Capítulo 7: Bakugan

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Ya es Jueves, y estoy lista para ir a la escuela, tengo que apresurarme...

- Hija, ya te vas? ¿No vas a desayunar conmigo?

- Oh... mamá, estoy llegando tarde.

- Pero apenas son las 06:30 y entras al colegio a las 07:00.

- Si... pero ya sabes que soy yo, odio llegar tarde aunque sea por unos minutos. Adiós, te amo.

- Yo a ti cariño, suerte hoy!

- ¡Gracias mamá! -dije mientras cerraba ma puerta principal de mi casa-.

Maldición, maldición, maldición voy a morirme de un infarto aquí y ahora a mitad de la calle dios santo, ésta definitivamente no va a ser mi semana, diablos.

- Oh Diana, cómo estás dulzura?

- Bien cariño... -dije levantando el cuello bien alto parandome como si fuese una bailarina de ballet para poder ver bien quienes estaban en el salón de clases-.

- Pfff -exclamó Ezequiel tapándose la boca para no largar una carcajada-.

- ¿De qué diablos te estás riendo?

- De ti preciosa, no es obvio? Tendrías que ver lo que está haciendo. ¿Qué diablos haces? JAJAJAJA.

- Deja de reírte de mi de una... OH DIABLOS AHÍ ESTA.

Aquí está... Tengo que preguntarle de una vez, la intriga me está matando.

- Oye Tony, tienes un momento? Necesito hablar contigo...

- Si, claro.

Salimos del salón y nos dirigimos al pasillo.

- Bueno, primero lo primero... gracias por preocuparte así por mi y haber sido tan amable conmigo ayer.

- Claro no hay problema, Diana. Eres mi compañera, es lógico que si algo te pasa me preocupare por ti.

- Bueno... fuiste el único además de Ezequiel que se preocupó por mi...

- Bueno, puede ser verdad. El profesor también se preocupó por ti.

Mierda, por qué tiene que nombrarlo a él ahora? Además ni siquiera estaba preocupado por mi, él sabía perfectamente lo que estaba pasando con mi cuerpo.

- Ah... si claro, él es el profesor no? Es lógico que se preocupe por sus estudiantes... creo jaja.

- Si, tienes razón jaja, lo que dije fue algo estúpido y obvio no crees?

- Oh... no te lo dije de mala manera Tony, no lo tomes a mal...

Tengo que hacerlo, sólo pregúntale ya...

- ¿Tú... hiciste algo ayer?

- Si, fui a un restaurante con mis padres.

- ¿Fuiste a un restaurante? Eso es genial, a que restaurante?

- Uno nuevo que está en el Centro, es muy bueno, luego ,si quieres, te puedo pasar la dirección.

- Oh claro me encantaría Tony.

- ¿Y tú?

- ¿Yo que? -pregunté algo asustada-.

- ¿Tú que hiciste ayer?

- Oh, me quedé en casa jaja.

- Eso es genial, bueno, la clase esta por empezar así que, hablamos luego.

- Oh, si claro.

Genial, no tiene idea. Cuando lo vi en el restaurante casi me agarra un infarto, pero él no nos vio, tal vez a Manuel si pero lo importante es que no me haya visto a mi. Esto es genial, me he salvado de meterme en un problema grande.

Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora