícil? ¿Por qué no podía ser normal como James o Teddy? No, Albus Potter estaba destinado al fracaso.

Por lo visto, al destino no le había bastado con hacer que su camino y el de Scorpius se cruzaran, no le había bastado con hacer que se convirtieran en mejores amigos, no le había bastado con hacer que el azabache se enamorara perdidamente del rubio. No. Ahora debía enfrentar el hecho de que Scorpius había empezado a salir con su hermanita, con Lily.

Scorpius, quien había jurado que lo amaba.

Scorpius, quien le había prometido estar a su lado siempre. Scorpius, quien hasta el día anterior aprovechaba cualquier momento a solas para besarlo y que, por lo visto, ahora tenía miedo al qué dirán.

Albus no sabía siquiera por qué había accedido reunirse con el rubio en la Sala de Menesteres. Scorpius había dejado bien en claro que no lo quería cuando, aquella mañana, había confirmado su relación con Lily en medio del Gran Salón. Cuando lo había visto besar a su hermanita en frente de cientos de personas, Albus había sentido su corazón romperse en miles de pedazos. No entendía cómo Scorpius podía hacerle eso. ¿Tan mal estaba por haberse enamorado?

Cuando Scorpius entró a la Sala de Menesteres, encontró a Albus sentado en un sillón. Sus ojos estaban hinchados y rojos, y el rubio se dio cuenta que había estado llorando. Se acercó a azabache y acarició su rostro, limpiándole las lágrimas.

Albus lo apartó de un movimiento brusco.

—Hey —lo llamó Scorpius—, no llores, Al, por favor. Me parte el alma verte llorar.

—No me toques —murmuró este alejándose de él.

—Amor, por favor —Scorpius giró la cabeza de Albus, obligándolo a mirarlo. Él no podía soportarlo. Quería intentar odiarlo, pero cuando le hablaba de esa forma y lo miraba con sus ojos grises suplicantes, Albus se derretía.

—¿A qué estás jugando, Scorpius? —preguntó apartando nuevamente las manos del rubio de su rostro.

Él lo miró sin entender.

—¿A qué te refieres? —Albus bufó. ¿Era idiota o lo había pisado un hipogrifo?

—¿Qué mierda quieres de mi?

—Me gustas, Al. Mucho —de todas las respuestas posibles, esa era la que Albus menos se esperaba.

Estaba tan sorprendido, que no reparó en el momento en el que Scorpius se acercó a él y estampó sus labios contra los suyos dulcemente. Albus deseaba correspoderle, lo necesitaba, pero también estaba esa parte suya, la parte de la conciencia, la parte racional. Esa parte le repetía una y otra vez que eso estaba mal, que no podía hacerle eso a Lily. Por lo que terminó haciéndole caso a su conciencia y apartó a Scorpius de un empujón.

—¡Estás saliendo con mi hermana, idiota! —exclamó liberando toda la furia que tenía dentro de sí.

—Al, por favor. Deja de gritar —murmuró el rubio tratando de calmarlo.

—Elige, maldita sea. ¿Lily o yo?

—Sabes que no puedo hacer eso —y Albus quiso llorar aún más.

Días atrás, Scorpius le había prometido que nunca lo dejaría, le había dicho que lo amaba y que era una de las mejores cosas que le había pasado. Albus había creído que esas palabras significaban algo, que los besos, no tan inocentes, que habían compartido eran algo más que eso. Pero no, ahora se daba cuenta que sólo habían sido eso, palabras y actos vacíos.

—¡No! ¡No lo sé! —gritó poniéndose de pie y empezando a caminar nerviosamente de un lado a otro mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas—. Ya no se una mierda, Scorpius. Creí conocerte ¿sabes? Ahora no tengo ni la menor idea de quién eres, ni de quién soy yo. ¿En qué nos convertimos? ¿Engañando a mi hermana a escondidas? —Scorpius escondió el rostro avergonzado, ninguno de los dos estaba orgulloso de eso— ¿De verdad caímos tan bajo? ¡Somos un desastre!

Y ese fue el momento en el que Scorpius decidió que el mundo no le importaba.

—Somos un desastre que se puede reparar —dijo en voz mucho más alta de lo que esperaba y acercándose a Albus.

El azabache dejó de caminar y se detuvo frente al rubio, quien lo tomó de las manos y sonrió. Albus lo miró sorprendido, sin entender aún por qué sonreía.

—¿Y cómo diablos piensas hacer eso? —preguntó clavando sus ojos esmeralda en los grises del chico.

—Juntos —murmuró este sobre los labios de Albus justo antes de besarlo.

"A la mierda Lily", pensó Albus antes de corresponderle el beso al rubio.

Esta vez, a ninguno de los dos les importó Lily ni el qué dirán. Sólo existían Albus y Scorpius, en la Sala de Menesteres.

Permanecieron allí largo rato, sentados en el sillón. Albus, recargaba su cabeza en el pecho del rubio, mientras este le limpiaba las lágrimas y le susurraba que todo iba a estar bien, que iban a estar juntos. Ambos sabían que, una vez que salieran por la puerta, sólo iban a poder ser Albus y Scorpius, los mejores amigos, que Scorpius besaría a Lily y que a Albus se le volvería a romper el corazón.

Ninguno de los dos quería salir a la realidad, pero sabían que, tarde o temprano, esta los golpearía.

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HOLA! Capítulo Scorbus porque sí.

Incialmente, no iba a publicar esto. Quería esperar un capítulo más para hacerlo, pero juro que no pude resistirme. Necesitaba hacerlo.

En estos momentos no sé si me gusta más el Scorbus o el Lukalbus. Es difícil de decidir...

Ya me iba a dormir, cuties, pero quería dejarles esto. ¿A que soy buena persona?

El capítulo va dedicado a S-Sxnrise porque me lo pidió y no le pude decir que no.

Leo sus comentarios, hermosuras <3

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora