Los Pensamientos de William

2.8K 284 0
                                    

Conocer  a Eleanor no había sido una circunstancia normal ni mucho menos y es que encontraŕmela medio borracha en aquel hotel florentino había sido de lo más cómico.

A día de hoy, ella sigue enfadada por haberla metido en agua fría en la ducha pero, independientemente de nuestras impresiones sobre aquella primera toma de contacto, ninguno de los dos hubiese sido capaz de imaginar que casi un mes después estaríamos comprometidos. Ella por no poder verme delante y yo por no ser capaz de amar a ninguna otra que no fuera Alice.

He de reconocer que el día que mi prometida me propuso ser su novio ficticio, me quedé un poco a cuadros. Me parecía una idea de los más descabellada y aún  sigo son saber porque acepté. De todos modos, no me arrepiento. De ninguna otra forma hubiera sido capaz de enamorarme de ella.

No se en qué preciso momento se dió esta circunstancia. Me sentí atraído por su imponente físico casi al instante de conocerla y tuve muchos problemas para contenerme. Ella decía amarme pero yo no podía hacerla mía sin amarla. Había pasado dos años sin entregarme a nadie, esperando a la mujer adecuada y no sería justo para ninguno de los dos.

Pero Dublín fue un antes y en después en nuestra relación. Ella se entregó a mí con tal pasión que no pude negarme a ello. Era fuego y pasión en la cama y me hacía temblar cada vez que me miraba con aquellos ojos chispeantes que me pedían sexo.

El día que la ví llegar al hotel de la mano de aquel hombre llamado Alistair, una furia interior se apoderó de mí.  Supe ahí que no quería que nadie más la tocase, que quería compartir mi vida junto a aquel leprechaum malhumorado que tanto me hacía reír y sentir. Ella era la elegida y no tenía pensando perder el tiempo sin hacerla mi mujer, sin decirle al mundo que ella y yo éramos el uno para el otro.

El día que fue a casa de mis padres a cenar y mi padre fue capaz de dirigirle la palabra, me sentí el hombre más dichoso del mundo. Había conseguido lo que ni siquiera Alice,que a todos caía bien, pudo hacer. Un discurso lleno de convicción sobre el amor que nos unía logró persuadir a mi padre de que era una relación verdadera cargada de ilusión y no de intereses como tanto había temido mi señor padre. Su aceptación era mi señal para saber que no me había equivocado.

Ahora Eleanor se encuentra a mi lado dormida. Vamos rumbo a la casa de campo de mis padres donde pasé todos mis veranos y fiestas de guardar desde que era pequeño. Mis tíos también irán. Quieren conocerla y nos darán una fiesta para celebrar nuestro futuro casamiento aunque esto es algo que aún no sabe mi prometida, se pondría nerviosa y se negaría a ir.

La prensa le ha hecho mucho daño tachándola de rebelde y desagradable. He de decir que lo primero es totalmente cierto pero lo segundo es mentira a todas luces. Ella tan sólo era una mujer en busca de cariño y compañía que sufría con aquel trabajo que tan poco le gustaba aunque es posible que hoy se lleve una sorpresa al respecto.  No quiero interrumpir su carrera, jamás me lo perdonaría a mí mismo pero quiero ayudarla a que emprenda y empiece a diseñar joyas tal como quería.

Sonrío como un imbécil, he de admitirlo pero soy feliz de saber que, por un capricho del destino, una mujer australiana de nombre Eleanor Jameson, ha llegado a mi vida para cambiarla, para hacerme olvidar el dolor que llevaba tan dentro de mí. Ahora entiendo a Alice cuando no pudo amarme, su amor por Leonardo era tan profundo que no habría manera ni forma de convencerla de que me quisiese, de que fuera mía. Y lo sé porque ahora mismo yo no seria capaz de amar a nadie que no fuera Eleanor, mi pequeña alborotadora, mi diosa sobre la Tierra.

Tan Sólo Hazme Olvidar(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora