Capítulo 18

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Después de que pasaran algunas semanas, rápidamente me olvidé de la cosa del mensaje mientras la vida en la Universidad me envolvía. El choque de mi regreso se fue un poco, y empecé a caer en una rutina semi-cómoda. Mis días se resumían en ir a la biblioteca, desayunar con Jack, y cualquier tipo de vida social que podía conseguir más allá de eso. Me gustaba estar con los grupos, y me gusta hacer comentarios sarcásticos en clase. Pero una tarde mientras mataba el rato...
-Malia Collingwood y, no puedo creer con quien te he visto hoy. ¿Tienes alguna idea... no sabes quién... cómo puedes haber salido con ese hombre?-me hablaba Jack en voz baja.

Jack no esperó a que anunciaran su llegada, él se fue directamente escaleras arriba a mi habitación en los dormitorios, y como estaba tan enfadado, tampoco llamó a mi puerta. Yo me di la vuelta en mi cama, donde había estado mirando las últimas noticias del The New York Times en internet junto a una taza de café y un par de barras de chocolate, tenía planeado que al terminar mi lectura de The New York quizá leer un cierto libro recomendado por Jane.
- Yo también estoy encantada de volver a verte. ¿Cómo estás?
- Puedes usar esos trucos sucios. Pero no lo intentes conmigo, señorita. Era Luke con quien ibas.
- Sí, ya lo sé.
- Pero ¿por qué? Y no me digas que es porque te gusta. Sabes que él estuvo involucrado con tu secuetro.
- Es muy guapo, ¿no te parece?
- ¡Malia! Tú no eres así.
–Lo sé, Jack. Traqnuilo. No soy tan estupida. Luke me ha chantajeado ¿sabes? Me ha dicho que conoce al tipo del jarrón de Peter y que va a darle más detalles si yo no hago ciertas apariciones publicas con él, todo con el fin de que la gente deje de penar que él estuvo involucrado en mi secuestro. Aparentemente los chismes viajan muy rápido por aquí, más de lo que yo esperaba . El tipo del jarrón se encuentra en Inglaterra ahora mismo.
–Entonces no crees que de deberías levantarte de esa cama y acompañarme.
–¿Dónde?–levante una ceja.
–A dar un paseo porque ahora esta sucediendo algo grande–dijo Jack muy extraño.
–Puedo hacerlo mañana.
–Hoy estás imposible.
–Ves Malia. Todo lo saben. Apestas–dijo Jane entrando a la habitación con una bandeja de té.
–¿Tú qué haces aquí, Jane? Se suponía que tenías examen–dije arqueando mi ceja izquierda.
–Lo sé, tía Amanda, pero qué le vamos a hacer lo que la señorita quiere lo tiene-bromeo Jane. –No te enojes. Además, Jack y yo hoy iremos a la pequeña fiesta juntos. Ocurrirá algo grande.

¡Oh no eso no!
*
Era una fiesta al aire libre bastante tediosa y aburrida, con unos cien invitados tratando de divertirse, y los anfitriones rezando para que no lloviera. Jack no hubiera asistido, aunque yo quisiera, de no ser porque había oído que Diana estaría allí. Al parecer había llegado a Inglaterra apenas hace dos días, justo lo que Jack necesitaba para olvidar la pequeña atracción que estaba teniendo hacia Jane. Yo vine no porque esperara que las cosas fueran a ponerse interesantes... a menos que alguien más hiciera acto de presencia. Pero tenía la sensación de que alguien vendría. Fue una sensación que fue quedando relegada a medida que transcurría la tarde; al caer la noche se dispusieron unas mesas sobre el césped para dar inicio a la cena la cual fue aburridísima, y los invitados fueron llevando los últimos chismes de mesa en mesa, en realidad ninguno que no se hubiera comentado ya. Yo estaba a punto de arrastrar a Jack lejos de la fiesta cuando Liam e Ian Sawyer salieron de la casa a la terraza, eso me tomo con mucha sorpresa. Inmediatamente, Liam buscó con la mirada a Jack. No parecían estar divirtiéndose mucho, se limitaban a escuchar lo que fuera que le estaban explicando. Efectivamente había encontrado a Diana pero ella tenía la compañía de dos chiquillas obtinadas, al parecer familiares lejanos de los Mauro.
- Estúpido impulsivo - murmuró Jack- . ¿Es que no saben que este tipo de asuntos deben resolverse en privado?
- ¿Qué refunfuñas?–dijo Diana a Jack.
- Tu hermano. El que está a punto de darnos un buen espectáculo.

Yo me volví y vi a ¡Peter! avanzando a grandes pasos por el césped, directamente hacia la mesa que ocupábamos. Quise levantarme, pero Jaje me obligó a sentarme de nuevo.
- ¿Adonde crees que vas? - preguntó Jack.
- A detenerlo, por supuesto.
- Muérdete la lengua, Malia–dijo Jack–Esto es lo que he venido a ver aquí, aunque pensé que él se limitaría a desafiarlo. Pero tenía que haber imaginado que tu hermano, Diana, no resolvería este asunto de una forma civilizada.
- Todavía no ha hecho nada... y, el diablo te lleve, ¿cómo sabías que él vendría? Era eso "grande" que decías que iba a suceder.
- Quizá porque recibió un mensaje anónimo que le decía que Malia, Liam, y su galán, Ian, estarían aquí–dijo Jane guiñando un ojo.

Por supuesto, a donde va Diana va Peter, pero por qué no me dijo nada de su visita. Quizá no pensaba que tendría que encontrarse conmigo.
- ¡No pueden haber hecho eso!
–No me mires a mí. Yo no he hecho nada, el rumor empezó a esparcirse hace unas horas,yo solo quería ver que pasaba-dijo Jack.
–Siento que sabes algo más, Jack.

Él arqueó una ceja, en lo más mínimo impresionado por mi evidente disgusto.
–Y, como el único inconveniente parecía ser la tardanza de Peter en «pedírselo»–dijo Jack a un lado.
- ¡Jack Fraser!–grité.
- Cállate un momento - me aconsejó- . Ya ha alcanzado su objetivo.

Desde luego que lo había alcanzado. Y Peter no perdió el tiempo con «holas», «qué tal
está», o siquiera «largo de aquí». Demasiados días alimentando su odio lo hicieron ir directo al grano. Me levante de mi asiento simplemente para quitarme de en medio, Ian ya estaba detrás mío. Ian lo miró inmediatamente y retrocedió un poco. Las chicas presentes lanzaron gritos de sorpresa, mientras que algunos se acercaron rápidamente para observar y hacer apuestas. Liam se acercó y se colocó junto a mí.
- ¿Qué se siente al ver a dos hombres peleándose por ti,niña? - preguntó  Jane cuando Peter volvió a caer sobre su trasero por segunda vez.
- No estoy segura - dije- . Pero ya te lo diré cuando vea quién gana.
- Eso es bastante obvio, ¿no crees? Ian ganará–dijo Jack con una sonrisa.

¿Por qué diablos no había podido ser yo inconstante, como la mayoría de las mujeres, y haber perdido el interés por Peter antes de que el daño irreparable estuviera hecho? La pelea estaba derribando mesas y poniendo nerviosos a los invitados, pero ya estaba remitiendo. Ian le dio a Peter un par de puñetazos rápidos y secos, pero era evidente desde el principio que no necesitaba ninguna estrategia elaborada para vencer a Peter. Las cosas entre ellos se habían complicado un día cuando fui a tomar un café con Diana, Ian no me encontraba y se había puesto como loco alegando que Peter no quería que yo lo viese.

Peter no estaba en forma en esta pelea ,pronto estuvo sin resuello y, finalmente, quedó fuera de combate. Ian no había terminado con él, de todas maneras. Cogió un vaso de una de las mesas que aún quedaban en pie y arrojó su contenido a la cara de Peter. Él tosió y escupió durante unos momentos antes de abrir los ojos para ver cómo lo levantaban en vilo cogiéndolo por la camisa e Ian le decía, con un tono perentorio:
- Si sabes lo que te conviene, Peter, te mantendrás alejado de ella. Y sólo te lo pienso decir una vez. Interfiere en mi vida otra vez y desearás estar muerto.

Ian enfatizó esta advertencia volviendo a golpear a Peter. No había recibido ni un solo puñetazo. Pero no se quedó allí para celebrar su victoria. Sin decirme una sola palabra, volvió a atravesar el césped y salió.
- ¿Ya has averiguado cómo te sientes? - preguntó Jane mientras yo contemplaba perpleja la figura de Ian alejándose.
- Tendrás que reconocérselo. Él da un nuevo significado a la palabra «obstinado»-dijo Jack riendo.
- Ciertamente. Solo con tu presencia es suficiente–recalcó Diana.

Tenía que aceptarlo, no podía seguir manteniendo aquella esperanza conmigo. Y Peter lo había dejado perfectamente claro, así que ¿cuántos rechazos tenía que soportar antes de comprenderlo? Pero era muy doloroso comprender, muy doloroso, más cuando estaba aquí. Por un lado estaba Peter del que al menos había recibido cariño, aunque solo fuese por un corto periodo y por otro estaba Ian. Ian Sawyer, el que estuvo desde el principio ahí en ese barco en mi primer travesía sola, bueno con Jack. Era difícil decidirse. Pero aún no entendía algunos detalles de cómo se habían enterado de esta fiesta, es claro que Diana pudo haberle dicho a Peter pero Liam e Ian, no entendía cómo encajaban ellos en esta historia, más cuando se suponía que ambos estaban en New York.
–Su mente es oscura, confusa. Algunas veces, sus acciones y estados de ánimo son cuidadosamente planeados, y en otras ocasiones giran fuera de control, Ian quería decirte que le gustas pero con todo tu sarcasmo en la cena antes de irte, debo confesar lo que alejaste un poco–dijo Jack–Además esta la cuestión de que bueno–miro a Peter que era levantado del suelo por Diana, quien se acercó cuidadosamente–ya sabes, al hombre le resulta un poco difícil expresarse.

CollingwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora