Por tu amor

Capítulo 12: Quiero saber todo de ti

Hoy, día martes 26 de mayo, Cristián vino a casa 3 veces al día desde el miércoles. En lugar de mi amor, se está ganando mucho más mi odio en ser tan molesto, él no lo sabe pero creo que es obvio que odio a la gente insistente.

- Mamá, ya me voy!

- Bien hija, tu padre quiere llevarte.

- Augh... -exclame con repulsión-.

Y él estaba ahí, a un costado de la calle con su auto esperando a que yo saliera de mi casa.

- ¿Quieres que te lleve?

- Creo que sabes la respuesta a tú pregunta, así que no me hagas gastar mi saliva.

Fui a la escuela caminando como siempre y me encuentro con Tony en el camino.

- Hola, cómo estás?

- Podría estar mejor, y tú?

- ¿Por qué lo dices? Yo estoy bien -dijo con una gran sonrisa, me gusta verlo sonreír y ver su perfecta dentadura blanca-.

- Mi padre me está volviendo loca, no lo veo hace cuatro años y ahora quiere enmendar su error.

- ¿Y... vas a perdonarlo?

- No, no por ahora y si lo hiciera en un futuro, igualmente no querría verlo.

- Oh ya veo... eres de las que perdonan pero no olvidan.

- Si, si quieres ponerlo de esa manera jajaja.

Llegamos a la escuela y nos dirigimos al salón, Tony se sento junto a mi y Ezequiel que llegó pocos minutos después se sento en frente de nosotros.

- Pss, oigan... -susurro Tony-.

- ¿Por que susurras, idiota? -pregunto Ezequiel-.

- Es algo que me enteré mientras me dirigía a la biblioteca, nadie lo sabe.

- Espera, espera, dijiste biblioteca??¿Tú... lees? -pregunto Ezequiel para asegurarse de que había escuchado bien-.

- Si, me encanta leer.

- Oh... y que lees? -pregunte curiosa-.

- Todo tipo de géneros cómo, historia, fantasía, terror, honor.

- Eso es genial, yo también amo leer.

- A quien le importa eso? Forman, cuenta el chisme de una vez -dijo Ezequiel, intrigado-.

- Cuando pase por la sala de profesores escuche que a mediados de junio vendrá un alumno nuevo.

- ¿Estará en nuestro curso? -pregunté-.

- Por lo que escuche, tal vez.

- ¿Ese era tu chisme, Forman? - pregunto Ezequiel-.

- Ah... si? -dijo Tony, diciendo "si" a algo que era obvio-.

- Tu chisme es un asco pero, estás perdonado por ser extremadamente guapo, pero que no se vuelva a repetir.

Me quedé helada al escuchar lo que Ezequiel había dicho, lo está diciendo en broma?
Tony se sonrojo de una manera tierna y un tanto sutil.

- Lo... dices de verdad o sólo estás bromeando? -pregunto Tony algo nervioso por la respuesta que le fuese a dar Ezequiel-.

- ¿Tienes agua? Estoy sedienta -le dije a Ezequiel -.

- Si, toma -me dio una botella que tenía agua hasta por la mitad-.

- Gracias.

Tomé un sorbo tan grande de agua que mis mejillas estaban tan llenas que parecía una ardilla, sin tragar el agua en mi boca mire a Tony fijamente esperando su reacción a la respuesta que Ezequiel le daría.