Capítulo 3: Castigo

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- Bueno, se que eres masoquista pero esta va a ser tu primera vez asi que hagámoslo de la forma tradicional, por así llamarlo. Sólo por hoy

- Sólo por hoy? Quieres decir que habrá otras veces?

- Si a ambos nos gusta lo que hacemos hoy, si nuestros cuerpos son compatibles y tú quieres hacerlo, por supuesto.

- Por favor... -lo miro a los ojos- se gentil.

Me empuja, me caigo arriba del sillón y él arriba de mi.

- No digas algo cómo eso con una expresión tan linda o no podre contenerme, Diana.

Comenzamos a besarnos, mi corazón estaba latiendo tan fuerte y rápido que pensé que se me saldría por la boca.

- Ah... -pude sentir su pene ya erecto- estás... duro.

- Quieres chuparlo? -me pregunto con una sonrisa en su rostro-.

- Yo... nunca lo hice antes, tengo miedo de hacerlo mal y que no te guste -me dio tanta vergüenza decir eso, que me sonroje-.

- Está bien si quieres hacerlo pero si no quieres no te obligaré.

Él vio que quería ponerme de pie y se levantó del sillón dándome espacio, lo empuje y cayó sentado, me agache, le saque el cinturón marron que él tenía, desabroche el botón de su jean y corrí su boxer para poder ver su miembro. Diablos, es gigante, no creo que eso quepa en mi boca.
Empecé a chuparlo con mi lengua sin meterlo a la boca luego chupe sus bolas y puse su pene en mi boca, de su boca salieron unos pequeños gemido que alcancé a escuchar, eso me dio un indicio de que no lo estaba haciendo tan mal. Él de repente empujó mi cabeza, así, metiendo todo su miembro hasta el fondo de mi garganta, tengo los ojos llorosos.

-tosí tres veces-

- Mierda, lo hiciste increíble para ser tu primera vez. Ven aquí.

Me alzó y me llevo hasta la habitación, me tiro bruscamente a su cama de dos plazas.
Me quito mi remera negra.

- Que conjunto más sexy, más tarde te recompensare por -dijo esto mientras me saco el corpiño-.

Comenzó a lamer mis pechos y pezones, puedo sentir como su lengua juego con ellos.

- Ahh, ahh... se... ah...

- Se, qué?

- Se... ah... se siente... bien.

Mientras lamia mi pecho izquierdo, su mano derecha jugaba con mi pezón derecho, lo apretaba y luego lo acariciaba. Lamia mi pezón izquierdo y luego lo mordió.

-¡AH MALDICIÓN!... AH.

- Lo siento... te dolió?

- Nn... No, tú sigue...

Cuando se cansó de jugar con mis pechos, desabrochó mis jeans y vio mi tanga negra.

- Levanta tus caderas, por favor.

Me saco mi tanga y empezó a lamer mis labios vaginales.

- ¡AHHH! ESPE... ESPERA...

Siguió lamiendome y puso sus dedos índice y mayor en mi boca.

- Nn.. nng...

- ¿Tan bien se siente? Me alegro -lo dijo con un tono orgulloso-.

- Bien, ahora voy a meter el Primer dedo, para prepararte y asi no dolerá tanto, si?

-yo asentí con mi cabeza-.

- Bien, aquí vamos... tú sólo relájate.

Metió su dedo mayor dentro de mi, se siente tan bien que podría morir...

Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora