Capítulo XV

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"La boda"

El tiempo corrió, las fiestas fueron celebradas, los súbditos supieron del próximo matrimonio ansiando el momento para celebrarlo y aceptando con júbilo al nuevo miembro de la familia real. Pink avanzó sorpresivamente con sus estudios, logrando tal avance que ahora podía hablar fluidamente el idioma escandinavo y escribirlo sin ningún problema, tampoco quedó atrás con sus entrenamientos, había retomado de nuevo sus ejercicios con la comandante Ágata que había regresado de Nhortumbria para estar presente en la boda arreglada.

Dos semanas había pasado desde la llegada de Yellow a Wessex, dos semanas donde las princesas se ignoraron, cada quien sumergidas en sus asuntos, pero eso no quitaba el dolor y la tristeza en sus pechos, el sentimiento de necesidad de ese calor abrasador después de un beso o una caricia, no, tenían que enterrar esa sensación entre la fría nieve, pero sabían que en algún momento, la nieve se derretirá y con ello, tendrán que volver a encarar a lo que ambas tratan de olvidar, solo por ahora, porque el destino daba muchas vueltas. Dos semanas han pasado, 14 días, y eso significa que, la boda sería dentro de dos días, la ojo azul no podía evitar en pensar en la gran fiesta y la consumación del matrimonio.

Blue levanta los ojo en dirección al sol que se oculta entre las altas montañas del horizonte, la nieve ya casi había desaparecido por completo, ella estaba sola. Sola, la palabra resonó como un eco en su cabeza, el vacío en su pecho era agotador, era tortuoso sentirse así cada noche, cada momento que recordaba que no era nada, que ella era irrelevante en la situación del reino y solo estaba allí por "la misión " que le asignó White. Blue suspira con pesar apretando sus manos alrededor del barandal del quiosco en medio de los jardines reales, inclinándose hacia delante cerrando los ojos, ella creía que era el momento de madurar, olvidar a la joven Blue temerosa, tímida e ingenua que alguna vez fue, ya no más, era tiempo de cambiar, lo había decidido desde ya hace un tiempo, por eso no perdió más de ello, decidió en empezar la estrategia de la chica coqueta con Brayton y vaya que había resultado de la forma más provechosa, el chico moría por estar cada momento con ella y eso, dentro de muy poco sería la clave para su misión final.

Blue abre los ojos mirando entre sus pestañas las rosas amarillas que rodeaba el quiosco, mezcladas con las rosas azules, sus iris captan un par en particular, una rosa azul y amarilla enredadas entre sí, aferradas una la otra.

Blue entreabre sus labios. --Yellow... -- susurró.

La ojo azul tenía un deseo en el interior de su pecho, uno tan clandestina y que seguramente serían mal vista si se cumpliera. Un deseo que ella nombró amor, tenía la esperanza de que Yellow la tomará y gritara al mundo que la amaba, que sin importar las viejas tradiciones ella desafiaría a las reglas impuestas por el cristianismo, pero sabe que eso no pasará. Blue muerde su labio inferior, sus manos tiemblan y una lágrima rebelde corre por su mejilla, Yellow la ignora, no la mira y eso duele, sabía que ella misma le había pedido que la olvidara que la dejara de amar, pero, ¿Tan rápido Yellow pudo olvidar todo lo que sintió? Era cierto que al principio sintió la culpa de la muerte de sus padres, pero viéndolo desde diferentes puntos, Yellow y Blue no hubieran podido detener a los asesinos nórdicos, era muy estúpido culpar a la relación que tuvieron. Ahora Blue no puede pararse frente a Yellow y pedirle que la perdone, que todo regrese como antes, sabía que la mandaría por un tubo. La ojo azul suspira pensando "¿Qué pasará cuando todo esto termine?" porque no veía un futuro, muy aparte de la venganza.

Unas manos cálidas toman su cintura, Blue pone los ojos en blanco sabiendo de inmediato de quién se trataba, respiro hondo y dio su mejor sonrisa mientras lo encaraba. --Sabes que no debes de ver a tu futura esposa antes de la ceremonia. -- dijo Blue a su compañero.

--No lo puedo evitar, eres preciosa Blue, ansío que sea el momento. -- admitió Brayton. -- No puedo esperar a que por fin seas mía, a poder besarte sin interrupciones...

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