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Lunes 25 de septiembre del 2017.

Siento una suave caricia en mi frente que podría jurar que proviene de los labios de Marco, dandome un beso en la frente para despertarme. Abro los ojos lentamente y su carita sonriente es lo primero que observo, le sonrío de la misma manera.

—Buenos días bonita.—saluda y yo me incorporo en la cama restregandome los ojos.

—¿Está permitido verse tan guapo en las mañanas? Porque yo creo que no debería estarlo ya que un día me he de morir de un infarto.—bromeo y él se ríe. Es que está ahí, de pie, con su pantaloneta y una camiseta, despeinado y todo pero se ve perfecto. Es una obra de arte tallada por los mismísimos dioses.

—Tú estás más guapa aún, mi amor.—me dice y no puedo evitar sonreír. Pese a que la belleza no es lo que más me importe, me encanta que él crea que me veo bien por las mañanas, aunque en realidad no sea así, pero de esta manera sé que me quiere. A pesar de lo fatal que luzca, él siempre me va a ver con ojos de amor y eso sí que me encanta.

—¿Sabes que día es hoy?—pregunta. Obviamente sé que día es hoy. Es veinticinco, hoy cumplimos nuestro primer mes como novios.

—No.—miento—¿qué día es hoy?

—Me dueles Elhayza. Y yo que traje el desayuno a la cama.—dice haciendo un ademán a la bandejita que reposaba en la mesita. Me había preparado unas ensaimadas en forma de corazón y conociéndome como él me conoce, sé que por dentro están rellenas de chocolate y una taza de café. Es algo sencillo pero que él sabe que me encanta, siempre le he dicho que mientras más sencillo, mejor para mí.

Me levanto de la cama y me coloco frente a él, enrollo mi manos en su cuellos y lo miro directamente a los ojos.

—¿Cómo crees que me olvidaría que hoy, veinticinco de septiembre del dos mil diecisiete cumplimos un mes como novios?—enarco una ceja y él ríe por eso a la cez que dirige sus manos a mi cintura.

—Oh, creéme que sabía que no te olvidarías y que sólo estabas jugando conmigo.—me dice y esta vez soy yo la que ríe pero, mi risa es ahogada debido a que Marco me besa.

—Bonita forma de callarme.—susurro contra sus labios.

Estos días han sido tranquilos. Edward no ha vuelto a llamar, Marina parece haber dejado en paz a Marco. Mi novio y yo hemos hablado poco sobre este asunto y me agrada. Me agrada el hecho de que poco a poco todo va volviendo a la normalidad.

—Preciosa—dice cuando se separa—He reservado una cena para ti y para mí esta noche, para celebrar que ya llevo un mes contigo a mi lado.

—No tenías que hacerlo, lo sabes ¿no?—él asiente en respuesta.

—Lo sé pero yo quise hacerlo. Dejame ser un buen novio para ti.—me regaña y yo me río por la vocecita de niño que le salió.

—Eres tan adorable, mi amor.—le toco con uno de mis dedos la punta de la nariz y él la arruga viendose aún más adorable.—Y dejame decirte que ya eres un buen novio. El mejor. Gracias por todo esto.

—No es nada. Te mereces todo esto y más.—con una de mis manos le acaricio el cabello y la otra la entrelazo con la suya. Nuestras frentes juntas y en alguna ocasiones rozé su nariz con la mía.

—Te quiero.—él toma mi mentón para poder besarme mejor y sonríe sobre mis labios.

—También te quiero.

—Te tengo un regalo.—él me mira sorprendido y yo ruedo los ojos por eso. No soy de comprarle cosas, soy más de los demás detalles, como hacerle el desayuno, escribirle cartas y esas cosas por eso, le reniego cuando él prepara el desayuno.
Me dirijo hacia uno de mis cajones y de allí saco una caja. Regreso hacia donde él estaba y se la entrego.—Ábrela.

Él obedece y empieza a desatar el nudo sentandose en la cama, yo me siento a su lado y le doy un mordisco a mi ensaimada.
El abre la caja y sonríe al ver lo que hay dentro. Era una caja honda porque habían varias cosas. Lo primero era una pulsera hecha por mí que decía "Forever".

—Mira.—llamo su atención y le enseño mi muñeca con una pulsera similar que dice "Together".

—Esto es increíble.—dice mientras se la coloca él también.

—Y eso que aún no haz visto todo.

Él siguió viendo lo que había dentro de la caja y se encontró con una camiseta blanca y se rió al ver lo que esta decía.

—"Amo a mi novia"—lo lee y después me mira con una sonrisa en el rostro. Yo me encojo de hombros y eso amplia su sonrisa.—Sin duda usaré esta muy seguido.

—Más te vale.—le digo mientras sigo devorando mi desayuno.

Marco siguió urgando y sacó el portaretrato que conseguí para tenerlo en casa de una foto de nosotros dos.

Marco siguió urgando y sacó el portaretrato que conseguí para tenerlo en casa de una foto de nosotros dos

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—Me encanta esta foto.—comenta pasando su mano por esta con una sonrisa.

—A mí también.—concuerdo. La foto es de mis favoritas.

—Sales preciosa.—me dice y deja de ver el portaretrato para mirarme a mí. Le sonrío y el vuelve a centrar su mirada en el regalo. Coloca la foto den la mesita antes de seguir mirando que hay en la caja.

Al final se encuentra la carta que le escribí, a mano, agradeciendole por todo y recordandole lo especial que es él para mí. La leyó de inmediato con una sonrisa en el rostro y me encanta verlo de esta manera. Es hermoso.

De pronto me encuentro envuelta entre sus brazos.

—Gracias mi amor. Es el mejor regalo de todos, sin duda alguna haz sido mi mejor jugada.

Eso en términos de fútbol es mucho así que sonrío por eso.

—Me alegra tanto que te haya gustado.—digo separandome de él.

—No sólo me ha gustado, me ha encantado. Eres la mejor.—juntas nuestras labios por unos segundos—Pero esperate a la noche, también te voy a sorprender.

Mi mejor jugada eres tú ||Marco Asensio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora