Capitulo 11. Ricardo, Laura y dos botellas de vino

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A pesar de la cara de póker que se me quedó cuando ví a toda la familia de William presente en la casa de campo de sus padres, he de decir que la velada transcurrió de forma agradable y que todo el mundo resultó ser más que amable conmigo.

Todos excepto Laura, la prima mayor  de Will que no se cansaba de dejarme  en evidencia y a la que, si no hubiera tenido en consideración los sentimientos de los presentes, le hubiera dado un puñetazo en su exquisita y respingona nariz. Ella sentía celos por mí, lo había demostrado ante todos pero yo aún no entendía la razón.

-Will-le hablé en un momento en el que quedamos solos-. Tu prima me odia.

-Eleanor, no le eches cuentas. Ha sufrido mucho  en esta vida.

-Pues parece que la causante de todo ello soy yo.

-No entiendo.

-Ella es agradable con todo el mundo menos conmigo. Sobretodo contigo.

-¿No habíamos quedado en qué no eras celosa?.

Me miraba divertido en plan "te pillé" pero es que la tal Laura no había dejado de abrazarse a William desde que llegamos mientras me lanzaba miradas mostrándome lo cariñoso que era mi prometido con ella.

-No te equivoques, William. No es una cuestión de celos, es más de respeto y no me gusta que la gente me falte a él.

-Hablaré con ella-me prometió-. Pero antes quisiera darte algo. Ven conmigo.

Me tomó de la mano y me llevó hasta la que sería por esa noche nuestra habitación cerrando la puerta tras de nosotros. Me besó en los labios y la pasión comenzó a desatarse, me enganché a su pelo con desesperación mientras nuestras lenguas jugaban entre sí. Se desprendió del beso justo cuando el desenlace de todo aquello se veía cerca.

-Continuaremos después.

Me dijo con voz ronca mientras me miraba con aquellos ojos oscuros de deseo.

-No sabía que el significado de "dar algo" fuera este-le comenté enfadada-. Quizás la próxima vez tengas que decir "darlo todo"-él soltó una carcajada-.

-Tengo mucho que darte antes, preciosa.

Señaló a una enorme caja envuelta en papel de regalo que descansaba sobre la cama. No me había fijado hasta ese momento.

-¿Es para mí?.

-Así es. Me he enterado que pronto será tu cumpleaños y quería darte tu regalo antes que nadie.

-Mi cumpleaños es dentro de un mes, Will.

-¿Mejor antes qué nunca no?-sonrió-. Anda deja de protestar y ábrelo-me dió una palmada en el culo-.

Ignoré el hecho de que me llamara protestona. La caja estaba llamando poderosamente mi atención y ardía en deseos de saber qué se escondía dentro. La desenvolví con cuidado, quitando primero el enorme lazo que la cubría y después despegando poco a poco los trocitos de celo que mantenían pegado el papel.

-Es curioso. Normalmente la gente suele destrozar los papeles de regalo.

-A mí me gusta ser considerada con la gente. La persona que lo envolvió, se tomó su tiempo para hacerlo. Queda feo que lo rompa.

-Una caja de sorpresas. Siempre te lo diré.

Continué abriendo el paquete. Cuando por fin pude retirar el envoltorio, ví una caja de metal con grabados florales en tonos plateados. Era muy bonita y parecía muy antigua. La abrí y lo que ví en su interior me dejó maravillada. Había un montón de abalorios, piezas de bisutería, perlas de colores....distribuídas en compartimentos. Eran piezas preciosas que no se encontraban fácilmente.  Will debió haberse tomado mucho tiempo eligiéndolas.

Tan Sólo Hazme Olvidar(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora