Capítulo 20. Una Noche Perfecta

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-¿Entonces qué es lo que ha pasado con Shioban?- le pregunté a Will mientras paseábamos por los alrededores de mi casa-.

-No lo sé-se encogió de hombros-. Después de discutir conmigo por atraverme a indagar en la vida de su prometido, casi romperme la nariz a mí también y un montón de cosas, dijo que no quería volver a verme y se fué corriendo.

-¿Por qué lo hiciste, Will?

-¿Tú también crees que soy un entrometido?

-No, no lo creo. Has entendido mal mi pregunta. ¿Por qué motivo indagaste? Sé que tú y Shioban sois buenos amigos pero¿hay algo más?.

William se metió las manos en los bolsillos delanteros del pantalón y miró hacía los acantilados suspirando.

-Realmente no lo sé, Eleanor. Cuando la conocí, estaba roto por la muerte de mi mujer pero ella fue capaz de hacerme sobrellevarlo mejor. Ambos nos cogimos mucho cariño pero....

-¿Pero?

-Creo que ella no estaba muy dispuesta a tener una relación en la distancia y luego mis propios miedos, Eleanor. Me traicionó el miedo a volver a sufrir por amor. Ya sabes que no soy muy afortunado en ese aspecto-me miró y yo me ruboricè-. Lo siento. No pretendía incomodarte.

-No lo haces, Will. Tan sólo es que a día de hoy aún me siento un poco culpable por lo que pasó entre nosotros.

-No debes hacerlo-se acercó a mí y me cogió por la barbilla para que lo mirase-. Si nada hubiera pasado entre nosotros, ¿hubieses conocido a Alistair? ¿Te hubieses atrevido a irte del mundo de la moda que tan infeliz te hacía? Piénsalo, Eleanor. Yo era una parada de tu camino hacía la felicidad.

Me dió un beso en la frente tan inocente que me hizo sentir como una niña pequeña arropada por sus padres al dormirse. Detrás de nosotros,  escuché a Alistair corretear con nuestros hijos y Celia.

-Tus hijos exigen que los lleve a pescar, Eleanor-me sonrió mi marido-. Y ya sabes que es la única actividad que suele relajarlos.

-Os alcanzaré en un rato, cielo-me acerqué para besarlo-. Aún hay cosas que debo hablar con William.

-Está bien, preciosa. Will, ¿Te apetece venir a pescar después con nosotros?.

-Será un placer-sonrió William-.

-Nos vemos después entonces y por cierto, William,recuerda que si le pones una mano encima a mi mujer te usaremos de cebo.

-¡Alistair!-lo reprendí y me miró como si no hubiera dicho nada. Puse los ojos en blanco-.

A pesar de sus amenazas, Alistair le había cogido mucho cariño a William y podía decirse que habían forjado una amistad verdadera aunque el humor de mi marido resultara demasiado para el bueno de William que ahora lo miraba con los ojos abiertos como platos.

-Lo que pasó hace años....-se trató de excusar.

-¿Le vas a hacer caso a mi marido?.Es incapaz de decir nada serio.

Alistair se rió y pasó de lado de William dándole una palmada en la espalda. Era su forma de demostrar afecto y aunque fuese extraña, era su forma. Lo ví como se alejaba junto a nuestros hijos y Celia que ya formaba parte de nuestra familia y que se llevaba estupendamente con Angello.

Seguí hablando con William un rato más. El amor de juventud, el matrimonio frustrado, había dado paso a una amistad muy sólida y debía reconocer que me llevaba mucho mejor con William como amigo que como novio. Después de un tiempo, nos acercamos  a la playa donde nos esperaban. Los niños parecían muy emocionados porque su papá había conseguido pescar dos peces y esta noche podrían cenar pescado. Todos excepto Angello que lloraba porque no quería comerse aquel pez que había muerto delante de él. Alistair trataba de calmarlo mientras los demás corrían por la arena descalzos.

Tan Sólo Hazme Olvidar(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora