Min Yoongi, de 29 años, se sienta a escribir los votos para su boda. La inspiración es difícil de encontrar, y una sugerencia (no tan) sutil de su mejor amigo, Kim Taehyung, abre una puerta a su pasado y se da cuenta de que nunca se cerró realmente...
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-¿Vamos a estacionar por aquí?
Yoongi rodó sus ojos, sus manos deslizándose fácilmente sobre el volante mientras se abrían paso lentamente a través de las calles secundarias de Seúl, la oscuridad los rodeaba mientras los conducía a un lugar que ambos conocían bien.
-Claro que voy a estacionar por aquí- Jin miro el lugar lleno de gente, saltando con entusiasmo en su asiento y golpeó el hombro de Yoongi.
-Jesús- se quejó Yoongi- Daré la vuelta a este auto.
Jin rodó los ojos.
- Sí, está bien papá. Me portare bien.
Yoongi sonrió, sus ojos en la carretera mientras tomaba una izquierda aguda por una estrecha calle que se abría a un aparcamiento de grava. Había unos pocos autos estacionados más cerca del parque temático, por lo que Yoongi giró a la derecha y se estacionó a medio camino debajo de un árbol, con una vista perfecta del puerto frente a ellos.
-Yoongi- se rió Jin, desabrochándose el cinturón de seguridad para asomar la cabeza por la ventana- Mierda, puedes ver el puente.
Yoongi puso el auto en el aparcamiento, tiró del freno de mano y apagó el motor, así que lo único que se escuchaba era la radio- Siempre me ha gustado estar aquí.
Jin asintió.
-Si lo se. Pero han reducido algunos árboles desde la última vez que estuve aquí.
Yoongi sonrió, viendo como Jin se metía en el auto, sus mejillas sonrojadas. Habían disfrutado de una comida tranquila en uno de los restaurantes favoritos de Jin, que había terminado con un postre de chocolate y un tranquilo paseo tomados de las manos por el centro de la ciudad.
Yoongi se había abstenido de pellizcarse mil veces mientras se sentaba frente a Jin cuando bebían sorbos de vino y hablaban sobre la música y cómo había terminado el año escolar, y qué pasaría en el nuevo año.
Se tomaron de las manos y hablaron sobre BigHit, y si Jin pensaba que expandirse internacionalmente era el movimiento correcto o no. Yoongi no podía imaginar lo que significaría que Jin volviera a Seúl, permanentemente. Lo que significaría para ellos, considerando que realmente no hablaron mucho sobre el futuro.
-¿Jin?
-¿Sí?- Preguntó, con una suave sonrisa en su rostro.
Yoongi se acercó y tomó su mano, pasando su dedo pulgar a lo largo de la parte posterior suavemente.
-¿Por qué no estás enojado conmigo? ¿Por qué me diste otra oportunidad?
Jin miró por el parabrisas, dejando escapar un suave suspiro- No lo sé, Gi. Quería estar enojado, y creo que lo estaba, hasta que te vi en el porche. Y luego recordé cuánto te amo, y pareció anular todo lo demás.
