Min Yoongi, de 29 años, se sienta a escribir los votos para su boda. La inspiración es difícil de encontrar, y una sugerencia (no tan) sutil de su mejor amigo, Kim Taehyung, abre una puerta a su pasado y se da cuenta de que nunca se cerró realmente...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Entonces, te di dos semanas.
Yoongi levantó la vista desde donde estaba tendido en el sofá de Hoseok, el polvo de snack en su boca y sus manos. Estaba ligeramente molesto, teniendo que desviar su atención del Dr House, aunque pensó que la presencia de Hoseok significaba que no tendría que levantarse del sofá para ir a buscar otra cerveza.
-¿Qué?
-Dos semanas- continuó Hoseok, extendiendo la mano para agarrar el control remoto y apagó el televisor- Te recogí hace catorce días y pensé que necesitarías una semana para relajarte, una semana para enojarte, y entonces podrías, no sé, ¿llamar a tus padres o tal vez ver si puedes volver a trabajar? ¿Te das cuenta de que las únicas dos personas que sabemos que has vuelto somos Taehyung y yo?
-Sí- dijo Yoongi lentamente- He tenido la intención de llamar a mamá y papá.
Hoseok puso los ojos en blanco y caminó alrededor del sofá para apartar los pies de Yoongi del cojín y poder sentarse- En serio, Hyung. Quiero verte viviendo tu vida o tratando de hablar con Jin. No estás haciendo ninguna de esas cosas y estoy a medio camino entre preocupado y enojado.
Yoongi frunció el ceño, se acomoda lentamente, migajas que se derramaban sobre las pulidas tablas de madera- El trabajo no me espera hasta febrero. Es probable que Jin nunca vuelva a hablar conmigo, y ¿Cuál es el punto de toda esta mierda?
-El punto- dijo Hoseok, tomando la bolsa de snack y colocándolo sobre la mesa de café- ¿Es que te vuelves un miembro funcional de la sociedad otra vez? ¡Y dejas de beber toda mi cerveza! Tu casa se subirá a la subasta a fin de mes, deberías probar y ver si puede quedartelo, ¿tal vez comprar la parte de ella?
Yoongi negó con la cabeza- No, no quiero vivir allí.
-Está bien, es suficiente- asintió Hoseok- Pero no puedes vivir conmigo para siempre... Quizás Taehyung acepte mudarse aquí y...
-Woah, ¿qué? ¿Taehyung se está mudando?- Exigió Yoongi, levantando las cejas.
Hoseok frunció el ceño, sus mejillas se pusieron rosadas- Dije quizás...- murmuró- De todos modos, eres un jodido dramático, y si quieres comer patatas fritas y beber cerveza en tu casa, eso es perfectamente aceptable. Pero hacerlo aquí es triste.
Yoongi suspiró. Tan molesta como era la conversación, lo había estado esperando. Él había establecido su residencia en el sofá de Hoseok, y durante la primera semana, hasta Mickey estaba extasiado con su regreso. Pero a medida que se hundía cada vez más en su pena, incluso el perro de su mejor amigo elegía pasar más tiempo en el patio trasero, que en la depresión que Yoongi había creado en la sala de estar.
No quería ser tan tonto y aprovecharse de su amigo, pero sentía que había fallado en todo: una relación exitosa, mudarse al extranjero, cuidar a Jin, lo había jodido todo y la idea de admitirlo a todos, especialmente a ella, era más de lo que podía soportar.