Capítulo V

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——Prometieron a una doncella... —— grito el gran hombre de dos metros, barba largar y sucia, dientes chuecos como amarillento.

Randall se encoge en su lugar, había logrado escapar de alguna forma del ataque de los soldados Diamond. El apretá el filo de la camisa, con desesperación, estar rodeado de grandes hombres y mujeres feroces era una sensación horrible. Se mordió la lengua y habla.

–—La teníamos, solo que los Diamond nos encontraron primero... —— su voz esta temblorosa. ——Nos vencieron. ——

El gefe de los vikingos murmuraba groserías con su propio idioma. El quería una nueva mujer, una extrajera, alguien joven para pertenecer a su harén. La sala de la nave se encontraba con gritos en un idioma raro. La preocupación de los extranjeros era que ya fueron vistos, el ataque sorpresa ya no importa, pero todo cambió cuando la hija mayor del jefe entró. Todos guardaron silencio. Una corpulenta mujer del tamaño de su padre, cabellos largos pelirrojo ondulados, ojos cafés y labios gruesos se mantuvo de pie en medio del aula.

——Bueno, hay que hacer que se sientan confiandos... —— a su lado dieron entrada una mujer morena con cabellos chinos en forma de afro, alta, musculosa. Y la más baja era una chica delgada, piel blanca y cabellos rubio fresa. ——he llegado padre... Y por lo que veo, me necesitas en el campo de batalla. ——

///

Una semana, había pasado una semana desde el secuestro. Yellow se puso en marcha sobre las investigaciones sobre los extranjeros, había mandado un grupo de observádores, pero los barcos se habían marchado y no había rastros de nada. Aún así, intentaron en buscar a Jasper, pero fue como si la tierra se la hubiera tragado, dejando a la general sin nada.

Blue se recuperó de los golpes, solo habían pequeños hematomas que eran desaparecido con una capa de maquillaje. La atención de su madre y su hermana pequeña eran ya casi fastidioso, pero no las culpa, el cariño estaba ahí. Lo único que Blue a intentado y no ha logrado era agradecerle a Yellow, pero siempre que se acerca, ella estaba muy ocupada y no solo eso, había una sensación en el cuerpo que le impedía hablar, se sentía estúpida. En su habitación se encuentra pintando un pequeño cuadro, un corcel blanco era el protagonista de su pintura, pero no era uno cualquiera, era el corcel de Yellow.

——Humm——suspira Blue, su mente solo giraba en Yellow y en como la salvo. Supuso que era por agradecimiento.

Blue se pone de pie, y va en su tocador, abre su cajón y saca su pequeña libreta de bocetos, toma su grafito y comenzó a dibujar. Sus manos se movia tan fluido en cada curva que dibujaba que terminó tan rápido como empezó y dio un vistazo a su obra. El perfil del rostro de Yellow apareció en la hoja, sus pómulos definidos, la nariz respingada y sus labios gruesos era plasmados en la pequeña libreta. Blue de nuevo suspira, quería saber que le pasaba, que le ocurre a su cuerpo cada vez que piensa en ella, por qué no lo entendía. El toc toc de la puerta le saco de sus pensamientos y cerró de golpe la libreta. Una sirvienta pidió disculpas, pero que la princesa Yellow pidió de su presencia en la sala de reuniones. Blue casi se atraganta al escuchar hablar a la sirvienta. Ella actuó de la mejor manera y asentó con la cabeza. Acomodo su cosas, se vio por el espejo para ver su apariencia, una vez satisfecha sale de su habitación. Camino nerviosa en los grandes pasillos hasta llegar a su destino. Tocó levemente con los nudillos, espero hasta ver como se abre la puerta. La sirvienta de confianza de Yellow le atendió, le mostró el en donde sentarse y espero. Yellow apareció en su visión, estaba vestida con pantalones, botas largas, una camisa blanca junto con un saco amarillo que le llegaba hasta las piernas y su cabello perfectamente peinado de lado. Blue llegó a pensar que ella era una digna para reinar, era tan atractiva, dominante e inteligente, era la mujer perfecta. Yellow tomó asiento en frente de ella y carraspeo.

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