VII

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Marco Asensio:
Miércoles 14 de junio del 2017. 12:39pm.

—Marco ¿podrías llevar a mi hermana a su casa?— dice Isco llegando a mi lado —es que me ha surgido algo y debo de irme ya.

—Vale brother tú ve tranquilo, yo la llevo— acepto para que él pueda realizar sus cosas sin preocuparse.

—Gracias Marquito— me agradeció y salió corriendo. Se nota que está apurado.

Caminé por los pasillos del Bernabéu en busca de Elhayza para hacer lo que su hermano me pidió que se hiciera pero no la encuentro por ningún lado.

He decidido regresarme al vestuario a preguntarle a unos de los muchachos si no la han visto pero eso no fue necesario ya que la encontré a mitad de camino.

—¿No haz visto a mi hermano?— pregunta — no lo encuentro por ningún lado.

—Me ha dejado dicho que tiene unos asuntos que arreglar y que te llevara a su casa— le informo — pero si no quieres venir conmigo, no hay ningún problema, puedo pagarte un taxi.

—No tengo ningún problema en irme contigo Marco, no te preocupes— me sonrió.

Sonrisa para más linda.

—En ese caso, vamonos— dije y empezamos a caminar hacia mi auto. Como todo caballero haría me adelanté para abrirle la puerta a Ely.

—Gracias Marco— logro ver que una sonrisa se forma en su rostro antes de que yo cierre la puerta. Rodeo el auto y me subo.

—¿Quieres que ponga música?— le pregunto y ella asiente.

—Si no es ninguna molestia— me responde.

Y hay algo en su timidez que me encanta.

Tú no podrías representar una molestia para nadie— me sincero y noto como ella se muerde su labio inferior tratando de ocultar una sonrisa.

Espléndida.

Encendí la radio y mientras conducía mas que a la música me dedique a escuchar a Ely que cantaba por lo bajo.

En menos de veinte minutos ya estabamos en casa de Isco y me lamentaba no haber cogido el camino más largo.

—¿Podrías quedarte para comer?— pregunta ella —No sé cocinar pero podría ordenar pizza— se encoge de hombro y yo sonrio sin poder evitarlo.

—Acepto tu invitación— le respondo y esta vez fue su turno de sonreír.

Nos bajamos del auto y ella abrió la puerta para poder entrar a la casa. Me dejó ingresar primero para ella cerrar la puerta.

—Siéntate, ponte cómodo mientras yo ordeno la pizza— dice mientras marca un número en el teléfono y se lo coloca en el oído. Yo le hago caso y me echó en uno de los sofá.

Me dedico a observarla en silencio.

Lleva su cabello atado en una coleta y varios mechones rebeldes le cubren el rostro.

—¡Listo! En media hora estarán aquí— dice mientras se sienta en el sofá frente a mí.

—¿Qué hacemos mientras tanto?— le pregunto divertido.

—No lo sé ¿qué quieres hacer tú?— realiza un encogimiento de hombros.

—Me gustaría saber un poco más de ti— confieso.

—¿De mí? ¿Y cómo qué te gustaría saber?— inquiere curiosa.

—No lo sé, que te gusta, tu color favorito, cuántos años tienes, tal vez tu número de whatsapp...— ella suelta una carcajada en cuanto oye lo último.

—A ver, vamos despacio— dice entre risas — Tengo veinte años, mi color favorito es el azul, me gusta el fútbol pero eso ya lo sabes y aún no sé si deba darte mi número de whatsapp.

—¿Veinte años?— ella asiente — eres solamente un año menor a mí.

—¿Tienes 21 años?— pregunta sorprendida y yo asiento— ¡Wow! Creo que es mi turno de preguntar.

—Adelante— me acomodo en el sillón esperando por sus preguntas.

—¿De qué parte de España eres?— ella asientas sus codos en sus piernas y su rostro en sus manos.

—Soy de Mallorca— respondo.

—¡Mallorca! ¡Ese lugar es hermoso!— exclama emocionada.

—¿Haz ido?— le pregunto.

—¡Claro que sí!— responde — muchas veces y me he quedado enamorada de sus playas.

—Creo que las playas de Mallorca son las mejores— comento.

—Creo lo mismo— coincide — y mira que he visitado muchas playas.

Ella ríe.

Y puedo afirmar que no hay sonido màs melodioso que ese.

Y podría escucharla hacerlo por el resto de mis días.

Mi mejor jugada eres tú ||Marco Asensio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora