Min Yoongi, de 29 años, se sienta a escribir los votos para su boda. La inspiración es difícil de encontrar, y una sugerencia (no tan) sutil de su mejor amigo, Kim Taehyung, abre una puerta a su pasado y se da cuenta de que nunca se cerró realmente...
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-No tenía idea de que terminaría aquí, con mi mejor amigo. Nadie lo piensa cuando somos niños estúpidos y causamos problemas, que la persona que está a tu lado, tu compañero en el crimen, de alguna manera sería la persona con la que deseas pasar el resto de tu vida. Y no solo en los buenos momentos, es decir... También quiero las peleas, el tratamiento silencioso y las preocupaciones monetarias que vienen con el matrimonio. Quiero las peleas sobre los platos sucios en el fregadero, y ver la forma en que arrugas la nariz cuando no sacó la basura a horario. Porque prefiero tener todos esos momentos menos que perfectos contigo, que una vida llena de supuesta perfección con alguien más.
Jin presionó su nariz en la chaqueta de Yoongi, inhalando lentamente.
Yoongi se rió suavemente, su mano se extendió para enroscarse alrededor de la de Jin, dándole un suave apretón. Sabía la emoción que corría por las venas del joven, porque también podía sentirlo atravesar la suya.
El momento fue surrealista; uno que Yoongi no podría haber imaginado presenciar.
Pero estaba sucediendo: Taehyung y Hoseok estaban presionados juntos, abrazados mientras reían y lloraban a través de sus votos, completamente ajenos a la muy pequeña reunión de personas en el patio trasero de la casa de Yoongi y Jin.
Yoongi no estaba seguro de qué se enorgullecía más. El hecho de que después de unas semanas de hablar con Hoseok en una cornisa haya reunir las agallas para proponerle matrimonio o el hecho de que Taehyung estaba de pie con un hermoso traje hecho a la medida, sin tener un colapso.
Yoongi se había preparado para eso, aunque esperaba que no ocurriera, y sabía que sin importar nada, Taehyung tendría la boda que se merecía. Tenía las píldoras en un pequeño recipiente en su bolsillo, su mano se curvó alrededor de ellas en diferentes momentos a medida que avanzaba el día, esperando el temblor en las yemas de los dedos de Taehyung o la mirada desesperada en sus ojos.
Pero nunca llegaron.
Yoongi lo había agarrado por las solapas de su traje oscuro para acercarlo, presionando un beso sólido y amoroso en su mejilla antes de abrazarlo contra su pecho en un abrazo aplastante.
Taehyung se rió, había bromeado acerca de que tal vez Yoongi necesitaba las píldoras. Fue suficiente para romper el momento, y se disolvieron en carcajadas cuando el padre de Taehyung asomó la cabeza para ver cómo estaban.
Y ahora, Yoongi estaba de pie con la mano de Jin en la suya, viendo a sus mejores amigos casarse.
Había sido un año loco, y Yoongi a veces se sorprendió al darse cuenta de que se estaban acercando al cumpleaños trigésimo primero de Jin y que la venta de su primera casa a principios de año había pasado sin problemas.
Todo había cambiado, y Yoongi no podía recordar cómo era la vida antes de reconciliarse con Jin. Simplemente se perdió en los momentos, como Taehyung mencionó en sus votos.
