No prestaba atención a lo que sucedía en su entorno, leía los mensajes de su teléfono, la mayoría de mujeres que preguntaban cuándo regresaría a Francia.
-No sé depende de las necesidades del cliente -escribe y envía el mismo mensaje a veinte números de teléfono de su lista de contactos.
-Una vez más -murmura Charlie, inclinándose hacia Shane que seguía escribiendo-. ¿Quién es tu nueva novia?
-Sigo solo desde que Cindy me dejó -tiro el teléfono dentro de la mochila, al pie de la silla plegable donde estaba sentado.
-Por mujeriego.
-Te equivocas -repuso-, al menos en este momento no tengo intención de salir con nadie.
Charlie mira de manera furtiva a Darla, a la que le ajustaban una banda alrededor del cabello.
-Es muy guapa, y muy del estilo de las que te gustan.
-Con ella en especial, quiero mantener la distancia -murmura Shane distrayéndose con el acomodo de las luces en el set de filmación.
-Tienen todo este tiempo para llevarse bien, harán varias sesiones y filmaran una mini película en Napa. Esta campaña es muy importante, si la pareja principal no tiene buena química, el proyecto puede verse afectado.
-No seas exagerado -se revolvió en su silla-, ya he hecho campañas con personas que no tolero y el resultado es perfecto.
-Aceptas que no la toleras, espero que me expliques por qué.
-Lealtad a mi mejor amiga -murmura levantándose cuando Evan le hizo señas tanto a él como a Darla-. Haré todo lo posible, también soy un buen actor.
Por debajo de la bata llevaba un polo salmón y pantalón blanco doblado en los tobillos. La estilista a cargo de su arreglo, le compuso algunos de los rizos rubios fuera de lugar. Lo mismo sucedía con Darla del otro lado de la locación, cubierta por una amplia sombrilla.
-Sera mejor que cambies esa cara de martirio -murmura su hermana arreglándole la falda del vestido rosa pálido-. Como tu representante debo velar que hagas un buen trabajo.
-Su actitud conmigo no va a disminuir mi espíritu -dijo y se ubicó en la marca azul puesta en uno de los escalones bajo la pérgola de madera.
-Vamos por partes -indicó Evan-. Primero nos centraremos en la experiencia de esta pareja de recién casados de paseo en el Jardín Alcázar para su luna de miel.
-Shane, puedes acercarte más a Darla -dijo el fotógrafo, un francés llamado Antoine, que ajustaba el lente de la cámara en su dirección.
El aludido asintió pasando el brazo por el hombro de ella.
-Disculpa -gruñó Darla-, pero dijo que tenemos que estar cerca, no que pusieras tu brazo allí
-¡Magnifique! -Exclamo Antoine-. Sabes bien qué hacer Shane.
-Tengo años en esto -dijo entre dientes, mostrándose jovial-. Soy un profesional no creas que lo hago por ti
-Yo tampoco -dijo ella.
-Cállate porque tenemos que trabajar.
Darla no esperaba que le hablara con tanta rudeza; decidió dar su mejor esfuerzo y soportar la animosidad que había entre ambos. Sonrió con naturalidad inclinando la cabeza hacia el hombro de él. Evan les dijo que tenían que verse más enamorados, asi que Shane le apretó más la cintura.
-Très bien-dijo Antoine presionando el disparador.
-Parece que lo haces a menudo -murmuró ella.
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En las profundidades del océano
Romance« Ni siquiera sé lo que hago, estoy aquí en el piso de concreto, sentada muy cerca del hombre que causo algunas de mis peores pesadillas » April Muller no tenía como meta la venganza, pero al menos quería que si algún día la vida le daba la oportun...