Capítulo 7. Champagne

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-¿Se puede saber qué haces?-dí un salto del susto. Por suerte no tenía la copa en la mano-. Llevas bebiendo toda la boda e incluso antes de ella.

-Inclinense todos ante "William El Controlador ", plebeyos-puse los ojos en blanco-. Tan sólo me he tomado cuatro copas de champagne. No es que me vaya a caer por las esquinas ni nada parecido.

-¿Recuerdas el día que te conocí?. Estabas como una cuba.

-Cómo olvidarlo.Hubiera sido mejor no haberlo hecho.

-¿Acaso te arrepientes de haberme conocido?.

-No voy a negártelo.

Mis lágrimas comenzaban a asomarse amenazando con derramarse.

-Ven conmigo-me tomó de la mano-.

-No, William. Estoy muy bien donde estoy.

-Eso es lo que tú te crees.

Me cogió en cuello y me llevó a un lugar apartado del viñedo donde se celebraba la boda. Odiaba que hiciera eso.

-¿Qué narices te pasa?.

Me preguntó una vez me devolvió a tierra firme.

-No es de tu incumbencia.

-Estaría bien que dejaras de comportarte algún día como una niña pequeña repitiendo mis palabras cada vez que tienes ocasión.

-¿Es todo lo que tienes que decirme?.

¡Qué cabreo tan grande tenía!.

-Eleanor, estoy intentando tratarte lo mejor que puedo pero no me lo pones fácil. ¿Qué es lo que ha cambiado entre nosotros?

Me quedé mirándolo y no se si fue fruto del alcohol que comenzaba a calentar mi sangre y nublar mis sentidos o porque realmente era algo que deseaba a toda costa hacer, me acerqué a él y lo besé en los labios. No hubo respuesta por parte de él. Se quedó tenso. Era como besar a una piedra. Me aparté con lágrimas en los ojos y antes de alejarme de él, le dije:

-Eso es lo que ha cambiado entre nosotros. Yo te amo y tú no tienes un hueco para mí en tu amplio corazón.

Volví a la barra del bar aturdida y con el alma destrozada.  Esta vez me encontré con Alice. Estaba más alegre que de costumbre supongo que todos nos estábamos poniendo finos con los vinos.

-Eleanor, cielo-me hizo seña para que me acercara-. ¿Has estado llorando?.

Me escudriñó el rostro como si buscara restos de lágrimas.

-No-mentí-.

-No soy tan inocente como aparento, Eleanor.  Sé que estás enamorada de William. Tan sólo hay que ver como lo miras pero sé de sobra que no sois novios.

-Yo....-me quedé sin palabras. Esta mujer parecía que hubiera nacido con el don de la clarividencia-.

-No digas nada, bonita. Dale tiempo a William,¿Vale? Es un buen chico pero necesita recomponer las cosas en su mente. ¿Sabes? Me gustas para él. Eres su ángel en la Tierra.

-Él sólo me ha dicho que soy una diosa en la Tierra.

-Me alegro por ello. Es una gran noticia.

-¿Estás riéndote de mí?-pregunté enfadada-.

-No, Eleanor. Un día me dijo que no le bastaba un ángel en la Tierra para olvidar a la mujer que amaba. Tú eres su diosa. Tan sólo piénsalo. He de irme. Tengo que hacer algo que no puede esperar. Nos vemos, cielo.  Por cierto, deja el champagne, el vino es infinitamente mejor.

Tan Sólo Hazme Olvidar(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora