Hermanos

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Eran siete días los que llevaba coexistiendo con Liam y ya era demasiado, además tenía pendiente el problema con Nathan, a quien no veía desde la fallida velada.

Se puso unos pantalones vaqueros y un jersey de algodón, y llamó a Rachel para que pasara todas sus citas para el día siguiente. Tenía la intención de salir de casa antes de que alguien despertara y se viera obligada a permanecer más tiempo del que quería.

Cogió el boli y escribió un mensaje en el bloc de notas.

Lamento saltarme la regla de desayunar juntos papá, pero he estado estresada toda la semana y necesito despejarme. No te preocupes, estaré de vuelta por la noche para cenar con ustedes. Te amo, besos April.

Arrancó el papel y lo dejo al lado del frutero. Preparó dos sándwiches de pavo y los puso en unas bolsas cierra fácil. Las metió en una bolsa de papel junto con dos botellas de zumo de toronja. Al llegar a la cochera, vio el Lexus de su padre, luego su Beetle convertible y junto a éste, un GMC Sierra gris oscuro.

—¿Es su camioneta? —Miró la caja cubierta por una lona y el bulto que sobresalía debajo. Estiró la mano para levantarla, pero escuchó un ruido y de inmediato se metió en su auto.

Eran las 7:00 del miércoles, no era el día que solía ir a la playa, pero necesitaba de ese paseo para organizar sus ideas. Incrementó la velocidad, con la música mezclándose con el bullicio de la ciudad, a esa hora de la mañana.

And on and on from the moment I wake / to the moment I sleep / I'll be there by your side

Just you try and stop me / I'll be waiting in line / Just to see if you can

Al oír su teléfono, agarra el manos libres.

—¿Está todo bien? —dijo Thomas.

—Sí, es solo que hoy decidí a dar un paseo para aclarar mi mente.

—Hace dias te siento extraña y pienso tiene que ver con mi matrimonio, o tal vez es por Nathan.

—Sabes que estoy feliz por ti papá, y sobre Nathan está muy ocupado como yo; no podemos estar juntos todo el tiempo —ya podía avistar el mar a medida que avanzaba por la carretera—. No es viernes, pero eso no quiere decir que no pueda adelantar mi cita con mamá.

—Es que me preocupe cuando leí tu mensaje por eso te llamé. Jaclyn no ha despertado, ahora estoy charlando con Liam mientras me tomo mi café.

Sentía que le apretujaban las entrañas y luego las retorcían hasta hacerlas sangre, a la mención de su nombre.

—Nos vemos en la noche.

—Sí, papá —se quito los lentes polarizados y frotó sus ojos para aclararse la vista—. Creo que ya ha empezado a verlo como un hijo.

Aparcó y salió el auto. Aspiró la brisa salada tomando uno de los sándwiches de la bolsa de papel con una botella de jugo. Fue a la playa descalza, llevando bajo el brazo la toalla que usaba para sentarse.

—Siempre que vengo, me das la paz que necesito mamá —tomó unos bocados del sándwich a pesar de que no tenía hambre.

Puso el resto a un lado y se echó en la toalla para contemplar al cielo de un bonito tono magenta. Cierra los ojos con el sonido del mar, en esa soledad que le gustaba y la relajaba.

Cuando volvió a abrirlos, por el graznido de un par de gaviotas, el cielo era de un azul intenso.

—Dormí una hora.

En las profundidades del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora