|Extra 01. I WANT TO KISS YOU

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Albus había entrado bufando a su habitación en las mazmorras de Hogwarts. Se dejó caer en la cama frustrado y miró el techo color verde esmeralda sobre su cabeza. ¿A qué se debía su malhumor? Sus padres habían decidido irse de vacaciones para Pascuas y él debía quedarse en el castillo durante toda esa semana. Lily y James pudieron evitarlo, ya que la pelirroja fue a la casa de una de sus amigas y James fue de viaje con Fred y Frank Longbottom.

Albus había sido el único idiota de su familia que tuvo que quedarse en Hogwarts. Ni siquiera podía ir a la casa de Scorpius Malfoy, su mejor amigo, ya que este también se quedaba allí. Tal vez eso era lo único bueno, Albus no estaba sólo.

Hacía ya mucho tiempo que Albus no pensaba en Scorpius como un amigo. Lo veía de otra manera, porque los amigos no sienten cosquilleos cuando se tocan ¿no? Los amigos no se ponen nerviosos cuando hablan ¿verdad? Los amigos no sienten una necesidad de besarse… ¡definitivamente no! A Albus no le gustaba eso, no le gustaba sentir todas esas cosas por su mejor amigo, no debía. Y Albus se mentía, se engañaba, diciéndose a sí mismo que no veía de esa manera a Scorpius y que a él le gustaban las chicas.

Mientras pensaba esas cosas, no se dio cuenta que el rubio acababa de entrar en la habitación. Albus se incorporó de golpe cuando sintió un zapato golpeando su vientre. Recién en ese momento vio a Scorpius, sentado en su cama, sin zapatos y a punto de lanzarle el otro. Agradeció a sus reflejos de Quidditch cuando pudo desviar el segundo zapato que su amigo le había lanzado.

—¿Qué diablos te pasa? —preguntó el azabache riendo.

Scorpius se acercó a Albus y se dejó caer en la cama al lado de él visiblemente cansado. Albus tuvo que reprimir el impulso de acomodarle el mechón de cabello rebelde que le caía sobre la frente.

—Wood nos hizo entrenar hasta morir —explicó—. ¿Por qué tuvo que quedar en Slytherin? ¿Por qué no quedaba en Gryffindor como sus padres y nosotros nos ahorraríamos todo este sufrimiento? —Albus rió y el rubio lo fulminó con la mirada—. Cállate, ¿cómo hiciste para faltar a la práctica?

—Tuve castigo con Teddy.

Scorpius lo miró incrédulo. Teddy Lupin, el hermano de Albus era el profesor de Transformaciones y jamás de los jamases había castigado a un alumno. ¿Cómo era posible entonces que el azabache estuviera castigado? Una idea fugaz cruzó la mente de Scorpius y este sonrió.

—¿Cuánto le pagaste para evitar a Wood? —preguntó. Albus sonrió y Scorpius supo que había dado en el clavo.

—Una caja de chocolates por mes hasta el fin del año escolar… es bastante barato si lo piensas.

Ambos quedaron en silencio, como analizando lo que Albus acababa de decir y finalmente estallaron en carcajadas. Después de unos minutos y con un dolor de panza terrible de tanto reírse, Albus y Scorpius permanecieron acostados en la cama, uno al lado del otro mirando el cielorraso.

—No sé cómo voy a soportar esta semana aquí en el castillo —dijo Scorpius rompiendo el silencio.

—Odio a Lily y James —añadió Albus—. ¿Por qué ellos pueden salir y yo no?

—Mirale el lado positivo, por lo menos tus hermanos se fueron, yo tengo que soportar a Chloë.

Albus asintió con la cabeza y suspiró.

—Te compadezco…

En realidad no lo hacía. Chloë le caía bien, aunque fuera la ex de James y todo eso. Chloë Malfoy era la única que sabía que pasaba exactamente por la cabeza del chico. Ella era la única que sabía de enamoramiento de Albus hacia el rubio y él le agradecía de sobremanera que no se lo contara a nadie. Chloë era su confidente y Albus pensaba que de allí venía el hecho de que todos creyeran que le gustaba. Si sólo supieran que sospechaban del Malfoy equivocado…

Ambos chicos se sobresaltaron cuando el silencio fue interrumpido por un rápido aleteo. Ares, la lechuza de Albus entró a la habitación y se posó elegantemente sobre el velador del azabache. Scorpius se levantó mascullando entre dientes del suelo; se había caído por el susto que se dio Albus con la aparición de Ares.

El azabache quiso ayudar a su amigo a levantarse entre risas, pero lo único que logró fue aterrizar en el suelo junto a él.

—Odio a tu lechuza —masculló el rubio.

—Oh, créeme, yo la odio más. Yo quería un gato, pero papá y mamá insistieron en que una lechuza sería más útil.

Scorpius rodó los ojos.

—Debiste perderla cuando aún podías… —Albus asintió.

—Probablemente, pero ya es muy tarde —inmediatamente la expresión de Albus cambió—. ¿Puedes creer que mis padres se fueron de vacaciones? ¡Dos semanas a las islas Filipinas! ¡Y su excusa fue que querían vivir nuevas experiencias!

Malfoy rió al ver a su amigo tan molesto. Normalmente, Albus era un chico tranquilo, pero había veces que simplemente necesitaba gritar. El rubio le puso una mano en el hombro y lo apretó hasta que descargó su enojo.

—¿Sabes? —dijo finalmente—. A mi no me molesta que mis padres quieran tener experiencias nuevas, es más, a mi me encantaría tenerlas.

—¿Y qué tipo de experiencias? —preguntó Albus, a quien el tema ya comenzaba a interesarle.

—Creo que algún viaje, probar comida exótica, hacer algún safari, usar la poción Felix Felicis… —la boca de Scorpius se curvó en una sonrisa—. Y hay algo más que quiero hacer, aquí y ahora.

Albus lo miró con una ceja enarcada.

—¿Y qué es?

—Quiero besarte.

Albus no supo si había oído bien hasta el momento en el que sintió los labios del rubio chocando con los suyos. La electricidad recorrió todo su cuerpo cuando Scorpius lo tomó de la cintura y lo atrajo más hacia él. Albus dejó que su cuerpo se relajara y enredó sus dedos en el cabello del rubio, profundizando el beso.

Albus había anhelado ese momento desde hacía años atrás y por fin estaba sucediendo. Si le decían que eso era sólo un sueño lo habría creído, pero Scorpius a su lado se sentía tan real que descartó la idea al instante. En lugar de eso mordió suavemente el labio de su amigo, haciendo que este soltase un gemido y se separase del azabache para tomar aire.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Albus con las mejillas sonrojadas y el pelo revuelto. Scorpius se encogió de hombros.

—¿Te molestó? —Albus negó—. Entonces no veo razón por la que no podría hacer esto —y nuevamente posó sus labios sobre los del azabache, pero esta vez el beso no duró tanto. Scorpius se levantó del suelo y le tendió una mano a Albus—. Vamos al comedor, ya es hora de la cena —dijo. Al llegar a la puerta se detuvo y puso una mano en el pecho de Albus—. Esto queda entre nosotros, no se lo menciones a nadie ¿bien?

Albus asintió y Scorpius le dio un último beso antes de salir por la puerta.

Albus lo siguió y actuaron como si nada hubiese pasado, aunque el azabache saltara de alegría en su interior.

Lo que él no sabía era que esa no iba a ser la última vez en la que sintiera los labios del rubio sobre los suyos. No, pasaría todas las noches durante todo un año. Y el único testigo de eso era Ares, la lechuza.

*****

Hermosuras! Quise dejarles una sorpresa, así que acá está... SCORBUS, BITCHES

No sé cuándo voy a poder publicar, así que preferí hacer un capítulo especial, un extra. Espero que les guste.

Los leo, hermosuras <3

3. | WRONG ~ Albus SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora