Capítulo 23 parte I

17 1 0
                                    

Tras "vestirme" rápidamente, voy al cuarto de baño y me lavo la cara con agua fría. Ya es de día. Tengo los labios un poco hinchados por sus mordiscos. Y la cara y el cuello rojos por culpa de su barba. Me viene a la mente un recuerdo de anoche, sus manos recorriendo en mi cuerpo, y me sonrojo. Algo mareada, me siento en el borde de la bañera. De vuelta al dormitorio, echo un vistazo a mi alrededor en busca de rastros de Ian , pero no veo nada. Cruzo la habitación en dirección al armario y, cuando tengo la mano en el encima de una prenda y estoy a punto de jalarla, me sobresalta su grito:
—¡Enseña una pierna, Malia! ¡He preparado té!

Bajo a la cocina y me da una taza sin mirarme a la cara, luego se da la vuelta y permanece de espaldas a mí, con la mirada puesta en la pared. Siento un cosquilleo en la parte trasera de mi nuca y se me eriza el vello de los antebrazos. Le doy un sorbo al té y me cuesta tragarlo.
—Esto es algo que he esperado que pase desde que nos conocimos ¿sabes? —dice volteándose con una gran sonrisa.
—¿Ah sí?
—¡Claro Malia! Es algo que no puedo explicar. Desde que te conocí mi vida empezó a tener más sentido.

3 semanas después.
Me costó mucho conciliar el sueño esta noche y no dejé de dar vueltas y más vueltas en la cama hasta que al final me quedé dormida. Al cabo de una hora más o menos me desperté. Oí un ruido que venía de afuera, un ruido muy inusual. Salí de la cama a toda prisa. Ahora tenía una habitación en la cuarta planta del nuevo edificio. En la vida iba a ser capaz de cruzar el vestíbulo principal sin ser vista. Habían duplicado la seguridad en el campus debido a un tiroteo orquestado por un chico que se enojo con su profesor de economía solo porque le rechazo su tesis de maestría.
-¿Adónde crees que vas?

Un guardia encargado de supervisar mi planta levantó los ojos, se hallaba cerca de un tramo de escaleras; era un lugar poco vigilado durante el día, pero de noche parecía que estuviésemos presos en una cárcel de máxima seguridad.
—Sabes que estas en toque de queda, señorita.
—Necesito...necesito salir un momento.
—Es tarde.
—Se trata de una emergencia.

Me inspeccionó con la mirada de los pies a la cabeza.
—A simple vista pareces estar bien.
—Es una emergencia de chicas. Ya sabes. Samantha Hallow tuvo una cita con Tim Lee y al darse cuenta de eso Kimberly White ha hecho que ambas se enojen porque a ella le gustaba él, como venganza Kim salió con el hermano de Samantha y...—el guardia levanto un dedo y me pidió que me callase. Volvió a sonar el ruido que yo había escuchado minutos antes.
—Quédese aquí, señorita—escuche como susurró algo en su radio de comunicación, un 9-13.

De repente alguien le contesto y salió corriendo. Yo le seguí. Vamos soy Malia Collingwood vivo de los problemas. Comenzó a bajar las escaleras cada vez más rápido. Le seguí. Cruzamos el patio en silencio y nos dirigimos a los impresionantes laboratorios de química molecular. El guardia del otro edificio se quedó boquiabierto cuando nos vio aparecer, pero no se opuso a nuestro avance.Escuche de repente la voz de Jane.
–¡Conozco a la chica que esta hablando!—grite a ellos.

Habían tres guardias detrás de una puerta. La misma que llevaba al laboratorio 9-13. Les insistí que me dejaran pasar. Que conocía la chica. Jane se negaba a abrir la puerta. Después de unos segundos ellos me dejaron pasar no sin antes advertirme que tuviese cuidado. Tenía 10 minutos hasta que ellos entrasen.
—¿Jane? Soy Malia ¿Puedo pasar?

Empujé la puerta suavemente. Ella le quito el seguro apenas me escucho..
—¿Jane? -del interior llegó un sonido suave, similar a un hipido.

Escuché un sonido similar a una aspiración. No estaba preparada para esto: Jane apareció ante mis ojos completamente ensangrentada.Me quedé horrorizada. Luego, tras estudiarla de cerca, vi que la mayor parte de la sangre no era suya. Unas partes carmesíes le manchaban el rostro por todas partes, pues tenía las manos bien pringadas y se había frotado la cara con ellas. También tenía, lo que yo más creía que era, sangre en su pecho. Se dejó caer al suelo y yo la imité, poniéndome de rodillas junto a ella.
—¿Te encuentras bien? -susurré-¿Qué ha pasado?

Ella se limitó a sacudir la cabeza, pero se le arrugó el semblante cuando se echó a llorar otra vez. Le tomé de las manos. Jane no tenía mucha ropa puesta, apenas un sostén y una enagua muy corta.
—Vamos, vamos, deja que te limpie...

Me detuve. Después de todo, sí estaba sangrando. Unas líneas perfectas le cruzaban las muñecas.
—Lo siento... No pretendía... Por favor, no permitas que se enteren -sollozó-. Se me fue la pinza cuando lo vi -hizo un ademán con la cabeza, señalando a una de las mesas-. Sucedió antes de que pudiera evitarlo, estaba tan hundida en él... y Jack. Él no...
—Está bien -repliqué de forma automática mientras para mis adentros me preguntaba a qué se referiría con eso—Vamos.

Alguien llamó con los nudillos a la puerta.
—¿Señoritas?
—Sólo un segundo -respondí a voz en grito.

La conduje hasta un lavabo y le lavé la sangre.
—Vamos a entrar -anunciaron.

Ellos entraron. El guardián miró a nuestro alrededor.
- No es mía -se apresuró a decir mi amiga en cuanto vio sus expresiones-. Es... del... él...
-¿Quién?

Precisamente eso mismo me estaba preguntando yo. Además de la obvia ausencia de Jack en la habitación.
—Él intento intento matarnos.

Nos acercamos a echar un vistazo a la mesa. Me vi forzada a retroceder enseguida e hice un esfuerzo para contener mi vomito. Era César. Mire detenidamente a Jane. Llevaba mi suéter. El mismo que tenía el día qué pasó lo de la segunda apuesta. De inmediato lo supe. Él había pensado que Jane era yo. La había intentado matar. Me asuste mucho. Busque a Jack entre las mesas pero no lo veía.
—Señorita, le debo pedir que nos acompañe.
—¡No por favor! Yo lo he hecho nada. Él me intento atacar. Jack me intento defender y...
—¿Qué Jane? Necesitamos saber qué pasó aquí.
—¡Jane!—se escuchó una voz detrás de nosotros. Era Jack. Tenía algunas manchas de sangre en su pecho, su cabello estaba sumamente desaliñado y no llevaba zapatos ni camisa. Tenía a uno de los guardias de seguridad junto a él.
—He ido lo más rápido que he podido—se intento acercar a ella.

Los guardias no lo dejaron acercarse. Tomaron a Jane y a Jack. Llamaron al 911. Debíamos esperar hasta que todo se esclareciera. Ellos dos eran los principales sospechosos pero ¿De qué? Ellos solo se habían defendido. Tras varios minutos. Regrese corriendo a mi habitación y llame a Ian. Este a su vez le avisa a Liam que se encontraba con él. Puedo escuchar al fondo la voz de Karma en la llamada, supongo que hace poco ha debido de llegar. Ian me dice que no me nueva de mi habitación pero no le hago caso y me dirijo a la estación de policía donde van a llevar a Jane y Jack.

4 horas después...
Los chicos y yo tomamos un poco de café de una máquina dispensadora. Va a ser una noche larga. Hay mucho por esclarecer.

¡Comenten y voten!
-FairyMushroom

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 19, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CollingwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora